Las primeras Cortes de León

En León se celebraron las primeras Cortes de la Historia con participación ciudadana. Motivo por el que la capital castellanoleonesa es “Cuna del Parlamentarismo”.
Claustro de la Colegiata de San Isidoro de León, donde se celebraron las Cortes de 1188 por Alfonso IX | Foto: José Luis Filpo, Wikipedia
Claustro de la Colegiata de San Isidoro de León, donde se celebraron las Cortes de 1188 por Alfonso IX | Foto: José Luis Filpo, Wikipedia
Claustro de la Colegiata de San Isidoro de León, donde se celebraron las Cortes de 1188 por Alfonso IX | Foto: José Luis Filpo, Wikipedia
Claustro de la Colegiata de San Isidoro de León, donde se celebraron las Cortes de 1188 por Alfonso IX | Foto: José Luis Filpo, Wikipedia

Las primeras Cortes de León se convocaron en 1188 por el rey Alfonso IX en la Real Colegiata de San Isidoro. Y no fue una curia más, fue la primera de la historia, al menos hasta el momento, en la que los representantes de la nobleza, el clero religioso y los ciudadanos se dieron cita para tener conocimiento de una carta de derechos y libertades inédita en la Europa medieval.

¿Se inició el Parlamentarismo en León? La Historia de España ha sido tan maltratada, y lo sigue siendo, que no es raro el desconocimiento de hechos fundamentales y lejanos a nuestro tiempo. Margarita Torres, profesora de Historia Medieval en la Universidad de León y cronista oficial de esta ciudad, explica que “en los fueros leoneses están derechos como la inviolabilidad de domicilio, los pesos y medidas, el que la gente más humilde pueda acudir al rey como juzgado de última instancia”. Se trata de derechos y libertades que hoy nos parecen naturales, pero que hay que poner en contexto histórico. Hablamos del siglo XII, en plena Edad Media, donde el dominio de los grandes nobles y señores feudales de Europa sobre el pueblo llano era norma. Y en el reino de León, uno de los más poderosos de la cristiandad entre los siglos X y XII, se crean “unas libertades en un mundo de opresión”, en palabras de Torres.

A diferencia de las autoridades españolas, nacionales, autonómicas y locales, con responsabilidades de política cultural, la UNESCO ha sabido valorar este patrimonio y lo ha reconocido en su programa “Memoria del Mundo”. En España, más allá de diversas celebraciones muy locales en 2010, como recuerdo de los mil años del nacimiento del reino de León, el pueblo no ha sabido nada de este hecho fundamental.

Hasta este momento se pensaba que en Reino Unido se habían celebrado las primeras cortes en las que se había convocado a los representantes de las gentes comunes, pero incluso el profesor John Keane, catedrático de Teoría Política en la Universidad de Sydney (Australia) y de la Wissenschaftszentrum Berlin, reconoce en su libro The Life and death of Democracy que las primeras cortes con representación popular fueron las convocadas por Alfonso IX en la Colegiata de San Isidoro.

El reino de León, inicio de España

Hablar de España en 1188 es muy arriesgado y hay quien critica esta concepción como una forma de exaltar el nacionalismo. Más allá de la contaminación que los políticos quieren hacer de la Historia se encuentran los propios hechos, verdaderas lanzas que rompen la idiocia de la baja política. Como señala Margarita Torres, el rey Alfonso VII de León (1105-1157) “fue emperador ‘totius hispaniae’ y ante él se arrodillaron el conde de Barcelona, el rey de Navarra y los nobles del Sur de Francia”. Totius hispaniae, es decir, de toda España. Un término que a algunos les da sarpullido, pero que ya se usó hace mil años en un contexto muy diferente.

