Javier Hidalgo se hace con las riendas de Globalia

El hijo de Juan José Hidalgo ha empezado a cambiar Globalia, el primer grupo turístico español con activos por valor de 1.200 millones. ¿Cuáles son las claves del éxito para una sucesión ordenada y exitosa?
Relevo

RelevoJuan José Hidalgo, presidente del Grupo Globalia, ha cedido sus funciones ejecutivas a su hijo Javier Hidalgo. Esta corporación empresarial es una de las más importantes en el mundo del turismo español y bajo su enseña se encuentran marcas como la red de agencias Halcón Viajes, la aerolínea Air Europa, los hoteles Be Live o el mayorista Travelplan. No es el único de los grandes grupos en el que se está produciendo una sucesión controlada de los primeros fundadores por sus vástagos, también ha ocurrido en el grupo Piñero antes de que falleciese su fundador y lo mismo ha pasado en Iberostar (familia Fluxá), Meliá (familia Escarrer) y Palladium (familia Matutes).

Globalia, que facturó 3.570 millones de euros en 2016, ha flirteado en los últimos años con su salida a bolsa, aunque la composición de su accionariado, muy ligada a la familia Hidalgo, y la gestión familiar han frenado, de momento, esta opción. El hijo del fundador tiene como objetivo dar aire fresco al grupo, pero también se enfrenta a los problemas de una sucesión cuando la gestión anterior ha sido tan personalista como la que ejerció su padre.

Para que el relevo generacional en una empresa familiar sea un éxito, se deben dar varios pasos de forma muy meditada, según comenta por correo electrónico a este medio José Daniel Lorenzo, director de la Cátedra de Empresa Familiar en la Universidad de Cádiz. “Un proceso de sucesión bien planificado y ejecutado puede llevar varios años, desde que se inicia hasta que se culmina”, explica Lorenzo. Es capital que este camino se haya iniciado con mucha antelación antes de la retirada del fundador, sobre todo para formar a los sucesores. Otro aspecto clave que resalta este profesor de Administración y Dirección de Empresas es que sea la generación anterior la que dé el primer paso “para tratar un tema que es delicado y complejo”. Por último, Lorenzo explica que se debe distinguir entre sucesión en la dirección de la empresa y en el traspaso de las acciones, dos momentos que no tienen por qué coincidir en el tiempo.

Primeros cambios en la cúpula

El relevo de Juan José Hidalgo por su hijo ya ha dado los primeros sobresaltos a Globalia. El 29 de agosto, Pedro Serrahima abandonaba la dirección general de Globalia, a la que había llegado un año antes, con el desembarco de Javier Hidalgo como nuevo director de orquesta de todo el grupo. Las diferencias entre el hijo del fundador y Serrahima, con el que había puesto en marcha la exitosa Pepephone, empresa de telefonía de bajo coste, provocaron la marcha del ejecutivo. El grupo empresarial aún no cuenta con director general. También fue una sorpresa la alianza de Air Europa con Ryanair para incrementar el flujo de viajeros de ambas aerolíneas.

En los últimos meses, Javier Hidalgo ha sustituido a otros directivos importantes. Carmen López Pintor ha sido nombrada directora general de Halcón Viajes, una de las mayores redes de agencias de viajes de España. López compaginará su nuevo puesto con el que ya ocupaba en Groundforce, otra empresa de Gloablia dedicada a los servicios de tierra en los aeropuertos españoles. El último nombramiento ha sido el de Antonio de la Fuente Fernández, nuevo director de Recursos Humanos y que sustituye a Matéu Marí. El nuevo responsable de la plantilla que conforma (y conformará Globalia) ha trabajado en empresas como ONO, Vodafone e Indra.

José Daniel Lorenzo explica que al seleccionar a las personas de la familila que sustituirán al fundador se pretende que éstas se hagan cargo de la dirección de la empresa hasta su edad de retiro, lo que puede suponer entre 25 y 30 años de gestión. En este periodo de tiempo “lo normal es que haya que cambiar el modelo de negocio en la empresa, y que haya que cambiar muchas cosas para dejar la empresa en las mejores condiciones para el siguiente relevo generacional”. Lorenzo hace hincapié en que las personas que se pongan al frente del negocio deben cumplir con un perfil profesional adecuado y que, si entre los miembros de la familia no se encuentran los caracteres adecuados, se deben buscar en el mercado laboral. “El hecho de ser empresa familiar no obliga necesariamente a que las personas que dirijan la empresa sean familiares”, refiere el profesor de la Universidad de Cádiz.

Accionariado y sucesión

La complejidad de gestionar Globalia, y las luchas que se producen en la cúpula de una empresa con activos valorados en 1.200 millones de euros, se refleja en la composición de su accionariado. El 51% de Globalia está en manos de Juan José Hidalgo, el fundador y presidente. Un 7% se encuentra repartido entre dos bancos: un 10% en el Banco Santander (adquirido tras comprar el Banco Popular); y un 7%, en Unicaja. Por su lado, Juan Antonio Hidalgo, hermano del fundador, dispone del 9,1% de la empresa. Los pequeños accionistas son Cristina Hidalgo (hija del fundador), María José Hidalgo (hija del fundador), Eloína Gutiérrez (exmujer de Juan José Hidalgo) y Abel Matutes, con un 5% cada uno de ellos.

Javier Hidalgo, el nuevo CEO, no dispone de participación accionarial, ya que vendió su 5% hace unos años. No obstante, al ser heredero de Juan José Hidalgo, cuando éste fallezca le corresponderá la parte que haya designado de sus acciones, al igual que al resto de sus hermanos. El profesor Lorenzo explica que “los herederos del fundador serán los futuros accionistas de la empresa, y deberán asumir este rol de propietarios de manera responsable, mirando por la continuidad a largo plazo” del negocio.

Actualización 3/11/2017 – 14.17: se ha añadido un inciso al principio del texto para señalar que la entrevista con José Daniel Lorenzo se ha realizado por correo electrónico. También se ha clarificado el sexto párrafo.

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