Inversión en ‘startups’ de viajes durante 2018

Unicornio: empresa valorada en 1.000 millones de dólares. Es el término de moda bajo el que se agrupan compañías como Oyo Hotels, Getyourguide, Cabify o Uber. Son las que más inversión reciben de fondos internacionales.
Inversión en 'startups' de viajes durante 2018

Las empresas de capital riesgo han invertido 43.891 millones de dólares (39.881 millones de euros) en startups del sector viajes y movilidad en 2018 en todo el mundo, un 73% más que en el ejercicio precedente. El informe The State of Travel and Mobility Tech del Lufthansa Innovation Hub detalla que el incremento de inversión ha sido del 100% en los últimos siete años.

El informe señala otro dato importante: el 80% de este dinero llegó a las cuentas bancarias de 44 compañías, todas con una valoración superior a los 1.000 millones de dólares (conocidas como “unicornios” en el mundo financiero), lo que muestra una concentración del dinero para desarrollo de negocios en manos de pocas empresas. Y también señala que se puede estar dejando otros proyectos, que suenan menos en los medios de comunicación, por el camino. La mitad de estos unicornios tienen como actividad principal el transporte privado de viajeros o la fabricación de vehículos eléctricos.

Ser un unicornio está de moda. Según el informe de Lufthansa Innovation Hub, existen 400 startups con valoraciones por encima de los 1.000 millones de dólares en diferentes sectores. Cerca de un 10% de estas compañías son del sector viajes o de movilidad urbana (como Cabify, BlaBlaCar o Grab, entre otras). Estos 44 unicornios tienen una valoración conjunta de 220.000 millones de dólares. En los 10 primeros puestos de esta lista se hallan empresas como la china Didi Chuxing, con más de 22.000 millones de dólares de inversión conseguidos y dedicada a hacer la competencia al taxi; Airbnb, Grab u OYO Rooms. Las compañías estadounidenses y asiáticas dominan el ranking se mire por donde se mire. La única empresa española que se ha colado en este club es Cabify, que también compite con el taxi. La firma catalana está valorada en 3.000 millones de dólares y ha conseguido inversión de capital riesgo por valor de 480 millones de dólares.

El informe también analiza la inversión por regiones geográficas. Las empresas asiáticas han acaparado el 60% de los fondos de capital riesgo en 2018. Algo más de un tercio de ese dinero fue a parar a China, mientras que el 25% restante se repartió entre los demás países asiáticos. Otra tercera parte de toda la inversión mundial en empresas tecnológicas de viajes y movilidad se ha concentrado en EEUU.

El lugar de Europa

Es muy llamativo que Europa no atraiga este tipo de inversiones, ya que sus empresas sólo han conseguido un 3% de todos los fondos mundiales. Hay dos explicaciones para este comportamiento. Primero, no existen fondos de capital riesgo con tanto dinero como en los EEUU, por eso la Unión Europea está pensado en crear su propio fondo tecnológico. En segundo lugar, el mercado europeo, en el que se centran las startups del continente, está muy maduro. En las empresas asiáticas invierten casi todos los fondos estadounidenses porque ven el potencial de un mercado de más de 500 millones de consumidores en Asia, a los que se suman los europeos y americanos.

Con todo, el estudio indica que en 2019 se prevé una inversión en empresas tecnológicas europeas de 2.816 millones de dólares, un 21% más que en 2018. Los principales focos de atracción son Berlín (479 millones de dólares), París (342 millones de dólares), Londres (304 millones de dólares), Tallín (175 millones de dólares), Madrid (161 millones de dólares) y Barcelona (108 millones de dólares).

Alemania es el referente de la inversión tecnológica en Europa. En el país teutón se concentran startups, como Getyourguide, especializada en la venta de tours y actividades en destino (Revista80dias promociona servicios de esta empresa), Hometogo (alquiler de casas), Campanda (alquiler de caravanas), Flixbus (venta de billetes de autobús) o Holidu (alquiler de apartamentos), entre otras. Además, en Alemania destacan dos empresas que pueden cambiar la movilidad de determinados consumidores de perfil alto: Lilium y Volocopter. Ambas están desarrollando prototipos de aeronaves personales para desplazamientos urbanos.

La inversión decrece

El estudio de Lufhtansa Innovation Hub también destaca que esta fiebre inversora en las startups de viajes y movilidad está tocando a su fin. Si se descuentan las operaciones realizadas en los unicornios, la inversión en el resto de nuevas empresas de estos sectores ha caído un 5% (hasta 9.253 millones de dólares) en 2018 con respecto al año anterior. Sólo 2 de cada 10 dólares van a parar a startups cuya valoración está por debajo de los 1.000 millones de dólares. Y el número de acuerdos de financiación también se ha reducido un 20%. Esta dinámica es consecuencia de dos procesos. El primero tiene que ver con que los fondos de capital riesgo tienen más interés en invertir dinero en las fases de madurez de las empresas (en un 42% de las ocasiones). En segundo lugar, las compañías unicornio, como estos animales mitológicos, son atractivas y son tendencia, lo que lleva a los fondos a apostar por ellas porque esperan una rentabilidad en un plazo medio de tiempo. Sobre todo de las que ofrecen sus servicios al consumidor particular.

Pero ser un unicornio no garantiza el éxito. Tras el estallido de la burbuja puntocom al principio de este siglo, un requisito que pedían los inversores es que las empresas donde apostaban su dinero tuviesen beneficios o estuviesen a punto de conseguirlos. Hoy, la mayoría de los unicornios, cotizados en bolsa o no, tienen pérdidas millonarias. Y, a pesar de ello, los fondos de inversión les siguen insuflando dinero sin el que estas empresas tendrían que declararse en quiebra y cerrar el negocio. Cualquier cambio de tendencia en el consumo y la lentitud en la adaptación puede dar al traste con compañías como Uber, Airbnb y otras similares, que no son rentables y que en muchos casos trabajan con precios que no cubren sus costes. El objetivo de estos unicornios, y de los inversores que hay detrás, es expandirse en los diferentes mercados, conseguir una gran base de clientes y postergar la rentabilidad al futuro. Otras crecen hasta ser lo suficientemente atractivas para ser adquiridas por competidores establecidos y que necesitan de su tecnología o servicios. En cualquier caso, quien no sea unicornio lo tendrá difícil para crecer en un entorno tan competitivo.

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