Nuevamente, hay que volver atrás en la Historia. Tras la caída del Imperio romano (que denominaba Hispania a la península), los pueblos del norte de Europa se aposentan al sur de lo que hoy es Francia, se mezclan con los pobladores romanos y las tribus íberas. Nacen los reinos visigodos, que dominarán esta parte del sur del continente europeo hasta el año 711 y el 726, cuando el califato musulmán Omeya conquista casi la totalidad de la Península ibérica. Sólo en la parte noroccidental sobrevive un reducto de los reyes y nobles visigodos, en las zonas de Asturias y Cantabria. A partir de aquí, los diferentes monarcas inician la reconquista del territorio perdido y surgen los reinos medievales cristianos. Uno de los más poderosos, belicosos y determinantes fue el de León, proveniente del reino astur.

Hacia el año 910 se crea el reino leonés, que vio su máxima expansión en los siglos XI y XII para desaparecer en 1230 bajo la corona de Castilla. Margarita Torres nos sitúa de nuevo en la importancia del mismo: “el reino de Castilla nace en 1065, a la muerte de Fernando I, de una escisión del reino de León, pero es que el reino de Galicia también nace de la misma manera”. Y la experta medievalista añade que “el reino de Portugal, estado que hoy día existe, nace como escisión del reino de León”. Es decir, el rey Fernando I de León, antes de su muerte, divide su reino en tres partes, heredándola cada uno de sus hijos: Galicia, León y Castilla. Además, bajo el reinado de Fernando, las taifas musulmanas, nacidas tras la extinción del Califato de Córdoba, son dominadas por el reino leonés. Los reyes que descienden de este tronco ya tenían la idea de una península ibérica unificada bajo la denominación de Hispania.

Las primeras Cortes populares

Alfonso IX accedió al trono con 17 años de edad en 1188 y convocó a Cortes. Y en ese Parlamento, por primera vez, se reúnen nobles, clérigos y pueblo bajo la presidencia del rey niño. El cine y la televisión, con su mensaje simplificado, nos han trasladado una imagen de la Edad Media brutal, oscura e ignorante. Pero en determinados reinos europeos, la historia discurría por otros caminos.

En cualquier caso, no hay que confundir estas Cortes con la idea democrática que hoy tenemos de un Parlamento. En La Historia en su lugar: nueva historia de España (Tomo III, Editorial Planeta, 2008), colección dirigida por Fernando García de Cortázar, se explica que, en la etapa medieval, las cortes no pueden verse como depositarias de la “soberanía nacional”, es decir, de la voluntad libremente expresada por el pueblo a través de su voto. En el mencionado trabajo enciclopédico se pone de relieve que la curia leonesa de 1188 “debe interpretarse no como las ‘primeras Cortes’ de la historia de España, sino como una etapa de una evolución compleja”.

La primera Constitución liberal de España se redacta en 1812 y, en la búsqueda de un referente para el Parlamentarismo inicipiente, se recurre a la curia de León, donde acudieron representantes de las ciudades, que se codearon con nobles y eclesiásticos por primera vez. Sin embargo, los historiadores no tienen claro que en esas cortes de 1188 la voluntad popular tuviese un peso. Al final, el rey medieval era el depositario de los poderes, pero también era un primus inter pares, es decir, el elegido entre las familias de nobles para dirigir el reino. Ello le obligaba a llevarse bien con sus magnates, con la Iglesia, que tenía un poder enorme, y con las ciudades, que en el siglo XII ya habian adquirido importancia. Por eso, la presencia de representantes de ciudadanos en la curia leonesa se considera como la muestra del cambio social que se había producido en el reino medieval, donde el papel de las ciudades era cada vez más importante como centro político y económico.

“En el nombre de Dios. Yo don Alfonso, rey de León y de Galicia, habiendo celebrado curia en León, con el arzobispo y los obispos y los magnates de mi reino y con los ciudadanos elegidos de cada una de las ciudades…” Así empiezan los Decreta de aquellas primeras cortes con representación popular. Después, en dieciséis capítulos se instituyen diferentes derechos: el principio contradictorio en los juicios, las condenas en costas, las penas por falsa denuncia y falso testimonio, la citación formal por carta, el sometimiento del rey al consejo de los integrantes del reino para ir a la guerra, la inviolabilidad del domicilio y el reconocimiento de la propiedad privada, la indemnización por retrasos de la justicia… Derechos y obligaciones que hoy siguen teniendo eco en nuestra vida cotidiana.

