MADRID.- Empieza el año y nuestros propósitos están aún en el tintero decidiendo si los dejamos correr o si nos lo tomamos en serio para, doce meses después, sentirnos orgullosos de nosotros mismos. Lo más importante es gestionar de una forma correcta nuestro tiempo de ocio y, sobre todo, viajar. Te damos unas cuantas ideas:
Pasar tiempo de calidad con la gente que te importa. Piénsalo, reservar una casa rural o un apartamento y escaparse con un grupo de buenos amigos para pasar un par de relajantes días que os alejen de la rutina y el estrés. Por ejemplo, se puede salir de fiesta por Dublín.
Disfrutar del amor. En este punto hay que mencionar la escapada romántica. Se trata de una de las formas más apasionantes de pasar tiempo con nuestra pareja, aprovechar la atmósfera y la magia de un lugar con encanto y poner a punto nuestra relación a todos los niveles. Jacuzzi, cielos estrellados, jardines con flores, velas, aromas delicados… un sinfín de posibilidades.
Hacer deporte. Hay muchos hoteles que tienen un gimnasio y, a veces, es incluso divertido dejarse llevar por la novedad, pero lo realmente fabuloso es la posibilidad de practicar deportes nuevos y al aire libre: escalada, buceo, senderismo, rafting, esquí, equitación o cualquier cosa que nos guste y nos haga sentir vivos, incluso un simple paseo por el bosque más cercano a nuestro encantador alojamiento.
Descubrir nuevas gastronomías. Viajar a través de los sentidos. Sea por España, por Europa, por el mundo… o dando rienda suelta a nuestra imaginación. Podemos adentrarnos en la gastronomía local haciendo una incursión a sus bares y restaurantes o bien, comprando productos típicos y cocinándolos nosotros mismos en nuestra casa o en nuestro alojamiento de alquiler. Una paella valenciana, una mariscada gallega, un vino en Oporto, unos macarons en París o simplemente hacer una incursión al Naschmarkt de Viena o al mercado semanal de Roma.
Relajarse y desconectar. Hacerse con un alojamiento tranquilo, alejado del mundanal ruido, en un paraje idílico y dejarse llevar por terapias alternativas o por técnicas milenarias de relajación. Tai-chi, meditación, masajes holísticos, aromaterapia, burbujas en el jacuzzi o simplemente un balneario con encanto. Tiempo para nosotros mismos.
