El 11-S mantuvo en pérdidas a las aerolíneas hasta cinco años después de los atentados

Un informe de IATA destaca que los ingresos de las aerolíneas no se recuperaron hasta 2004 y los beneficios hasta 2006. Además, los atentados supusieron cambios de relevancia en áreas próximas al negocio: se incrementaron los costes de seguridad, las medidas de protección y las aseguradoras modificaron sus pólizas.

MADRID.- El próximo domingo 11 de septiembre se cumplen 10 años de los atentados que demolieron el World Trade Centre de Nueva York, un hecho que cambió la historia del siglo XXI, que comenzaba en ese momento. Alrededor de las nueve de la mañana de aquel día de 2001, dos aviones se estrellaban contra las torres gemelas neoyorquinas, que posteriormente se desmoronarían sobre sus cimientos. A la vez, otros dos aparatos eran secuestrados por terroristas con la intención de atacar el Pentágono y la Casa Blanca. El atentado se atribuyó a la organización terrorista Al Qaeda, dirigida por Osama Bin Laden.

Más allá de las consecuencias políticas y militares del 11-S, que se han ido sucediendo en estos años, hubo una serie incidencias inmediatas sobre la aviación comercial. La seguridad en los vuelos comerciales se reforzó, obligando a todos los pasajeros a pasar tediosos controles en los aeropuertos con el fin de evitar otros atentados o facilitar sus datos a los países, como EEUU, antes de emprender su viaje. Durante los meses siguientes, la psicosis se instaló en la sociedad mundial y en las diversas autoridades.

Caída de ingresos y beneficios

Asimismo, las consecuencias económicas sobre el sector de la aviación no se hicieron esperar como efecto de las primeras medidas. La Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) ha elaborado un informe (PDF, en inglés) que trata de sintetizar estas incidencias. Para empezar, los ingresos de las aerolíneas cayeron un 6,7% en 2001 con respecto al año precedente, hasta los 307.000 millones de dólares (217.952,50 millones de euros), y el nivel previo de los mismos no se situó por encima de las cifras anteriores al atentado hasta 2004. La previsión para 2011 es que los ingresos se sitúen en los 598.000 millones de dólares (424.932,18 millones de euros).

Sin duda, el dato más impactante es el precio del combustible. Aunque IATA no da una tarifa media, sí explica que en 2001 los gastos por combustible suponían un 13% de los costes totales. Cuando acabe 2011 se estima que este coste supondrá el 30% de los gastos totales de las compañías.

En el capítulo de beneficios, las compañías aéreas perdieron 13.000 millones de dólares (9.231,96 millones de euros) en 2001 y 11.300 millones de dólares (8.027,64 millones de euros) en 2002. Hasta el año 2006, el negocio aéreo no volvió a los números negros, con 5.000 millones de dólares (3.552,05 millones de euros) en beneficios en todo el mundo. Antes de los atentados del 11-S, los beneficios de las aerolíneas alcanzaron 3.700 millones de dólares (2.628,80 millones de euros). Todas estas pérdidas afectaron al empleo de miles de trabajadores en la industria.

En cualquier caso, el capítulo de los beneficios muestra lo delicado que es el negocio aéreo y lo sensible que se manifiesta ante cambios bruscos de la economía. En los últimos diez años, las aerolíneas sólo han sido rentables en los ejercicios 2000, 2006, 2007 y 2010. La crisis económica ha afectado a las compañías aéreas.

Costes de seguridad y aseguradoras

Otro de los aspectos que destaca el informe de IATA es que los costes de seguridad anuales en el transporte aéreo ascienden a 7.400 millones de dólares (5.257,53 millones de euros). La mayor parte de los mismos se destinan a tareas de seguridad en los aeropuertos, entre el pasaje y en los propios aviones.

En los días siguientes al atentado, las aseguradoras cancelaron, por un periodo de 7 días, los seguros de “riesgo de guerra” que las compañías aéreas tenían suscritos, un hecho sin precedentes y que amenazó con dejar a las firmas aéreas sin actividad. El asunto se solucionó, pero las aseguradoras elevaron sus primas y ofrecieron menos cobertura, lo que supuso un sobrecoste de 2.000 millones de dólares (1.420,95 millones de euros).

Por su lado, la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI) emprendió una revisión del Convenio de Roma para contemplar mayores indemnizaciones a las víctimas de atentados terroristas. En 2009 se completó la revisión, que sólo entrará en vigor cuando 35 miembros de la OACI la firmen. Sólo ocho lo han hecho hasta el momento.

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