Sin embargo, estos decreta también hay que analizarlos en la distancia. El historiador Miguel Artola, en su obra Enciclopedia histórica de España (Tomo 2, Alianza Editorial, 2001), explica que la “literalidad del texto [de estos decreta] no es suficiente para concluir que un número impreciso de magnates, libremente convocados por el rey, puedan ser tenidos como una institución, cuya participación en el proceso legislativo fuese necesaria”. Es decir, que no se sabe si realmente hubo un debate al estilo parlamentario de los derechos que se acabarían aprobando, ni si se votaron los mismos o era algo que ya se llevaba cocinado y a lo que los presentes en la curia daban su asentimiento unánime. Artola explica que, si se hubiesen producido votaciones o debates, habrían quedado documentos. Aunque también es posible que, si estos existieron, se hayan perdido.

Por su lado, los decreta con estos derechos no fueron unitarios, como se detalla en La historia en su lugar. No todos surgieron de las cortes de 1188 y el documento original con los mismos no se conserva, por lo que las copias posteriores se consideran elaboradas después de la curia. Para el historiador Carlos Estepa, los decreta conservados constituyen una refundición de leyes de Alfonso IX de distintos momentos. Lo que no quita valor a los derechos reconocidos y al momento, el siglo XII, en que se hizo. Pero desmitifica la idea de unas Cortes populares de las que emanaron estos derechos.

San Isidoro como escenario

El rey Alfonso IX elige el claustro de la Colegiata de San Isidoro como lugar para celebrar la curia (uno de los lugares que ver en León). No es un sitio cualquiera: la colegiata fue panteón real, donde se han ido enterrando los monarcas leoneses. También fue sede del Infantado leonés, institución que remarca la importancia de la mujer en la Edad Media, cuya misión era salvaguardar la memoria del linaje real y funcionar como árbitro entre las disputas de los reyes y príncipes leoneses. Y, por último, guarda tesoros de valor incalculable requisados a los musulmanes en diferentes batallas o bien donados por taifas amigas, como el cáliz de doña Urraca, del que en esta entrevista con Margarita Torres asegura que es el Santo Grial que se veneraba en Jerusalén en el año 400.

Pinturas románicas en los techos del panteón de San Isidoro de León | Foto: David Fernández
Pinturas románicas en los techos del panteón de San Isidoro de León | Foto: David Fernández

Y para abundar más, el panteón de San Isidoro conserva las bellísimas pinturas románicas que adornan su techo. ¿Por qué todo este legado histórico se hundió en las tinieblas? Margarita Torres asegura que en “la creación de la Historia de España sale vencedor Castilla, que acaba fagocitando a León como corona”. Torres mantiene que en el franquismo “por intereses específicos y clarísimos de Franco, a través de Fray Justo Pérez de Urbel y de otros historiadores, se da una potenciación a la historia castellana”. La experta medievalista argumenta que “Franco estaba obsesionado con Isabel la Católica y con el Cid”, dos figuras que el dictador que gobernó España durante cuarenta años usó como adalides de una visión nacional que no tenía nada que ver con la que defendían los reyes de León.

Corrección: en la versión previa de este artículo se incluía, en la entradilla, la calificación de “castellana” a la ciudad de León. El término se ha modificado por “castellanoleonesa”, que a nuestro juicio, y el de la Real Academia Española de la lengua, muestra la unión político-administrativa actual de la comunidad autónoma en la que se encuentra la capital.

28 comentarios
  1. Usted lo que pretende ‘castellanoleonés’ es arrimar el ascua a su sardina; como lo de castellana recibe su réplica intenta usar un término igual de castellanizante pero más políticamente correcto, y por ésas no pasamos. No nos trate por tontos e indocumentados porque cualquiera con un poco de conocimiento sabe que dicha corona a la que usted hace referencia tenía una dimensión territorial que no corresponde con la cc.aa actual y que tan castellana en aquella época era Álava, siendo núcleo de Bardulia como Burgos, y menos aún puede entenderse que piense usted que los leoneses tenemos más semejanzas con Castilla que con los mismos territorios que conformaban León en 1230.

