Europa apuesta por el transporte compartido, transparente y desregulado

Varios portavoces de la Comisión Europea se han manifestado a favor de un transporte más abierto en Europa y del uso de aplicaciones como Uber para facilitar la vida al cliente. Se enfrentan a gremios como el del taxi, que ve peligrar su negocio por una competencia muchas veces alegal.
Neelie Kroes, vicepresidenta de la Comisión Europea y comisaria de Agenda Digital | Foto: Comisión Europea
Neelie Kroes, vicepresidenta de la Comisión Europea y comisaria de Agenda Digital | Foto: Comisión Europea
Neelie Kroes, vicepresidenta de la Comisión Europea y comisaria de Agenda Digital | Foto: Comisión Europea
Neelie Kroes, vicepresidenta de la Comisión Europea y comisaria de Agenda Digital | Foto: Comisión Europea

MADRID.- Por si algunos tenían dudas de que la Unión Europea es importante en la vida diaria de sus ciudadanos, las últimas declaraciones de diversos dirigentes europeos encargados del transporte y la competencia las han disipado. La semana pasada se ha producido un conflicto entre los taxistas y transportistas de pasajeros en Europa con aplicaciones para móviles como Uber, que permite a sus usuarios pedir un coche con conductor para realizar sus desplazamientos por la ciudad. Los taxistas consideran que este negocio es una competencia desleal, ya que no está sometido a la misma regulación ni pago de impuestos que les afecta a ellos. Por este motivo se han convocado huelgas de taxistas en diferentes capitales europeas como Londres, París o Madrid. Y, desde Bruselas, les han respondido que se vayan acostumbrando, porque la economía digital trae estos terremotos.

Por primera vez en mucho tiempo se ha visto desde la Comisión Europea un discurso en favor de las nuevas tecnologías y de su necesidad para cambiar el modelo productivo. Neelie Kroes, vicepresidenta de la Comisión Europea y comisaria de Agenda Digital, ha salido en defensa de aplicaciones como Uber o BlaBlaCar (aunque el modelo de negocio de ambas es diferente), echando un jarro de agua fría a los taxistas europeos. En un comunicado, Kroes explica que “no podemos enfrentarnos a los nuevos desafíos ignorándolos, yendo a la huelga o intentando prohibir las innovaciones”. La comisaria habla de tecnología disruptiva (aquella que porovoca un cambio de gran importancia en el mercado y en la forma de consumir un servicio) y de la necesidad que tiene Europa de emprendedores, “personas que nos agiten y creen empleos y crecimiento en el proceso”. Kroes añade que “si no usamos la tecnología digital, millones de trabajos se trasladarán a otro sitio y los europeos se sentirán contrariados porque se les nieguen las ventajas que disfrutarán los habitantes de Asia, Australia, América o África”. Y, por si alguien duda, la vicepresidenta explica que “la gente de la economía colaborativa, como conductores, alojamiento, equipamiento y artistas, deben pagar los impuestos y someterse a las normas”.

La Comisión Europea es muy consciente de la necesidad que tiene el continente de crear puestos de trabajo más cualificados y que generen una vía de enriquecimiento social diferente a la que se ha venido produciendo en los últimos 50 años. Los empleos relacionados con la tecnología y la economía digital son un objetivo de la Agenda Digital que defiende Neelie Kroes y que pretende implantar un modelo productivo en el campo tecnológico similar al del Silicon Valley estadounidense, que ha generado empresas como Google o Tripadvisor en el mundo de los viajes. Bajo el nombre de “Agenda Digital” se encuentra un programa para hacer que las nuevas tecnologías dirijan en parte la evolución económica de Europa, creando un mercado único digital, apoyando los estándares, centrándose en la seguridad de las operaciones y los datos, facilitando el acceso a Internet o incrementando la I+D+i. Si la Comisión lo hace bien, la clave estará en desregular sectores como el del taxi, pero obligando a los nuevos actores a acatar normas comunes y a tributar por sus actividades.

La importancia de las delcaraciones de Kroes radica en que el Gobierno comunitario no va a poner en marcha una legislación que restrinja la competencia en el mercado del transporte de viajeros, lo que a la larga afectará a taxistas, pero también a empresas de autobús, por ejemplo. Cada Estado miembro de la Unión cuenta con su propia ley de transporte terrestre y es el encargado de verificar que las empresas de estos sectores o relacionados cumplen con los requisitos para prestarlos. Sin embargo, la Comisión puede decidir que es necesario desregular el sector de transporte de pasajeros o hacerlo más permeable a la entrada de nuevos competidores. Ello obligaría a los Estados a cambiar su legislación y afectaría de forma directa a los autónomos del taxi o a las empresas de transporte.

Transporte transparente

Por otro lado, Bruselas está muy implicada en facilitar el transporte y la movilidad dentro de la Unión. Siim Kallas, vicepresidente de la Comisión y responsable de Transportes, ha referido que “las compañías pequeñas e innovadoras necesitan acceso a los datos de viajes para que puedan desarrollar soluciones de puerta a puerta. Y necesitamos más y mejor cooperación entre los operadores de transporte, la industria, los desarrolladores y los Estados miembros”. Está claro que la Comisión quiere aumentar la transparencia de los datos y aquí la nueva tendencia del big data (la agregación de grandes cantidades de datos para darles sentido y utilidad) va a jugar un papel preponderante. Por ejemplo, para la CE sería ideal que un viajero europeo pudiera reservar, desde un sólo portal o aplicación, un único billete que le permitiera viajar por diferentes medios de transporte dentro de la Unión.

Así que en las últimas semanas la Comisión ha dejado claro cuáles son sus planes en transporte y economía colaborativa. Por una parte, la tendencia dentro del Gobierno comunitario es a una desregulación de los servicios para aumentar la competencia y limitar aquellos que tendan restringido el acceso de nuevos operadores, como el caso de los taxistas. Y, por otro lado, en el ámbito del transporte desde Bruselas se quiere mayor facilidad y transparencia para moverse por la Unión de forma más eficaz.

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