La crisis de Ucrania todavía afectará al turismo ruso en Europa

Un estudio de Oxford Economics cifra en un 6% la pérdida de turistas rusos a destinos europeos en lo que va de año. Si la crisis entre la UE y Rusia por Ucrania se recrudece, la economía del continente se vería afectada.
Vladimir Putin, presidente de Rusia | Foto: Kremlin
Vladimir Putin, presidente de Rusia | Foto: Kremlin
Vladimir Putin, presidente de Rusia | Foto: Kremlin
Vladimir Putin, presidente de Rusia | Foto: Kremlin

Aunque los medios de comunicación de masas no publiquen con tanta insistencia noticias sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania, el mismo no ha terminado y aún se sienten sus secuelas. También para el turismo europeo, que ha perdido un 6% de las llegadas de turistas rusos a los países del continente hasta junio, si se compara con los primeros seis meses de 2013, según un estudio elaborado por Oxforf Economics para la European Travel Comission (ETC), organismo que se encarga de la promoción de Europa como destino turístico en el mundo. No obstante, el informe al que ha tenido acceso este medio también señala que este descenso no sólo es achacable a la crisis bélica entre Rusia y Ucrania, sino que ya se venía observando una ralentización desde la primera parte de 2014, debido a la debilidad de la moneda rusa (el rublo) frente al Euro y a los problemas de la economía rusa para crecer, que se han visto incrementados por las sanciones impuestas por la Unión Europea (UE) y EEUU.

El estudio también indica que sólo Turquía ha seguido experimentando crecimientos de turistas rusos, en buena medida por dos factores: la depreciación de su moneda frente al rublo, lo que convierte a Turquía en un destino barato para los rusos y la negativa del país euroasiático a participar en la imposición de sanciones económicas a Rusia por su participación en la guerra civil ucraniana. Que Turquía siga acaparando visitantes rusos es una llamada de atención para países como España, con una oferta similar a la turca en lo que se refiere al segmento de sol y playa (en el litoral mediterraneo), aunque con precios más elevados que los turcos. El turista ruso que llega a España no sólo busca tostarse al sol, sino que también es un aficionado a las compras, por lo que su gasto medio es más elevado que el del resto de turistas extranjeros que visitan el país ibérico. El estudio de Oxford Economics detalla que la llegada de rusos a Turquía se había ralentizado a lo largo del año, pero en junio, en la etapa más cruda de la crisis rusoucrania con las sanciones impuestas, el número de visitas al país euroasiático creció un 19% en comparación con junio de 2013.

En línea con este tipo de estudios, Oxford Economics plantea varios escenarios y la evolución posible en cada uno de ellos para el turismo ruso. En el caso de que se mantuviesen las sanciones actuales, que afectan a la compra de determinados bienes y servicios a Rusia por los estados europeos, la previsión es que las visitas de rusos a Europa crezcan un 3% en 2014 (frente al 16% del año pasado) y la misma magnitud en 2015. Pero, si las sanciones se incrementasen, algo que no es descartable a tenor de los últimos hechos, como la penetración de cazas rusos en el espacio aéreo europeo sin notificarlo previamente, las visitas de rusos podrían caer un 5% en 2014 y un 8% en 2015. El último escenario es el de un conflicto armado, no una guerra abierta entre Rusia y la Unión Europea, pero sí de alcance regional en Ucrania. En ese caso, como es lógico, las visitas de rusos a la UE caerían un 11% en este año un 18% en el ejercicio siguiente.

El problema de un conflicto mayor entre Rusia y Europa no es sólo la pérdida de turistas y de ingresos en los destinos europeos (en España, el gasto de los visitantes rusos se mantiene en el 3,8% hasta septiembre, frente al 24,4% del año pasado en el mismo periodo), sino la afectación que producirá a toda la economía del continente europeo. En primer lugar, por la alta dependencia de los países del este de Europa del gas ruso para sus necesidades energéticas. Un corte de este fluido o un incremento de los precios produciría un descenso de un punto porcentual en el PIB del continente e impactaría negativamente a las economía de estos países. Por otro lado, una recesión económica en Europa, que empieza a vislumbrarse de nuevo tras años un crecimiento pírrico, conllevaría menos viajes de alemanes, franceses o británicos a países como España.

Artículos relacionados