Efectos del Brexit sobre el turismo europeo

A un mes para que el Reino Unido salga de la Unión Europea aún no hay acuerdo de divorcio. Estas serán las consecuencias de un Brexit duro.
Brexit entre Reino Unido y la UE
Brexit entre Reino Unido y la UE

La fecha del Brexit se acerca. El próximo 29 de marzo cumple el límite para que Reino Unido abandone la Unión Europea. Pero el acuerdo al que habían llegado el gobierno británico y la Comisión Europea ha sido rechazado por el Parlamento británico. Este hecho ha abierto la posibilidad de que Gran Bretaña llegue a finales de marzo sin un programa de salida de la Unión, lo que se ha denominado Brexit duro. ¿Qué consecuencias tendrá para el turismo europeo la salida del Reino Unido de la UE sin acuerdo?

Los países más afectados, de forma directa, serán los que mayor número de turistas británicos reciben en el año. España está entre ellos, ya que el 20% de los 80 millones de visitantes anuales al país mediterráneo son británicos. Esto no significa que estos 16 millones de turistas dejen de visitar España de golpe, pero es muy fácil que un buen número se decidan por acudir a otros destinos del Mediterráneo, como Turquía o Egipto. Lo mismo puede sucederle a Portugal, donde el 25% de sus turistas son británicos y han caído un 8% entre enero y octubre de 2018, según los datos estadísticos del país.

Las previsiones son apocalípticas. El World Travel Tourism and Council (WTTC), una asociación de las principales empresas turísticas internacionales, que funciona como lobby, prevé que con un Brexit duro se pierdan 399.000 empleos en la Unión Europea y otros 308.000 trabajos en el Reino Unido. Por su lado, la riqueza de los países europeos disminuiría en 22.000 millones de libras (25.112 millones de euros).

Estas pérdidas económicas y de empleo son consecuencia de las medidas que Reino Unido y la UE tendrán que adoptar tras la ruptura sin acuerdo. Para empezar, las fronteras entre el continente y el Reino Unido volverán estar cerradas y requerirán el uso de pasaportes y visados para que los británicos puedan moverse por los países de la UE y viceversa. Es decir, el espacio Schengen, que garantiza la libertad de movimientos para los ciudadanos de los países que integran la Unión, dejaría de tener efecto y vigor para el Reino Unido.

Otro de los efectos de un Brexit duro será la depreciación de la libra frente al euro. Esto conllevará que la moneda británica sea más débil y los destinos europeos serán más caros para los británicos. Por eso se teme que muchos turistas se decidan por países más baratos, principalmente los del Norte de África, como Egipto o Turquía, donde ya se han redirigido muchos flujos turísticos.

En tercer lugar, se verán afectados los acuerdos con las líneas aéreas, hasta ahora cubiertos por la legislación europea y que tendrán que ser negociados por Reino Unido país a país. Durante las últimas semanas ha existido la polémica sobre IAG, el conglomerado empresarial que agrupa a las aerolíneas British Airways e Iberia, junto a otras de menor entidad. La duda estaba en cómo afectaría a la compañía un Brexit duro, ya que sin acuerdo, las aerolíneas del grupo no podrán volar a otros países de la UE, donde transportan buena parte de sus pasajeros y se nutren de clientes para llevarlos en sus vuelos fuera de la UE. El grupo ya ha anunciado que limitará la presencia en su capital a los inversores de fuera de la UE hasta un 47,5%. El Reino Unido, si se produce el Brexit duro, será un país externo a la UE, por lo que las acciones de inversores británicos tendrán que ser menores para que las aerolíneas del grupo tengan una mayoría (mínimo del 51% según la legislación de la UE) de capital europeo. IATA, la patronal mundial de las aerolíneas, calcula que un millón de nuevos asientos pueden estar en peligro si no se llega a un acuerdo sobre la salida del Reino Unido de la UE. El Brexit también afectará a los viajes de negocios, junto con los precios del petróleo.

En cuarto lugar, en Reino Unido radica uno de los principales turoperadores del continente europeo: Thomas Cook. El momento para la empresa no está siendo el mejor, ya que atraviesa problemas financieros. A esto se suma un Brexit que puede complicar los trámites para trasladar clientes (también cuenta con una aerolínea) y que puede hacer que muchos de ellos elijan destinos más baratos, lo que reduciría los márgenes de su negocio. Lo mismo le sucede al turoperador TUI, otro de los grandes de Europa, aunque en su negocio pesa más el turista el alemán. Otras agencias, como por ejemplo Lastminute, han informado de que no han percibido una caída en sus reservas por el Brexit. Los datos, a un mes de que se produzca la salida de Reino Unido de la UE (si no se amplía el plazo) son contradictorios y los efectos se dejarán notar con posterioridad al 29 de marzo. Hasta el momento, incertidumbre.

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