Siria e Irak: guerras que ponen en peligro el patrimonio cultural

Los conflictos que se desarrollan en Siria e Irak son mortales para su población, pero también para el patrimonio cultural y arqueológico que pertenece a toda la Humanidad.
Ruinas de Palmira en Siria | Foto: Ron van Oers, para UNESCO
Ruinas de Palmira en Siria | Foto: Ron van Oers, para UNESCO
Ruinas de Palmira en Siria | Foto: Ron van Oers, para UNESCO
Ruinas de Palmira en Siria | Foto: Ron van Oers, para UNESCO

Sira e Irak, dos países del mundo árabe, en el puente que une Europa con Asia, y que sufren conflictos en us territorios, preñados de ciudades, enclaves y monumentos Patrimonio de la Humanidad. Desde luego, las personas se encuentran antes y las guerras que se desarrollan en ambos países deben paralizarse sólo por proteger a la sociedad civil (en Siria han perdido la vida 160.000 personas desde que empezó la guerra en 2011, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización cercana a los rebeldes). Pero si hubiese que buscar un segundo motivo, el hecho de que ambos estados sean cuna de una parte de la civilización orienta y occidental ya es suficiente.

Los acontencimientos que suceden en Irak son una consecuencia de la guerra civil que se viene desarrollando en Siria desde hace tres años. Al prinicipio de los enfrententamientos en Siria, buena parte de la población se rebeló contra el régimen del presidente Bashar Al Assad. El régimen oficial siempre mantuvo que se trataba de terroristas que deseaban desestabilizar el país y la región, pero en los inicios las fuerzas rebeldes pedían liberarse de las ataduras que Assad mantenía sobre su pueblo. En este escenario revolucionario hizo su aparición el ISIS (siglas para Estado Islámico de Irak y el Levante), un grupo radical que pretende implantar la sharia (ley islámica) a rajatabla en sus dominios, a la vez que crea un califato en la zona. La peculiaridad del ISIS no es que luche contra Al Assad, sino que también combate a los propios milicianos que iniciaron la revuelta en Siria, como bien explica el periodista Antonio Pampliega en su blog.

En este contexto, el ISIS ha extendido su guerra al Norte y Oeste de Irak, conquistanto amplias zonas de un país que, tras la invasión de EEUU para acabar con Sadam Hussein en 2003, no ha acabado de estabilizarse. Ahora, el grupo ha llegado a la ciudad de Mosul, un enclave histórico, con más de 1.700 zonas arqueológicas reconocidas, con monumentos como la Mezquita de Samarra, reconocida por la Unesco como Patrimonio Mundial de la Humanidad. Y los restos que aún pueden quedar y que todavía no han sido descubiertos o no se ha facilitado financiación para desenterrarlos.  El peligro no es sólo la destrucción del patrimonio, sino su posible venta en el mercado negro con la finalidad de obtener recursos para mantener la guerra o para realizar otras actividades. En el caso de Siria, tres años de guerra civil han puesto en peligro parte del patrimonio histórico. Damasco, Palmira, el Crac de los Caballeros (famoso castillo que sirvió a los cruzados para defenderse de los ataques musulmanes entre los siglos XII y XIII)…

Hace pocas semanas, la UNESCO ha declarado diferentes lugares del mundo como nuevo Patrimonio de la Humanidad. En teoría, este título supone una protección para el mismo, que en caso de conflicto deber ser respetado, si no se quiere incurrir en un delito penado por los tribunales internacionales.

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