Irlanda certifica que Ryanair opera con seguridad

Michael O’Leary, presidente de la aerolínea, esgrime un informe de las autoridades irlandesas de aviación en el que se concluye que los aterrizajes de emergencia del pasado 26 de julio se realizaron dentro de la normativa comunitaria.

MADRID.- Michael O’Leary, presidente de Ryanair, ha pasado por Madrid para mostrar un informe de Autoridad de Aviación Irlandesa (IAA) en el que se concluye que la aerolínea de bajo coste cumplió con la normativa de seguridad y con la operativa de la Unión Europea en los aterrizajes de emergencia que realizaron tres de sus aviones en Valencia el pasado 26 de julio.

La low cost ha señalado que éstos tres vuelos llevaban más combustible que el establecido en la reglamentación del plan de vuelo, que éstos se desviaron de Valencia cuando contaban con más combustible que el establecido en la reserva final, y que declararon el procedimiento de aterrizaje de emergencia como establece la normativa de la UE.

Todo parece correcto en la actuación de Ryanair. Sin embargo, O’Leary ha dado instrucciones de que los aviones se carguen con combustible para quince minutos adicionales, además de las cantidades de más que ya lleva el aparato por imperativo legal. O’Leary ha señalado que las informaciones sobre la falta de combustible en sus aviones aparecidas en los medios españoles son falsas y forman parte de una “campaña orquestada”. También ha señalado como falsos la cifra de 1.200 incidentes que habría tenido la aerolínea en 2012, según una información publicada por El Mundo.

O’Leary también ha amenazado con demandar al sindicato de pilotos Sepla, a las asociaciones de consumidores y algunos pilotos de Iberia, por las manifestaciones realizadas sobre la seguridad de la aerolínea. En los últimos días, los Gobiernos de Irlanda y España ha informado de que firmarán un memorandum de entendimiento para realizar labores conjuntas de supervisión de la seguridad de los vuelos en ambos países. España había solicitado con anterioridad a la Unión Europea que se diesen más poderes a los países para inspeccionar y sancionar a aerolíneas extranjeras que operen en sus aeropuertos.

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