Turquía sostiene que el turismo en el país es seguro

Erdogan, primer ministro de Turquía, declara que los medios internacionales desinforman y contribuyen al crecimiento de las protestas. El Ministerio de Turismo explica que los transportes funcionan con normalidad y que se mantiene la seguridad.
Vista aérea de la Basílica de Santa Sofía en Estambul | Foto: Oficina Nacional de Turismo de Turquía
Vista aérea de la Basílica de Santa Sofía en Estambul | Foto: Oficina Nacional de Turismo de Turquía

MADRID.- El Ministerio de Cultura y Turismo de Turquía ha intentado tranquilizar a los turistas asegurando que se trata de un país “seguro” para visitar. La policía turca ha desalojado a los manifestantes de la plaza Taksim de Estambul, epicentro de las manifestaciones y protestas contra Recep Tayyip Erdogan, primer ministro del país y cabeza del AKP, el Partido de la Justicia y el Desarrollo, de corte islamista moderado.

En concreto, un portavoz del Ministerio ha insistido en que no hay “ningún problema” con el transporte o la seguridad en las ciudades y las zonas turísticas más populares, incluyendo Bodrum y Marmaris, a la vez que ha remarcado que el turismo se está desarrollando con “normalidad”. Este portavoz también ha destacado que los vuelos con origen o destino en el país no se están viendo afectados, sino que están funcionando según lo previsto, mientras que el Ejecutivo toma las precauciones necesarias para garantizar la seguridad de los visitantes.

En España, el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación mantiene sus recomendaciones para viajar con “extrema” precaución y abstenerse de hacerlo por determinadas zonas del país turco. Exteriores también informa de que las protestas y manifestaciones que inicialmente se produjeron en la plaza de Taksim se han extendido a otras zonas de la ciudad (Nisantasi, Besiktas o Levent), así como a las principales ciudades del país, como la capital Ankara (Boulevard Atatürk, Kizilay y las inmediaciones de la sede de la Oficina del Primer Ministro), Esmirna y Antalya.

Las concentraciones y manifestaciones en la plaza Taskim comenzaron como repulsa de un grupo de ecologista a que se destruyesen los árboles de la zona para construir un centro comercial. Sin embargo, las protestas tienen raíces más profundas y muestran el descontento de una parte de la sociedad turca contra las políticas de Erdogan, tildadas por algunos de autoritarias y tendentes hacia el islamismo. La República de Turquía es un país democrático y secular tras su puesta en marcha por el considerado fundador, Mustafa Kemal Atatürk. Hasta entonces, Turquía estaba constituida como un sultanato y era uno de los últimos restos del Imperio Otomano tras la I Guerra Mundial. La creación de la república supuso la separación entre el Estado y la religión islámica, muy contestado y un tema que sigue creando fuertes tensiones, a la vez que la progresiva pérdida de poder de ciertos elementos fácticos, como el Ejército.

Turquía se ha convertido en el último decenio en un destino turístico importante dentro del área mediterránea. El progresivo aumento de la calidad de vida bajo los gobiernos de Erdogan y el aumento de la seguridad han contribuido a atraer turistas, fundamentalmente británicos y alemanes, que ven en sus playas y hoteles más baratos el complemento ideal a las costas españolas e italianas.

Erdogan ha declarado que “los medios internacionales están desinformando de forma sistemática y con las instituciones de prensa malintencionadas han crecido las protestas”. El primer ministro turco ha referido que estas protestas ponen en peligro los intereses económicos del país. “La economía turca está directamente afectada por estas acciones. La subida de los tipos de interés, asustar a los inversores es parte de un gran proyecto. Esto se hace con solidaridad de dentro y fuera del país”, ha manifestado Erdogan.

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