Qué significa la quiebra de Thomas Cook

Thomas Cook era rentable, pero un modelo de negocio que no daba más de sí y una deuda elevada han torcido la mano del primer turoperador europeo.
Qué significa la quiebra de Thomas Cook
Qué significa la quiebra de Thomas Cook

El 23 de septiembre, Thomas Cook anunció su quiebra y liquidación. Sus gestores, con Peter Frankhauser a la cabeza, consejero delegado de la empresa británica, fueron incapaces de conseguir los 1.100 millones de libras (1.246 millones de euros) de financiación que la empresa necesitaba para afrontar la temporada de invierno, la de menores ventas en el sector turístico. Y ello a pesar de que la multinacional china Fosun, uno de sus mayores accionistas, había accedido a aportar 900 millones de libras a cambio de una participación mayoritaria. Pero los bancos acreedores pedían a Thomas Cook 200 millones de libras extra. En España, uno de sus principales mercados, la empresa británica debe a los hoteleros 200 millones de euros, por lo que estos propusieron a Thomas Cook cambiar la deuda por acciones del turoperador para evitar su quiebra y aportar así los 200 millones adicionales que solicitaron los bancos en el último momento, según ha podido confirmar este medio. Pero el plan no funcionó.

Thomas Cook era uno de los dos grandes turoperadores europeos (el otro es el alemán TUI) y había nacido en 1841 en el Reino Unido. Fabián González, analista de mercado de Phocuswright, señala que el modelo de turoperación tradicional (vender paquetes de vuelo, hotel y comida al precio más barato en agencias de viajes) se está “agotando”. Para González esta suspensión de pagos supondrá un “cambio de era” en el negocio turístico.

Las cifras de la quiebra de Thomas Cook

El cierre y liquidación de Thomas Cook ha afectado a 600.000 clientes. De estos, 150.000 viajeros estaban de vacaciones en sus destinos, fundamentalmente en el área mediterránea, mientras que el resto había reservado con Thomas Cook para disfrutar sus vacaciones en las próximas semanas. El Gobierno británico ha iniciado un plan de repatriación al Reino Unido de los turistas que han quedado varados por media Europa y Norte de África que durará hasta el 6 de octubre.

Thomas Cook ingresó 9.584 millones de libras en 2018 (la empresa cerraba su ejercicio fiscal el 30 de septiembre) y obtuvo unas pérdidas de 163 millones de libras. El grupo era rentable desde el punto de vista de su beneficio operativo (aquél que se consigue antes de pagar intereses por deudas financieras), con 97 millones de libras. El problema aparecía cuando Thomas Cook tenía que devolver sus préstamos, lo que le supuso unas pérdidas de 155 millones de libras el año pasado.

El turoperador tenía obligaciones por valor de 1.933 millones de libras y acumulaba pérdidas de otros ejercicios por importe de 1.965 millones. En total, y según los documentos de la quiebra a los que ha accedido el diario The Times, el agujero de Thomas Cook alcanzaba los 3.100 millones de libras. La empresa sólo tenía efectivo para funcionar hasta el 4 de octubre. El turoperador gestionaba al año más de 20 millones de clientes, contaba con 560 agencias de viajes físicas en Reino Unido, que han cerrado inmediatamente, y daba empleo a más de 21.000 trabajadores de forma directa.

La quiebra de Thomas Cook ha generado una reacción en cadena que puede llevar a la suspensión de pagos a otras empresas turísticas, sobre todo en los mercados donde operaba el gigante británico. La compañía contrataba por adelantado las estancias de sus clientes en hoteles, así como circuitos turísticos con agencias de viajes. Y estas empresas asociadas con Thomas Cook cobraban en un plazo de 90 días desde la salida del huésped del hotel o el disfrute de la actividad.

En España, la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT) calcula que Thomas Cook debe unos 200 millones de euros a los alojamientos españoles afectados por la quiebra, aunque tiene que cuantificar con mayor exactitud esta cifra. En Turquía, Turofed, la federación hotelera, estima que Thomas Cook adeuda una media de 200.000 libras a cada uno de los pequeños hoteles con los que trabaja. Mientras que en Marruecos, la Federación de Turismo Marroquí prevé que el turoperador adeuda 20 millones de dólares a los hoteles del país norteafricano. La compañía británica trabajaba con 50 hoteles en las ciudades de Marraquech y Agadir.

