MADRID.- IAG, el holding que agrupa las actividades de Iberia y British Airways (BA) tras su fusión, ha aceptado la propuesta de Gregorio Tudela, mediador nombrado para interceder en el conflicto que mantiene la aerolínea española con todos sus trabajadores a causa de la aplicación del plan de reestructuración. El Consejo de Administración de IAG se ha reunido el domingo 10 de marzo para dar el visto bueno a la propuesta de Tudela. Ahora, los sindicatos de trabajadores de Iberia tendrán la última palabra, previa desconvocatoria de las huelgas de 24 horas que vienen manteniendo.
Tudela ha propuesto rebajar a unos 3.141 los despidos en la aerolínea, lo que afectaría al 16% de la plantilla de la compañía. Además, las extinciones de contratos se realizarían dentro del ERE en vigor en Iberia, que se prorrogaría hasta 2015. El grueso del ajuste recaería en el personal de tierra, con 2.256 trabajadores afectados, seguidos de pilotos (258) y tripulantes de cabina (627 trabajadores). También propone un ajuste salarial del 14% para pilotos y TCP y del 7% para el personal de tierra, para todas las categorías y niveles profesionales, durante el periodo 2013-2015. Asimismo, Tudela emplaza a las partes a negociar en un mes medidas de productividad y, en caso de no llegar a un acuerdo, incrementar el ajuste salarial pactado en cuatro puntos porcentuales.
Por otro lado, Iberia tendrá que paralizar la puesta en marcha del nuevo ERE (que preveía 3.800 despidos), así como el descuelgue del convenio. Los ejecutivos de la aerolínea tenían previsto empezar a mandar cartas de despido desde el 15 de marzo. Por su lado, si los sindicatos aceptan la propuesta, deberán desconvocar las jornadas de huelga (las siguientes se desarrollarían del lunes 18 al viernes 22 de marzo), además de renunciar a la regularización y abono derivado de la cláusula de revisión salarial al IPC real de 2012, mientras que las percepciones salariales por antigüedad y progresión se congelen hasta 2015.
Iberia se encuentra en una situación complicada como aerolínea. La firma ha perdido 360 millones de euros en 2012, según las cuentas presentadas por IAG, y ha decidido abandonar rutas que le resultaban deficitarias, buena parte de ellas en Latinoamérica, su mercado natural. Sin embargo, uno de sus principales lastres son las operaciones de corto y medio radio (dentro de España y Europa), que decidió externalizar a través de Iberia Express, provocando otro conflicto con sus pilotos que requirió un arbitraje obligatorio iniciado por el Gobierno. Este último punto aún no está resuelto, y tras dos arbitrajes, Iberia ha recurrido judicialmente el último de ellos.
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