Crisis aeronáutica y turística

El negocio de las aerolíneas, y la propia existencia de las mismas, está en peligro hoy y en el futuro. El petróleo, uno de los costes principales de las compañías aéreas, estrangula doblemente a estas firmas. Por un lado con unos precios en continúa escalada y que han llegado para quedarse definitivamente. Por otra parte, la obligación de las aerolíneas que operen en Europa de pagar por sus emisiones de CO2 (derivadas del uso de combustible) viene a agravar aún más el estado de muchas líneas aéreas. Es cierto que esta medida no entrará en vigor hasta 2012, dentro de cuatro años, pero también es verdad que sumará otro coste a la cuenta de resultados de estas firmas, de por sí ya muy ajustados.

Manuel Panadero, director de relaciones institucionales de Air Europa, ha tenido la deferencia de hablar con revista80dias.es y el análisis que ha hecho de la situación, aunque precavido, no es nada halagüeño. Según este directivo de una de las líneas españolas más potentes, el sector aeronáutico está gravemente amenazado. Y con él todo lo que arrastra detrás: el turismo que mueven los vuelos, las reuniones de negocio, los propios trabajadores de las aerolíneas, el personal de tierra. Y es que, como casi todo en la vida, la decisión de hacer pagar a las aerolíneas por emitir CO2 es el primer paso en un círculo que conllevará una subida de tarifas, una reducción de vuelos, una bajada en la demanda, una reducción de puestos de trabajo, una… Y así hasta el infinito.

Panadero ha sido muy claro y ha comentado que las aerolíneas quieren contribuir a la reducción de las emisiones de CO2 (estas compañías representan el 3% de los gases emitidos a nivel mundial), pero con otras alternativas realmente válidas y beneficiosas. La primera de ellas es continuar con la fabricación y adquisición de aviones más eficientes, que gasten menos combustible. La segunda es el desarrollo inmediato del cielo único europeo. Según Panadero, este paso lograría una reducción en las emisiones del 10% anual (un 7% de lo que quiere conseguir la UE con la propuesta aprobada). Y en tercer lugar, una política de penalización, a nivel administrativo, para aquellas aerolíneas que cuenten con aviones más contaminantes. Son medidas que contribuirían a la reducción de las emisiones y que no supondrían costes adicionales para las aerolíneas. Sin embargo, se queja el directivo de Air Europa, en la UE no les escuchan y no las tienen en cuenta, ¿por qué? ¿Qué va a hacer el Gobierno español frente a esto?

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