Y, en Grecia, el turoperador debe a algunas agencias de viaje pequeñas alrededor de 82.000 euros, la práctica totalidad de su facturación anual, porque la mayoría habían firmado una cláusula de exclusividad con la empresa británica. En la Isla de Creta, el 80% de los hoteles tenían contratos con el turoperador, según la agencia de noticias Atenas-Macedonia. En total, Harry Theoharis, ministro de Turismo griego, estima que Thomas Cook debe 500 millones de euros a las empresas turísticas del país heleno.

A qué destinos afecta el cierre de Thomas Cook

El cierre de Thomas Cook no significa que los clientes que habían reservado viajes con la compañía vayan a desaparecer. En el medio plazo, estos viajeros acabarán en otras empresas de la competencia tras el hueco que deja el turoperador británico, fundamentalmente en TUI, su competidor alemán, y las agencias de viajes online (OTA en sus siglas inglesas).

Sin embargo, el momento en el que ha quebrado Thomas Cook es inoportuno para los destinos españoles, fundamentalmente las Islas Baleares y Canarias, así como algunas ciudades de costa. Thomas Cook garantizaba clientes para los hoteleros en los meses invernales, sobre todo en Canarias, que goza de buen tiempo. Fabián González, de Phocuswright, explica que las empresas turísticas de “Canarias, y menor medida Baleares, van a vivir momentos dramáticos” por los impagos de Thomas Cook y la cancelación de reservas. En el archipiélago canario, el turoperador estaba empezando a notar que los turistas británicos y nórdicos ya no lo veían tan apetecible y, en los últimos seis meses, Thomas Cook había visto disminuir en 108 millones de libras la facturación proveniente de España. Ashotel, la asociación hotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro, indica que Thomas Cook era el segundo turoperador de importancia en Canarias y que suponía el 25% de la llegada de turistas a las islas. Se calcula que 35.000 clientes de Thomas Cook se encontraban en las islas en el momento de la quiebra.

Peter Franhauser, CEO de Thomas Cook | Foto: Thomas Cook
Peter Franhauser, CEO de Thomas Cook | Foto: Thomas Cook

La empresa especializada en big data Mabrian indica que más de 8,6 millones de plazas aéreas reservadas por Thomas Cook para sus clientes se verán afectadas por su liquidación. De ellas, 1,2 millones de plazas áreas se habían comprado para viajar a España hasta agosto de 2020. Los destinos españoles que peor lo pasarán serán Tenerife (donde se habían comprometido más de 300.000 plazas aéreas), Lanzarote (214.000 plazas) y Palma de Mallorca (210.000 plazas). Otros destinos como Fuerteventura, Gran Canaria, Mahón e Ibiza también se verán afectados, aunque en menor medida. González señala que los hoteleros que dependían de Thomas Cook tendrán que buscar “rápidamente” un sustituto, pero este paso exige “un cambio radical en el modelo de distribución que no podrán afrontar en el corto plazo por falta de conocimiento, recursos y experiencia”.

Otros destinos que se verán afectados serán Turquía y Egipto, donde las reservas de viajes a través de Thomas Cook habían crecido un 70% y un 95%, respectivamente, en el último año. A estos mercados no sólo viajan los turistas británicos, sino también los rusos, atraídos por Turquía, y los franceses, que acaban en destinos del Norte de África francoparlantes, como Marruecos o Túnez.

En Turquía, Turofed calcula que se han visto afectados 45.000 turistas británicos y de otras nacionalidades que viajaban con Thomas Cook. Además, la federación turca estima que pueden perder cerca de 700.000 turistas al año por la quiebra de Thomas Cook. Por su lado, en Grecia se encontraban, en el momento de la quiebra de Thomas Cook, cerca de 50.000 turistas que habían viajado y contratado con el turoperador, 20.000 de ellos en la Isla de Creta.

