Beneficios y perjuicios de la alta dependencia turística de Canarias

Uno de cada tres euros generados en la economía de las Islas Canarias son grancias al turismo. Lo mismo sucede con el empleo. Hechos que generan riqueza, pero cuya alta dependencia hace que cualquier problema sobre este sector hunda la economía del archipiélago.
Volcán Teide en Tenerife (Islas Canarias) | Foto: David Fernández
Volcán Teide en Tenerife (Islas Canarias) | Foto: David Fernández
Volcán Teide en Tenerife (Islas Canarias) | Foto: David Fernández
Volcán Teide en Tenerife (Islas Canarias) | Foto: David Fernández

En la isla de Tenerife, el ritmo de vida es diferente, más pausado, en consonancia con el clima templado (a veces sofocante) de las Islas Canarias y la imagen de destino de relax y ocio que se asocia con el archipiélago macaronesio. Tanto es así, que si se eliminase la actividad turística de las Islas Canarias, su economía entraría en una profunda crisis y supondría el empobrecimiento de sus habitantes. Un reciente estudio de Exceltur, la asociación que agrupa a las grandes empresas turísticas de España, cuantifica en un 31,2% el aporte de las actividades turísticas al PIB total de Canarias, o lo que es lo mismo, 12.583 millones de euros en el año 2013. Además, el turismo crea el 35,2% de los puestos de trabajo en las siete islas que conforman el archipiélago (hasta 251.480 empleos en 2013). Y, también, las actividades y transacciones turísticas aportan el 33,4% de los impuestos recaudados en la islas, más de 1.500 millones de euros anuales.

Dicho en otras palabras: uno de cada tres euros generados en la economía canaria provienen del turismo. Lo mismo sucede con el empleo, ya que uno de cada tres puestos de trabajo está relacionado con el turismo. No es de extrañar, teniendo en cuenta que a las Islas Canarias llegaron 10,63 millones de turistas extranjeros en 2013, un 4,9% más que el año anterior, y casi una quinta parte de todos los visitantes foráneos que aterrizan en España. A estos se deben sumar los españoles que viajan desde la Península a las islas, y que en 2013 realizaron 5,32 millones de viajes, según los datos de la encuesta Familitur que elabora el Instituto de Estudios Turísticos (IET). Todas estas cifras sólo son superadas por las Islas Baleares.

Los datos son importantes para conocer la dependencia casi absoluta de la economía canaria del turismo en un momento en que el Gobierno español ha autorizado los sondeos para extraer petróleo a pocos kilómetros de las costas de Lanzarote, otra de las islas que componen el archipiélago, y que serán llevados a cabo por la petrolera española Repsol. El Tribunal Supremo ha autorizado que se sigan los trámites para realizar las prospecciones.

Una fuga o un derrame que afectase a las costas canarias impactaría directamente en la actividad turística, con la anulación de viajes, y dañaría directamente la economía de las islas: menos ingresos, más paro y menor recaudación. En España no hay un referente de vertidos por extracciones petroleras y, lo más cercano, es la negligencia cometida con el buque Prestige, que encalló frente a las costas gallegas en 2002, lo que provocó la contaminación de las mismas con las más de 70.000 toneladas de fuel oil que transportaba en su interior. En los dos primeros meses desde el siniestro, 409 playas se vieron afectadas en Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco por el vertido y, la perito que realizó el informe para el posterior juicio, cifró en 500 millones de euros las pérdidas ocasionadas al sector turístico. En total, María Lourenza García, experta de la Universidad de Santiago de Compostela, detalló en 4.334 millones de euros los daños económicos totales causados a España, que ampliaba a 4.442 millones si se tenía en cuenta las costas francesas a las que llegó el vertido (las pérdidas en la región de las Landas se cifraron en 100 millones).

Fuera de España, uno de los desastres ecológicos más graves de los últimos años fue la explosión y el posterior derrame incontrolado de petróleo de la plataforma Deepwater Horizon, propiedad de la petrolera British Petroleum (BP), que afectó al Golfo de México. Un informe encargado por la Asociación de Viajes de EEUU a Oxford Economics cuantificó las pérdidas para la actividad turística de la región en 22.700 millones de dólares repartidos en tres años. En lo que respecta a los EEUU, el Golfo de México cubre los estados de Florida, Alabama, Mississippí, Louisiana y Texas, una zona en la que 400.000 empleos dependen de forma directa del turismo y en la que esta actividad genera un gasto de 34.000 millones de dólares anuales.

Interdependencia y naturaleza

El problema de la dependencia tan alta de Canarias sobre la actividad turística es que una buena parte del resto de negocios de las islas también se ven beneficiados de la misma, pero si el turismo se ve afectado por una catástrofe medioambiental, estos negocios también sufrirán un perjuicio. Por ejemplo, el cliente que se aloja en un apartamento puede acudir a un supermercado a realizar la compra, gran superficie que adquirirá sus bienes a productores de las islas que no están relacionados directamente con el visitante.

En el informe de Exceltur se detalla que, de los 12.583 millones de euros generados por el turismo en Canarias en 2013, el 33% se produjo en sectores de actividad sin contacto directo con el turista. O dicho de otra manera: por cada 100 euros que se generan en una empresa relacionada directamente con el turismo, se aportan 49,8 euros en otros sectores de la economía canaria. Y lo mismo sucede con el empleo, por cada 100 trabajos que se crean en actividades turísticas en Canarias, se generan otros 41,7 puestos de trabajo en negocios que no tienen relación directa con el turismo (por ejemplo, comercio minorista, construcción, publicidad, asesoramiento jurídico, etcétera).

Por otro lado, yendo más allá del impacto económico, se encuentra el medio ambiente. Los turistas que llegan a las Islas Canarias lo hacen en su mayoría por el buen tiempo del que goza el archipiélago durante casi todo el año, sus playas y el mar. Pero existe una cantidad cada vez más creciente de visitantes que acuden a las islas por su patrimonio natural. El archipiélago canario es una de la regiones del planeta con mayor biodiversidad. En las siete islas hay cuatro parques nacionales: el Teide (Tenerife), Timanfaya (Lanzarote), Caldera de Taburiente (La Palma) y Garajonay (La Gomera). En total, entre parques nacionales, reservas naturales, parques naturales, paisajes y sitios de interés protegido, las Islas Canarias cuentan con 146 espacios con un grado de protección determinado, lo que equivale al 40% del territorio de las islas. A ellos se suman las aguas que rodean a las islas, que en muchos casos son reservas naturales para especies como ballenas o delfines, por mencionar solo algunos, las diferentes reservas de la biosfera y los sitios Patrimonio de la Humanidad.

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