    ‘Castellanoleonés’ no es un gentilicio aceptado, ni tampoco es usual emplearlo. No se emplea en dicha ccaa. Es una cuestión política esta cc.aa. Por tanto es más fruto de su ideología regionalista o nacionalista que impregna su artículo más que una utilización rigurosa de los gentilicios.

    Por tanto agradecería que suprimiese esas pinceladas ideológicas en esta revista porque empobrecen los artículos y sobre todo crispan a la gente.

  2. Para nacionalista el texto que afirma eso de que León forjó España: eso es una mentira como un templo, de ser así otro gallo nos cantara… España la creó la dinastía borbónica sobre los cimientos del centralismo de la Corona de Castilla aplastando pueblos como si fuese una apisonadora.

  3. Castellanoleonés, creo que necesitas empezar a coger un libro:

    – “Acusar” de nacionalismo a los que dicen que esta ciudad no es “castellana” ni “castellanoleonesa” está fuera de lugar. No ser castellano no te etiqueta en una ideología nacionalista per se. Pero oye, que a falta de argumentos, empecemos con “insultos”. Tú llámame nacionalista leonés, que yo te llamaré nacionalista etnocida.

    – El gentilicio “castellanoleonés” está recogido irresponsablemente en la RAE a saber por qué (los que mandan son tontos y tal, claro).
    De usar un gentilicio común para toda la CCAA debería usarse “castellano y leonés”. Es el gentilicio que usan, entre otros, la Junta y RTVCyL, no los leonesistas. Dicho esto, uno se da cuenta que el gentilicio “oficial” de la comunidad parece dos, y no es casualidad.

    – “en 1230 es engullido por el reino de Castilla” No es engullido, empieza una unión dinástica con muchos otros territorios (Galicia, Asturias, País Vasco, Extremadura, Andalucía, Murcia) que nunca a nadie vi decir que son castellanos. ¿Por qué? Porque a falta de conocimiento histórico, se repite goebbelianamente lo que dice la oligarquía dominante que creó e implantó por decreto Castilla y León para evitar “el desmembramiento de España” y para luchar contra los nacionalismos periféricos: nacionalismo español, puro y duro.

    – “Vivir con una mentalidad del siglo XII en ul siglo XXI” Si hubieses cogido un libro, sabrías que desde 1833, en la actual división territorial provincial y regional, existe una región leonesa. Carece completamente de competencias, sí, pero ahí está la realidad. León como ente dentro de España es demasiado actual, calificar de medievales a los que lo piensan es extremadamente falaz.

    1. Yo no he acusado de nacionalismo a los que dicen que León no es castellana. Porque, simplemente, León no ha sido nunca castellana. He llamado fascitas a los que no aceptan las opiniones contrarias y el debate, y que con la violencia verbal quieren imponer sus ideas, porque si no, lo que no esté en su línea de pensamiento forma parte de una conspiración judeomasónica.

      Lo de que “castellanoleonés” está recogido irresponsablemente en la RAE lo dice usted, como lo de llamar tontos a los académicos. Es su opinión, como la mía es la contraria. La respeto, pero no la comparto. Si frente a la RAE, que es una institución que vela por el lenguaje, me pone a la Televisión de Castilla y León, un medio de propaganda ideado por los políticos, y a la Junta, una entidad política gobernanda por ya sabemos quién, está dejando claro lo endeble de sus argumentos.

