El primer caso de ébola en España, reto para su imagen turística

Además de un problema de salud, si el Gobierno español no sabe comunicar bien la información sobre el primer caso de ébola en España, el flujo de turistas al país puede verse afectado.
Imagen del virus ébola al microscopio
Imagen del virus ébola al microscopio
Imagen del virus ébola al microscopio
Imagen del virus ébola al microscopio

España ha tenido el dudoso honor de ser el primer país europeo en el que uno de sus ciudadanos ha resultado contagiado por el ébola, la enfermedad que desde marzo viene diezmando poblaciones enteras de África (Guinea, Liberia, Sierra Leona, Nigeria, Senegal y Congo) y que desde Europa no se veía como un problema mayor. Entre agosto y septiembre, el Gobierno español decidió transportar al país a dos misioneros religiosos que se encontraban en Liberia y Sierra Leona realizando tareas médicas con personas necesitadas. Habían tratado a pacientes con ébola sin protección y resultaron infectados. Los dos murieron en España, pero durante su estancia, concretamente en el Hospital Carlos III de Madrid, fueron atendidos por diversos médicos y auxiliares de enfermería. Una de estas auxiliares ha resultado infectada por el virus, a pesar de las medidas de protección que se adoptaron en el tratatmiento de estos dos pacientes. Aún se investigan las causas de cómo se pudo producir el contagio.

A parte del problema de salud pública que supone, España ha sufrido un nuevo varapalo en su imagen internacional que puede afectar al sector turístico de forma directa, un negocio que generó 45.505 millones de euros durante 2013 en el país mediterráneo. Los principales medios internacionales han abierto sus portadas el martes 7 de octubre con la información sobre el contagio y planteando dudas sobre los protocolos seguidos para evitar el mismo y una epidemia en un país europeo. Por su lado, las empresas turísticas que cotizan en la bolsa española han sufrido pérdidas en su valor durante todo el día (el grupo de aerolíneas IAG ha perdido un 6,54% y NH Hoteles, un 4,8%), aunque es difícil saber si las mismas son producto de la desconfianza frente a un dudoso brote de ébola en España o se debe a otras cuestiones de los caprichosos mercados.

Si el Gobierno es incapaz de dar explicaciones convincentes a la población y al resto de países europeos, es muy probable que el turismo en España se resienta. Hay que tener en cuenta que el turista busca siempre seguridad y tranquilidad en sus vacaciones, por lo que desplazarse a un país con incógnitas sobre una enfermedad como el ébola no parece lo más recomendable. Exceltur, la asociación que agrupa a las grandes empresas del sector en España, ha manifestado en un comunicado que “no son momentos para alarmismos y/o alentar especulaciones que pudieran afectar a la imagen de seguridad de España y/o a una demanda turística internacional hacia nuestro país que no se ha visto afectada“. Por su lado, José Manuel Soria, ministro de Industria, Energía y Turismo, ha manifestado que la enfermera infectada se trata de un caso aislado. Hasta agosto han llegado a España 45,38 millones de turistas, un 7,3% más que en los ocho primeros meses de 2013 y la previsión es que a final de año se supere la cifra de 60,66 millones de visitantes, que ya supuso un hito en 2013.

Si el plano sanitario de este problema es fundamental para evitar que una enfermedad como el ébola se extienda, el económico no lo es menos. El turismo genera el 10% del PIB de España, es decir, unos 100.000 millones de euros anuales y da trabajo a 2,23 millones de personas en España, un 12,8% de todos los trabajadores en activo en España. De hecho, las actividades turísticas son las que han posibilitado que se cree empleo en los últimos meses en el país mediterráneo (con una tasa de paro superior al 24%), sobre todo en el verano. Entre abril y junio, 153.400 personas encontraron trabajo en el sector turístico, gracias a la Semana Santa, y la tendencia se ha repetido en verano a juzgar por los datos de las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal. Esto quiere decir que, si el flujo de turistas que llegan a España cae, las actividades del sector se verán afectadas, reduciendo sus ingresos y destruyendo empleo. Por otro lado, el PIB de España cerrará el año con un crecimiento superior al 1,2%, según diversos análisis y las previsiones del Fondo Monetario Internacional. Pero esta tendencia de aumento de la actividad económica también se puede ver frenada por una crisis más prolongada de ébola en el país.

En África, el turismo se ha visto resentido tras la desfavorable evolución del brote de ébola, que ha acabado con la vida de más de 3.400 personas. Destinos como Kenia, donde el turismo de safaris es muy importante, se han visto afectados, a pesar de que los países con mayores contagios están lejos del estado africano más conocido. Las cancelaciones de vuelos a diversas ciudades del continente por el temor a que en los mismos viajen personas infectadas tampoco ha ayudado a dar una imagen de seguridad. La realidad es que la enfermedad no ha sido controlada en África debido a las carencias en material médico de los países con mayores afectados.

Síntomas y contagio del ébola

Pocos expertos creen que el caso ailsado de ébola en España pueda convertirse en una epidemia, ya que la enfermedad no se contagia a través del aire, como sí sucede, con la gripe, por ejemplo, y las medidas y condiciones sanitarias en España y Europa son mejores que en los países africanos afectados. La Organización Mundial de la Salud explica que la infección se produce por contacto directo a través de mucosas o de la piel, con la sangre u otros líquidos o secreciones corporales (como heces, orina, saliva o semen) de personas infectadas. También puede producirse el contangio cuando las soluciones de continuidad de la piel o las membranas mucosas de una persona sana entran en contacto con entornos contaminados por los líquidos infecciosos de un paciente con ébola, como prendas de vestir, ropa de cama sucias o agujas usadas.

En África, el número de creciente de contagios y de muertes se debe a dos motivos fundamentales. Por un lado, a las tradiciones de enterramiento de los difuntos, lo que provoca que sus familiares entren en contacto directo con los cuerpos y fluidos del fallecido por ébola, lo que multiplica el contagio de la enfermedad. Por otro lado, los médicos y el personal sanitario infectado lo han sido por la falta de medios de protección para luchar contra la enfermedad, como simples guantes y trajes específicos.

La OMS mantiene que el periodo de incubación del ébola es de entre 2 y 21 días y el contagio de produce desde el momento en que empiezan a manifestarse los síntomas, pero no durante la incubación de la enfermedad. En cuanto a los síntomas, al principio son muy parecidos a los de un gripe común: fiebre, debilidad intensa, dolores musculares, de cabeza y de garganta, mientras que a medida que avanza la enfermedad, se van agravando: vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática y, en algunos casos, hemorragias internas y externas.

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