Atacar al paro no es la única solución para estimular los viajes

Los hechos se pueden mirar desde dos perspectivas: la de la inocencia y la del por qué. Muchas empresas del negocio turístico, como Air Europa o Rumbo, están lanzando en los últimos días ofertas en las que prometen devolver el dinero de sus reservas a los clientes que se queden en paro antes de disfrutar de las mismas. No vamos a dudar aquí de esas promesas, ya que las compañías que las realizan son solventes y las cumplirán. Lo que sí queremos es llegar al por qué. Y es que a primera vista estas medidas son buenas… para quien dispone de certezas y liquidez en estos momentos.

Si las principales firmas turísticas están tomando este tipo de decisiones, que significan cargar con la incertidumbre de la pérdida de empleo del consumidor, es porque ven que la demanda no se comporta nada bien. A falta de cifras más o menos oficiales, que se irán conociendo a lo largo de la semana, muchos expertos hablan de que la adquisición de viajes durante esta Semana Santa caerá en torno a un 30%. Por ello, las empresas se esfuerzan en estimular la compra de billetes de avión, reservas de hotel o paquetes vacacionales con medidas de choque.

Sin embargo, aunque desde esta publicación queremos que todo esto dé resultado, pensamos que no aflojará la tensión que sufre el consumidor al no saber si mañana será su último día de trabajo. Durante los últimos años nos hemos acostumbrado a vivir a crédito: muchas vacaciones se compraban previa petición de un préstamo para costearlas, dedicando el resto de ingresos a otros menesteres (como el pago de la hipoteca o la subsistencia básica). Ahora, sin créditos, la mayor parte de los salarios se dedican al ahorro para formar un colchón por lo que pueda pasar mañana. Hoy, tener un trabajo es como tener un amigo: todo un tesoro.

Repetimos que deseamos que estas medidas den resultado, son loables. No obstante, aunque se dirigen a atacar el problema de la confianza, no apuntan contra la verdadera línea de flotación: la fata de financiación de las familias. Quizá habrá que empezar a acostumbrarse a las reservas de última hora frente a las anticipadas. Y a las salidas de pocos días de duración, frente a las tradicionales de 15 días o hasta un mes. En definitiva, hay que acostumbrarse a gastar lo que tenemos. ¿Qué pensáis? ¿Qué os estimularía a viajar?

1 comentario
  1. La verdad que la idea es una estupidez .. aunque desde el punto de vista de marketing consiguen su efecto.<BR/>Creo que como todas las empresas, se tienen que ajustar al mercado … y proponer otras alternativas como se hacen en otros sectores.<BR/>¿cual? pues para eso tienen unos directivos qeu cobran una pasta .. para ejecutar ideas que den sus frutos.

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