      En 1230 muere el rey Alfonso IX de León y deja el reino en herencia a sus hijas Sancha y Dulce, porque su hijo Fernando había muerto. Sancha y Dulce, que veían que eso de reinar en el siglo XIII era muy complicado y no iba con ellas deciden vender el reino a Alfonso VIII de Castilla. Y desde ese momento se produce la unión de ambos reinos bajo una misma corona. Eso es importante, pero lo es más decir que en el texto, en ningún momento, se dice que porque esto sucediese, León pasase a ser castellana. No se dice y quien lo afirme, miente descaradamente.

      Probablemente he cogido, y, sobretodo, leído, má libros que usted. Conozco perfectamente la ordenación territorial y jurídica de los reinos medievales de la Península y, con posterioridad, de España por mi profesión.

      Un saludo.

      1. “He llamado fascitas a los que no aceptan las opiniones contrarias y el debate, y que con la violencia verbal quieren imponer sus ideas”

        Lo primero, sobre la realidad no se opina, la realidad es lo que es y punto. Es como si yo me pongo a opinar que La Tierra es toroidal. Quedaría estúpido, no? Pues esto es exactamente igual.
        Segundo, violencia verbal? No sé si aquí hay interés de manipular o directamente hubo problemas de comprensión lectora.

        “Conozco perfectamente la ordenación territorial y jurídica de los reinos medievales de la Península y, con posterioridad, de España por mi profesión.”
        Oye, menos mal, antes dijiste que León fue engullido por Castilla, te veo coherente.

        “[..] la RAE, [..] una institución que vela por el lenguaje”
        Si se pretende decir aquí que la RAE no tiene ni un ápice de herramienta política hay poco más que yo tenga que decir en esta conversación. La RAE y lo leonés no cuajan muy bien juntos, contando con el caso del término “castellanoleonés” y el ninguneo constante provocado por los siguiente hechos:
        – abundantes leonesismos en su diccionario figuran como palabras castellanas o incluso palabras de origen americano.

        – en el propio diccionario, el leonés no figura en la categoría de “lengua”, al contrario de lo que dicen instituciones internacionales como la UNESCO, conformándose con tildarlo de “dialecto romance” usando en cierta medida la neolengua. Es más, hay una acepción para “leonés” que habla de la variedad del castellano de León, como si no hubiese suficiente lío mental en el usuario del diccionario.

      2. Que lo recoja la RAE no significa que sea correcto, es discutible. Mire, lo primero que si hay una conjunción copulativa no puede hablarse de algo común…una cosa será el ente conjunto pero si esta comunidad se compone de Castilla y de León…son dos sustantivos, por lo tanto hay castellanos y leoneses….y esta es lo aceptado. Si usted fuese respetuoso no vendría a imponernos a los leoneses lo de ‘castellanoleoneses’ por tanto lo correcto es llalar a las cosas por su nombre: leoneses

      3. Por cierto…el imperio de la cuartelada o al que hace referencia ocupaba media península no el territorio actual de la cc.aa como para que usted haga analogías…es como si en el siglo XXI se reclama el imperio carolingio y hay iluminados que dicen que x territorio es de ese imperio. Un poco de sensatez y no tanto fanatismo y rigor histórico. Si usted tiene dos dedos de frente no nos incluiría a los leoneses como usted, seguramente, no incluya en su ‘CastillayLeón’ a Asturias, Andalucía o Galicia, territorios que pertenecía a esa corona.

        Por tanto usted pueda sentirse como le de la gana pero no venga a los leoneses a imponer algo que no queremos porque usted quiera y gente como usted.

  4. Léon tiene de castellana lo que francia de pais latinoamericano. Una muestra de la poca cultura y la ignorancia que impira en este Pais. Me gustaría saber que era de Castilla en la Edad media. pensemos con la cabeza.

  5. ¿Y de qué se supone que es esta revista?¿De humor? Tapar un error con otro no lo hacía yo ni en el colegio…orgullosos estaréis…

  6. La ignorancia que demuestran las personas que están comentando y criticando aquí es impresionante. A ver cuándo aprenden que estamos en el siglo XXI y que los nacionalismos demuestran una cerrazón mental de cuidado. Efectivamente, en el Estatuto de Autonomía no aparece el término castellanoleonés, porque es un texto político con el que se intenta contentar a todos y no generar polémica y discusión, algo muy del gusto de nuestros políticos, que prefieren tenernos aborregados y bien adoctrinaditos, como a los que están comentando esta entrada.

