Una estrategia de transporte para Europa por valor de 26.000 millones

La Comisión Europea ha anunciado que hasta 2020 comprometerá 26.000 millones de euros en el desarrollo de una estregia de transporte para Europa con nueve corredores principales y una red central.
Corredores de transporte planeados para Europa | Fuente: Comisión Europea
Corredores de transporte planeados para Europa | Fuente: Comisión Europea
Corredores de transporte planeados para Europa | Fuente: Comisión Europea
Corredores de transporte planeados para Europa | Fuente: Comisión Europea

La nueva Comisión Europea (CE) se enfrenta a uno de los problemas que no han logrado resolver los responsables políticos en los últimos 20 años: la articulación de una estrategia de transporte coherente y eficiente para toda la Unión. Esta semana, la CE ha anunciado que repartirá cerca de 11.900 millones de euros entre los diversos proyectos de infraestructuras que presenten los gobiernos de la Unión con el objetivo de desarrollar una red europea de transporte. Este dinero saldrá de los 26.000 millones que ha comprometido la Unión hasta 2020 con este fin y con la idea de unir los países del Este de Europa con el Oeste. En última instancia, Bruselas pretende crear una red capilar, es decir, un conjunto de corredores prinicipales para distribuir el transporte (mercancías, pasajeros, etcétera) que penetrará en cada uno de los países miembros a través de diferentes infraestructuras, tal y como si fuesen capilares del cuerpo humano, que llegan hasta el último rincón de la anatomía, pero que se encuentran unidos a los grandes vasos sanguíneos.

El transporte y las infraestructuras que faciliten el mismo son capitales para Europa. A través de las mismas se facilitará el crecimiento económico de las diferentes regiones europeas y también el mayor intercambio de flujos turísticos, con el consiguiente impacto en la creación de empleo y en la riqueza de las sociedades afectadas. Según datos de Eurostat, la oficina estadística de la UE, el valor de los intercambios comerciales entre los propios paises de la Unión ascendió a 2,84 billones de euros en 2012.

Estrategia con tres vértices

Así, la estrategia de la CE se articula en tres pilares. En primer lugar, una red central de transporte que pretende conectar 94 puertos europeos con líneas férreas y carreteras; 38 aeropuertos, con ferrocarril; la conversión de 15.000 kilómetros de líneas férreas en alta velocidad; y la mejora en el paso entre fronteras. En este sentido, España se puede ver beneficiada en la conexión de aeropuertos con el tren, por ejemplo, el paralizado proyecto de unión entre el Aeropuerto de Madrid-Barajas y el AVE.

El segundo pilar son los corredores, de los que Europa intentará desarrollar nueve. Según la estrategia de la CE, cada corredor deberá incluir tres modos de transporte (aéreo, carretera y ferrocarril), distribuirse entre tres estados miembros e implicar dos tramos transfronterizos. Estos corredores serán el Bático-Adriático; Mar del Norte-Báltico; Mediterráneo; Este-Mediterráneo Oriental; Escandinavo-Mediterráneo; Rin-Alpes; Atlántico; Mar del Norte-Mediterráneo; Rin-Danubio. De todos ellos, España está interesada en el corredor Mediterráneo, que unirá la Península con la frontera húngaro-ucraniana, y en el corredor Atlántico, que unirá la Península con los puertos de El Havre y Ruán con París y con Mannheim-Estrasburgo. Esto significa que los gobiernos españoles deberán presentar proyectos de construcción de infraestructuras para desarrollar la parte que les corresponda.

El tercer eslabón de esta estatregia es la red capilar. Se trata de la construcción de infraestructuras como carreteras o líneas férreas que se conecten con los grandes corredores, que a su vez conectan con la red central. En este caso, los estados miembros de la UE serán los que corran con la mayor parte del gasto, por lo que, en función de la situación económica de cada uno, el desarrollo de la red capilar será mayor o menor. La CE se ha fijado como objetivo que en 2050 ningún ciudadano se encuentre a más de 30 minutos de acceso a esta red capilar.

La inversión de la UE no será exclusiva, es decir, los países interesados y afectados deberán comprometer recursos para construir las infraestructuras que finalmente se determinen de forma compartida. De los 26.000 millones, hasta el 85% se usará para financiar los proyectos que se consideren prioritarios en los nueve corredores que forman la red. También se destinará a la creación y mejora de sistemas para gestionar los tráficos, como el SESAR, para poner en marcha el cielo único en Europa (simplificando, la unión de los diferentes espacios aéreos para crear rutas más eficientes y económicas), o el ERTMS, para gestionar el tráfico ferroviario, sobre todo el de alta velocidad y mercancías. El resto del dinero se destinará a proyectos concretos y a la financiación de determinadas obras de la red capilar. En total, la estrategia europea de transporte prevé movilizar 250.000 millones de euros, entre lo que invertirán las instituciones europeas y los propios países.

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