Los incidentes de Lloret de Mar ponen a prueba el modelo de sol y playa

Un producto que muchos en el sector turístico consideran acabado se está poniendo a prueba en Lloret de Mar tras los altercados de jóvenes turistas. En las Islas Canarias también se debate sobre la necesidad de atraer un turista de mayor calidad.

MADRID.- Diversas entidades del sector turístico lo llevan avisando desde hace años: el modelo de sol y playa español, tal y como está concebido, ya no tiene recorrido. Los hechos acaecidos en Lloret de Mar (Girona, Cataluña) vienen a dar la razón a esta sentencia. En los últimos días se vienen registrando en la localidad gerundense altercados protagonizados por jóvenes turistas, la mayoría extranjeros, que han puesto en jaque a las fuerzas del orden y la tranquilidad de este municipio.

El problema no es el turista extranjero, sino la calidad del mismo. El modelo de sol y playa español se caracteriza por conseguir el mayor número de visitantes a cualquier coste, con una oferta que muchas veces tiene unos bajos niveles de calidad. Con ello se atrae a personas que están dispuestas a gastar lo mínimo posible en sus vacaciones, lo que muchas veces no es rentable y en ocasiones atrae a turistas que pueden provocar problemas.

Aunque no aparezca en los medios con frecuencia, las borracheras y altercados en otros destinos vacacionales de nuestro país también están a la orden del día. Hace pocas semanas, las autoridades turísticas de la isla de Gran Canaria se planteaban hasta dónde debía llegar el modelo actual de atraer clientes que sólo buscan mar y alcohol, sobre todo de aquellos que proceden de países donde las normas sobre bebida son más rigurosas que en España.

La patronal del sector turístico Exceltur viene repitiendo con asiduidad que el planteamiento de la oferta de sol y playa que tenemos en nuestro país ya no funciona. Ahora España cuenta con nuevos competidores, entre los que se encuentra Turquía, más barata en comparación que nuestro país para el bolsillo británico. Lo mismo sucede con Egipto y Túnez. Esto nos puede hacer caer en el problema de que sólo acuda a nuestro país el turista de menor calidad, el que menos dinero deja en la industria y el que más problema de orden público provoca. Ello no sólo supone una merma en los resultados económicos, sino que también ofrece una mala imagen de los destinos afectados.

La solución no es ni mucho menos sencilla y pasa por una colaboración estrecha entre el sector público y el privado. La administración debe focalizar su esfuerzo a atraer a un cliente de mayor poder adquisitivo y calidad, a la vez que reconvierte los destinos más maduros. Por su lado, las empresas deben adecuar su oferta a este tipo de cliente. Quizá haya que renunciar a alcanzar records de llegada de turistas, pero a cambio tendremos mayores beneficios sociales y económicos.

1 comentario
  1. Es una pena, con lo bonito que es LLORET DE MAR,que las personas que vamos a pasar fines de semana y vacaciones, nos sea imposible conciliar el sueño, ruidos, gritos, basura, han de tomar determinaciones y eliminar éste tipo de turismo, que no va bien ni para el pueblo ni para sus habitantes. gracias.

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