    Criticar sin aportar argumentos es muy fácil. La principal crítica que se realiza a este artículo es el uso de “castellanoleonés”, del resto de temas que se tratan, no se dice nada. Será que están apoyados en libros de historia, mientras que las críticas aquí vertidas sólo se hacen por herir y sin argumentos. Es lo que pasa cuando se mezcla la ideología, la historia y la política: que salen idiotas por todas partes.

    Ahí están los libros de Historia y, por mucho que queráis la minoría de nacionalistas leoneses, no podéis cambiar los hechos. El reino de León fue importantísimo en la Historia de la Península. Capital diría yo, pero en 1230 es engullido por el reino de Castilla. Un destino bastante irónico, ya que el reino de Castilla nace por la decisión de Fernando I de partir del reino de León entre sus hijos, creando el reino de Galicia, el reino de Portugal y el condado de Castilla, que después se convertiría en reino. Es decir, el hijo se comió al padre. Si todavía hoy, a 800 años vista, hay gente que está disgustada porque aquellos leoneses no supieron vencer a los castellanos que les engulleron, es su problema. Vivir con una mentalidad del siglo XII en ul siglo XXI. Tenéis una enfermedad mental.

    Y los que criticáis este artículo por el uso del término “castellanoleonés” sóis de la misma calaña que los fascistas y franquista que ocultaron la historia del reino de León para primar la del reino de Castilla como si el primero no hubiese existido. No aceptáis las opiniones contrapuestas y fundadas, y si no se corrige según vuestro divino criterio, la publicación es una mierda. Quizá la mierda la tengáis vosotros en el cerebro. Un saludo.

    1. Y usted, cuando dice que somos de la misma calaña que los fascistas y franquistas., que tenemos una enfermedad mental, o que tenemos mierda en el cerebro… lo dice por herir o lo dice educadamente?
      Un saludo, “amable” lector

    2. Oye paisano, no se de dónde eres. Pero yo te advierto una cosa, no confundas la reivindicación leonesa con nacionalismo barato. Porque yo soy leonés, no soy castellano y soy tan español como tu, solo que no soy castellano. Y esa es la clave de lo que muchos de nosotros queremos, dejar una autonomía que no nos representa y que ustedes, castellanos, puedan hacer la castilla que quieran, pero sin los leoneses, que nosotros queremos hacer un León dentro de España sin que ustedes se ofendan.

    3. Castellanoleonés, creo que necesitas empezar a coger un libro:

      – “Acusar” de nacionalismo a los que dicen que esta ciudad no es “castellana” ni “castellanoleonesa” está fuera de lugar. No ser castellano no te etiqueta en una ideología nacionalista per se. Pero oye, que a falta de argumentos, empecemos con “insultos”. Tú llámame nacionalista leonés, que yo te llamaré nacionalista etnocida.

      – El gentilicio “castellanoleonés” está recogido irresponsablemente en la RAE a saber por qué (los que mandan son tontos y tal, claro).
      De usar un gentilicio común para toda la CCAA debería usarse “castellano y leonés”. Es el gentilicio que usan, entre otros, la Junta y RTVCyL, no los leonesistas. Dicho esto, uno se da cuenta que el gentilicio “oficial” de la comunidad parece dos, y no es casualidad.

      – “en 1230 es engullido por el reino de Castilla” No es engullido, empieza una unión dinástica con muchos otros territorios (Galicia, Asturias, País Vasco, Extremadura, Andalucía, Murcia) que nunca a nadie vi decir que son castellanos. ¿Por qué? Porque a falta de conocimiento histórico, se repite goebbelianamente lo que dice la oligarquía dominante que creó e implantó por decreto Castilla y León para evitar “el desmembramiento de España” y para luchar contra los nacionalismos periféricos: nacionalismo español, puro y duro.

