Japón: breve guía de educación y buenos modales

Comportamientos que en Occidente pasan desapercibidos en Japón nos pueden dar más de un disgusto. Al final todo se reduce a saber comportarse y ser educado.
Vista del Monte Fuji en Japón | Foto: Oficina Nacional de Turismo de Japón
Vista del Monte Fuji en Japón | Foto: Oficina Nacional de Turismo de Japón

MADRID.- Viajar siempre es una fuente de cultura para el que lo hace con la mente abierta. Un viaje nos enseña de una forma práctica mucho más que cualquier libro o que cualquier profesor, por bueno que sea. Muchas veces, cuanto más lejos vamos, más aprendemos porque las costumbres y las tradiciones son tan diferentes a las nuestras que nos obligan a tomar buena nota de lo que, a priori, no sabíamos. Y es que la educación es algo tan variado y distinto que por muy buena voluntad que pongamos, a veces, no es suficiente.

Las normas básicas de comportamiento en un país como Japón son, como mínimo, sorprendentes, así que hemos hecho una selección de ellas para facilitaros el viaje. Comencemos por el comportamiento en la calle, donde está prohibido fumar, a excepción de las áreas señalizadas específicamente para ello. En cualquier otro sitio hay riesgo de multa. Lo mismo que si se tira algo al suelo: las calles tienen que estar limpias, tanto que incluso está mal visto sonarse la nariz en público. Lógicamente no se puede hacer fotos a los niños ni tampoco en tiendas, templos, lugares donde se celebren actos públicos (a veces hay pegatinas que lo especifican), ni mirar a otras personas directamente a los ojos. También es de mala educación hablar en voz muy alta y más aún gritar. Siempre, incluso en la calle, se habla bajito para no molestar.

En los transportes públicos no sólo se habla en voz baja, sino que además no se habla por el móvil. Eso es muy molesto y te mirarán muy mal. Hay vagones especiales para eso. Tampoco se puede comer en los transportes públicos. Y a la hora de subirse, primero hay que dejar que todo el mundo se baje, lógicamente, y después se sigue un orden de cola, como en el colegio. Y es importantísimo recordar que los japoneses conducen por la izquierda, lo que quiere decir que en las escaleras mecánicas, por ejemplo, la gente se aparta a la derecha para dejar pasar, al contrario que en Occidente.

En los restaurantes no se deja propina, eso es un insulto muy grande. Pero lo más importante siempre es el tema de los palillos. Nunca, jamás se clavan en la comida que tengas en el plato o cuenco; si hay que dejarlos encima, hay que tener especial cuidado de no meter las puntas en el interior, esto lo hacen en honor a los difuntos y está terriblemente mal visto. Lo mejor es dejarlos juntos, sobre la mesa, frente a nosotros y con las puntas hacia la izquierda. No es fácil. Y tampoco los uséis para pinchar la comida, si no podéis cortar el trozo es mejor ir dando pequeños mordisquitos. También es de mala educación poner salsa de soja directamente sobre el bol de arroz.

Cuando bebáis alcohol normalmente os traerán una botella, primero hay que servir a los demás y al final, en lugar de servirnos nosotros mismos, es mejor dar la botella a alguien para que nos sirva a nosotros. Y nunca brindar con un castizo “chin chin” sino como un “kampai”. Lo otro hace referencia a los genitales masculinos y no es elegante.

En cuanto al trato con la gente, se resume en una palabra: respeto. Pero, quizá, llevado al extremo. Los japoneses nunca jamás se tocan, ni besos ni abrazos, para saludar. Lo mejor es inclinarse ligeramente hacia adelante, como máximo, dar la mano. Por otra parte, los japoneses intentan evitar la confrontación siempre. No dicen “No”, sino que intentan convencerte. Tampoco abren un regalo en presencia del que regala para no tener que fingir que les gusta, en caso de que no les guste. Por ejemplo, cuando estéis haciendo algo que no debéis, antes de llamaros la atención abiertamente, os harán un gesto de cruz con las manos para que dejéis de hacerlo.

Por último, tatuajes y marcas corporales están mal vistas, incluso temporales. Con ellos no os dejarán entrar en los baños termales porque se asocian a los Yakuza. Si los tenéis tratad de evitar que se vean.

Sin embargo, hay cosas que no son de mala educación, como hacer gárgaras con el agua en los baños o incluso en las fuentes públicas o sorber los fideos ramen. Y no se puede olvidar que en Japón son pioneros en el tema del reciclaje, hasta el punto de tener que separar los residuos incluso en los restaurantes de comida rápida.

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