MADRID.- Verano nefasto para el Aeropuerto de Madrid-Barajas, el principal por número de pasajeros en España, y en consecuencia para la ciudad de Madrid. El aeródromo madrileño ha registrado 3,62 millones de pasajeros en el mes de septiembre, un 11,5% menos que en el mismo mes del año 2012. Este descenso se suma al de agosto, cuando el aeropuerto de Madrid perdió un 11,7% de viajeros y fue superado por el de Barcelona-El Prat. En la temporada alta de verano (meses de julio y agosto), el aeródromo madrileño ha perdido el 11,9% de los pasajeros con respecto a 2012. Además, en lo que va de 2013, Barajas ha perdido un 13,9% de pasajeros con respecto al periodo enero-septiembre de 2012.
Los datos son consecuencia de varios factores. En primer lugar, del incremento de las tasas aéreas realizado por el Gobierno de Mariano Rajoy (Partido Popular) en 2012 y 2013. Ello ha provocado que algunas aerolíneas de bajo coste, como Ryanair o Easyjet, hayan cancelado rutas que no les resultaban rentables con los nuevos precios públicos. La crisis que atraviesa Iberia, con la pérdida de conexiones a Latinoamérica (aunque algunas han sido suplidas por otras aerolíneas como Air Europa) y la caída del viajero nacional también han contribuido a este descenso. Y, como tercer factor, se encuentra la deficiente promoción de la ciudad de Madrid como atractivo turístico. La combinación de los tres aspectos ha provocado la caída de clientes veraniegos en el aeropuerto madrileño y en la capital de España.
Bonificaciones de tasas
Por su lado, el Ministerio de Fomento ya se ha dado cuenta del error que ha cometido con su política de incremento de tasas en los aeropuertos en plena crisis de consumo. Ana Pastor, ministra de Fomento, ha anunciado en su última comparecencia en el Senado que en las próximas semanas pondrá en marcha un sistema de bonificaciones a las tasas en los aeropuertos españoles. Sin duda, la medida está dirigida a paliar la pérdida de pasajeros de Barajas, así como a atraer a nuevas aerolíneas a este aeródromo o, por lo menos, recuperar rutas de aquellas que las abandonaron con los incrementos de precios. Antes, Rafael Catalá, secretario de Estado de Infraestructuras, reconoció la “preocupación” del Ministerio de Fomento por la caída de pasajeros (y negocio) en Barajas. Y Catalá no descartó que se creen bonificaciones e incentivos a las tasas aeroportuarias.
El portal El Confidencial publica una información según la cual Fomento estaría preparando un plan de de bonificaciones a las aerolíneas que incrementen el tráfico aéreo desde España mediante la aplicación por parte de Anea de descuentos en las tasas aeroportuarias que oscilarán entre un 25 y un 50%. La medida no es ninguna novedad, ya que el Gobierno anterior, de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE), aplicó una política similar para estimular el incremento de usuarios y la conectividad de los aeropuertos.
La clave de este plan será ver cómo encaja con la política de privatización que se quiere poner en marcha en Aena, dando entrada en el capital de la empresa pública a grandes constructoras españolas y otros inversores internacionales. La realidad es que los aeropuertos son deficitarios, pero detrás de estos números rojos se encuentra el mantenimiento de aeródromos regionales sin tráfico, meras concesiones políticas en la época de bonanza económica, que ahora lastran las cuentas con una abultada deuda y gastos de mantenimiento. Si aeropuertos como el de León (24.955 viajeros entre enero y septiembre), Badajoz (16.003 viajeros hasta septiembre), Burgos (15.173 viajeros), Salamanca (12.372 viajeros) o Albacete (793 viajeros) se cerrasen, los incrementos tarifarios serían menores o incluso innecesarios. Pero, ¿quién le dice a los políticos regionales que renuncien a sus “joyas”?
Comparación con Barcelona
Los aeropuertos más turísticos (aquellos que se sitúan en la costa y las islas) han ganado pasajeros de forma generalizada, aunque hay algunas excepciones que se explican por el fin de la temporada en septiembre. Un dicho español deja sentado que las comparaciones son odiosas, pero la realidad es que, de los grandes aeropuertos, Barcelona-El Prat es el que está saliendo reforzado de esta crisis. El aeródromo catalán ha vuelto a ganar pasajeros en septiembre (un 0,8% más), aunque no ha superado el número de clientes de Barajas, como sí ocurrió en agosto.
El comportamiento de El Prat deja en evidencia la política seguida en Barajas y Madrid. El aumento de tasas aeroportuarias ha sido idéntico en ambos aeropuertos, pero aún así el número de viajeros no ha dejado de crecer en Barcelona. La ciudad condal es un polo de atracción para los turistas europeos, que disfrutan de una capital moderna, cultural y con playa. Además, Barcelona se está posicionando como un centro de negocios importante en Europa, sobre todo en lo que a tecnología e innovación se refiere, un camino en el que aún tiene mucho recorrido.
Madrid puede imitar el modelo, buscando su propia identidad y potenciando sus puntos fuertes. El Ayuntamiento de la capital presentó en la primera parte del año un plan turístico en el que identificaba varios productos y pretendía potenciar el turismo de sus mercados tradicionales. Quizá haya que buscar nuevos clientes más allá de Europa.