      – “Vivir con una mentalidad del siglo XII en ul siglo XXI” Si hubieses cogido un libro, sabrías que desde 1833, en la actual división territorial provincial y regional, existe una región leonesa. Carece completamente de competencias, sí, pero ahí está la realidad. León como ente dentro de España es demasiado actual, calificar de medievales a los que lo piensan es extremadamente falaz.

    4. Usted lo primero que insulta llamado fascistas y franquistas a los que no comulgamos con esa patraña de artículo que se ve que más que rigor histórico está impresa su ideología regionalista intransigente y totalitaria que hace que a cualquiera que discrepe le despaches de esa forma. Por tanto flaco favor hace a esta revista sus pseudoartículos demagógicos y subjetivos.

      Para empezar vivimos en el siglo XXI no en el siglo XIII con un territorio que ocupaba media península ibérica y que gente con ideas imperiales quiere recuperar pisoteando a los pueblos. Vivimos como digo en el siglo XXI y su corona imperial de castillos y leones pasó a mejor vida. Lo que hay son dos territorios que se unieron por razones de estado porque Martín Villa quiso y no de mutuo propio, así que no me venga con cosas del siglo XIII porque separados estaban León y Castilla mucho antes de 1978 y al País Leonés se le hurtó el derecho autonómico que otorga la constitución de 1978 por como digo razones de estado. Así que ni en el siglo XX, ni en el XIX, ni en el XVIII ni en ningún otro siglo existía esta territorialidad ni los leoneses vamos a aceptar semejante intelequia de algún iluminado.

      Por tanto cíñase a lo establecido que es leoneses y castellanos, y en este caso leoneses, y déjenos de insultar a los leoneses si hace el favor porque uno se ve insultado del desprecio que muestra a los leoneses sus formas de actuar.

  7. Con la nota al final del artículo queda meridianamente claro que no lo cambian porque no les apetece. Se han expuesto por aquí razones más que suficientes para que cambien lo de “castellanoleonesa” que, por cierto, así constará en la Real Academia de la lengua (donde también constan otras palabras como “almóndiga” o “cocreta” ) pero búsquenlo si no es molestia en el Estatuto de Autonomía de Castilla y León y verán como no lo encuentran.
    De todas maneras, hagan lo que vean oportuno, que para eso es su revista, pero desde luego si pretenden que se les tome por una publicación seria, están errando el camino haciendo caso omiso a personas que se ve que tienen más cultura que ustedes. Yo por mi parte ni me molestaré en recomendar a nadie la lectura de este artículo, ni de ningún otro, porque con esa tozudez que demuestran, se revelan como un panfleto barato.

  8. Por favor el creador de este artículo debe rectificar varias
    cosas:

    1- León no es una ciudad castellanoleonesa. La autonomía es
    Castilla y León, se diferencia muy bien con la letra “y”, dos territorios bien diferenciados.

    2- La Corona de León no desapareció cuando se unió a la
    Corona de Castilla. Le recuerdo que Galicia y Asturias entran dentro de la
    Corona leonesa y a nadie se le ocurre
    llamar a Santiago de Compostela o a Oviedo ciudades leonesas o castellanas.

    3-La Corona de Castilla se componía del reino de Castilla y
    el reino de León con Asturias y Galicia. El reino de León no perdió para nada
    su estatus como reino, ni fue absorbido ni desapareció; tenía cortes separadas
    de los castellanos, sus leyes son distintas, representantes de cada reino, cancillería,
    notarias y un largo etc.

    Su artículo carece de rigor histórico además de mezclar
    conceptos territoriales de una época con otra.

  9. Ciudad castellana,castellanoleonesa… ¿Tan difícil es decir la capital leonesa? Y más cuando estamos hablando de tiempos en los que León y Castilla eran reinos enemigos…

    1. Hola @ricardochao:disqus ,

      No es que sea difícil decir capital leonesa. La ciudad de León, efectivamente, es la capital leonesa, es decir, de la provincia de León. Pero la realidad del siglo XXI es que esta capital y su provincia se integran en la Comunidad Autónoma de Castilla y León, por lo que el gentilicio castellanoleonesa, a nuestro juicio, también es correcto. Como puedes comprobar en el texto, sólo se usa este término una vez.

