MADRID.- Iberia ha presentado su nueva imagen, más moderna, dentro del proceso de transformación que está sufriendo la aerolínea española, integrada en el grupo IAG tras su fusión con British Airways. La compañía mantendrá los colores rojo y amarillo de la bandera española y lucirá la corona en el fuselaje junto a la matrícula de cada avión. El color naranja desaparecerá del fuselaje de los aviones. “Iberia ha sido la embajadora de España indiscutible durante 86 años y lo va a seguir siendo con la misma pasión, ilusión y orgullo”, ha asegurado el presidente de IAG y de Iberia, Antonio Vázquez, durante la presentación de la nueva marca de la aerolínea en la nueva sede de la compañía en Madrid, a la que se trasladará todo el persona en diciembre.
La implantación de la nueva imagen corporativa será progresiva y su estreno tendrá lugar a finales de noviembre, con la llegada a La Muñoza, en Madrid, del primer avión pintado con la nueva marca, un Airbus A330, que está en las últimas fases de su fabricación en la factoría de Airbus en Toulouse (Francia). Esta aeronave, la quinta entrega de un pedido de ocho A330, será la primera en estrena la nueva imagen y llevará el nombre de Juan Carlos I, como el jefe del Estado español. A este avión le seguirán otros tres pendientes, mientras Iberia analiza el destino de las ocho opciones adicionales de este mismo modelo.
Al cambio en el fuselaje de los aviones seguirán otros, como la señalítica de la aerolínea en la terminal T4 del aeropuerto de Madrid-Barajas, los uniformes de los empleados y el resto de los elementos. También se renovará la imagen de los aviones de Iberia Express, filial de bajo coste, y de su franquicia Air Nostrum.
Iberia se encuentra sumida en una profunda crisis económica. La aerolínea española sólo aporta pérdidas al grupo IAG y desde Londres, donde se encuentra la sede del holding, llevan forzando la aplicación de un plan de transformación para que la aerolínea aporte ganancias. El punto más controvertido de este plan es la salida de 3.100 empleados (de una plantilla de 19.000) a través de despidos y prejubilaciones. Esto ha provocado que IAG haya tenido que provisionar mayores pérdidas en Iberia para afrontar las indemnizaciones de estos despidos. Además, la compañía ha abandonado rutas que no le resultaban rentables, algunas de ellas en Latinoamérica, su mercado internacional natural, y otras en Europa. Ello ha contribuido al descenso de pasajeros de Iberia.