Las empresas china e india de Thomas Cook, que llevan su mismo nombre, siguen operando con normalidad, ya que el turoperador británico ya no era accionista de la segunda de ellas. En el caso de la firma china, Thomas Cook era un accionista minoritario, porque Fosun es el inversor de referencia. Ambas empresas son rentables y continúan con sus operaciones.

Por su lado, la aerolínea Condor, que pertenecía al grupo Thomas Cook, ha conseguido financiación del Gobierno alemán por importe de 380 millones de euros para seguir operando. La aerolínea da empleo a 5.000 trabajadores y es rentable, con un beneficio operativo de 43 millones de euros e ingresos por valor de 1.800 millones en 2018. Asimismo, la filial de Thomas Cook en Alemania ha entrado en concurso de acreedores con la finalidad de protegerse de sus acreedores y poder negociar con nuevos inversores para seguir funcionando. El Gobierno alemán está estudiando facilitar otro crédito a la filial alemana, al igual que ha realizado con Condor.

Qué anuncia la quiebra de Thomas Cook

A tenor de las cifras económicas de Thomas Cook es evidente que la quiebra de la compañía se debe a su elevada deuda. Y esta deuda es consecuencia de los préstamos que la empresa pidió para comprar y fusionarse con MyTravel Group en 2007, un turoperador online (el mismo año, TUI también se unió a First Choice, otro turoperador online). A esta compra se sumaron otras adquisiciones en los años siguientes que elevaron la deuda de la compañía. Es decir, la mala gestión económica es la principal clave del derrumbe de Thomas Cook.

La segunda cuestión es el papel del paquete vacacional (la combinación de vuelo, estancia hotelera y comidas), que Thomas Cook creó en 1855. No se puede decir que esté muerto, pues se sigue vendiendo y en países como Reino Unido, el principal mercado de Thomas Cook, se ha elevado su comercialización. Pero hay otros actores, como agencias de viajes online, que funcionan en Internet y que permiten al cliente hacerse su propio paquete vacacional. Thomas Cook estaba realizando la transición de la venta tradicional en tienda (aún contaba con 500 establecimientos en las principales calles británicas, lo que elevaba sus costes) a la venta de paquetes a través de Internet. Pero el mundo online es una selva donde los costes de adquisición de clientes son muy elevados y los márgenes muy reducidos. El paquete vacacional no muere, pero tiene una fuerte competencia en la compra de productos independientes.

TUI se dio cuenta de ello y desde la irrupción de la venta on line en los viajes tuvo claro que el paquete vacacional que se vendería sería el exclusivo y personalizado. En una palabra, el paquete que se pueda diferenciar de las ofertas estándar que se encuentran en cualquier web de viajes. El turoperador alemán ha ido haciendo los deberes en su digitalización, pero Thomas Cook se había retrasado en este capítulo. La empresa británica tenía dificultades para poner en marcha un sistema de reservas único para sus tiendas físicas y la web, así como un sistema de gestión de clientes centralizado con el que poder sacar rendimiento económico a los que se acercaban a la tienda o curioseaban por la web. Es decir, la compañía no ha sido capaz de elaborar una estrategia multicanal.

Tercero, la competencia online ha llevado a que otros turoperadores ofrezcan el mismo producto que Thomas Cook, pero más barato. En cuanto la compañía ha sufrido una paralización de sus ventas (en 2018 fue por el buen tiempo que hizo en verano en el Norte de Europa y por el cierre del mercado tunecino tras diversos ataques terroristas) sus cuentas, muy presionadas por la deuda, se han visto afectadas.

Y en cuarto lugar se encuentra el modelo de turismo que promocionan diferentes destinos. Canarias, Baleares, Turquía o Túnez compiten por el turista europeo de sol y playa. Un viajero que gasta lo menos posible, porque ya ha realizado todo su gasto en el paquete vacacional. Es un turismo de baja calidad, que deja poco dinero en su lugar de vacaciones y que supone una fuerte dependencia de pocas empresas (los turoperadores), que si quiebran dejan al destino con pocas posibilidades de recuperación a corto plazo. Fabián González califica de “tsunami” las consecuencias que tendrá la quiebra del gigante británico, pues “la concentración de las operaciones de Thomas Cook en unos pocos destinos deja en una situación muy vulnerable a toda la cadena de valor turística de los mismos”.

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