      Saludos cordiales y muchas gracias por tu aportación al debate!

      1. Gracias por la contestación, pero si nos atenemos al Estatuto de Autonomía de Castilla y León, el gentilicio “castellanoleonés” no existe…

      2. “A vuestro juicio” castellanoleonesa es correcto. Pero plantearos que quizás “vuestro juicio” está equivocado. Las leyes dicen lo que dicen, el Estatuto de Autonomía dice lo que dice. Si “vuestro juicio” se lo salta todo a la torera, no hay mucho más que hablar. La ignorancia es de las cosas más atrevidas de este mundo.

      3. “La Historia de España ha sido tan maltratada” es el comienzo de vuestro artículo. No deja de ser muy graciosos que vosotros también pretendáis manipular y tergiversar nuestra historia y nuestro presente. No somos “castellanoleoneses” porque ese gentilicio no existe. Para que existiera, la comunidad debería llamarse de “CastillaLeón” y hasta la fecha, por mucho que algunos se empeñen, la comunidad está compuesta por dos regiones. Ya si queréis meter a los castellanos en algo en lo que no tienen nada que ver, todo lo más deberíais expresarlo como “castellanos y leoneses”. Fuera de eso, también estáis manipulando la historia. Y la actualidad del siglo XXI. Por mucho que a algunos les moleste.

  10. ¿Cómo que ciudad castellana? Yo flipo, es ciudad leonesa, y siempre lo ha sido. Y es un logro del Reino de León. Castilla nacio del Reino de León, por lo tanto los castellanos si fueron leoneses, pero nunca los leoneses hemos sido castellanos, por mucho que se empeñen, y es algo que nos ofende de sobremanera. Para que me entiendan, es como si uds llaman brasileño a uno de Lisboa. No creo que sea tan dificil, SOMOS LEONESES, Y PUNTO, que ya esta bien.

    1. Hola,

      Gracias por comentar y por leer nuestro artículo. Hemos modificado la denominación de “castellana” por “castellanoleonesa”, que es más acertada. Entendemos que defienda el origen leonés de la ciudad, puesto que históricamente así fue.

      Saludos cordiales,

      1. Tampoco es una ciudad castellanoleonesa. El artículo es bueno, las intenciones son buenas, pero la denominación de origen es leonesa. Sintiéndolo mucho, una persona puede ser de Castilla o de León, pero no ambas cosas. Y si la comunidad autónoma se llama Castilla Y León, es porque hay dos regiones, dos pueblos. Si la ciudad es León, no puede ser Castilla… es una falta de respeto muy grave, y lo mismo que exijo para mi tierra, se lo pido para otras. Burgos, verdadera capital de Castilla, no es leonesa, por tanto, Castilla tampoco es León… no es tan difícil de entender. Y es que además están hablando de historia medieval leonesa al 100%, los hechos que transcurren en el primer parlamento del Rey Alfonso IX, ocurren en un contexto de auténticas crispaciones con Castilla, era una época donde León y Castilla tenían políticas distintas, no puede ser que confundamos la actualidad con el pasado, León era León y Castilla era Castilla…. lo de ahora… está por ver. Un respetuoso saludo.

        1. Hola Eduardo,

          Gracias por tu comentario y por tu opinión. Queda registrado y accesible, ya que la crítica sana nos parece indispensable y la diferencia de opiniones, más todavía.

          Saludos cordiales,

      2. ¿Y si antes podía ser “castellana” a secas ¿por qué ahora tiene que ser “castellanoleonesa” en lugar de “leonesa” a secas? Por cierto que el vigente Estatuto de Autonomía no recoge lo de “castellanoleonés” ni una sola vez como gentilicio.

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