MADRID.- México está preparando una estrategia de seguridad orientada al turista. Claudia Ruíz, secretaria de Turismo de México, ha explicado en Fitur que el Gobierno del presidente Enrique Peña está diseñando la estrategia. El mandatario mexicano ha ordenado crear un Gabinete Turístico, cuya principal vertiente “es la de seguridad integral, que busca coordinar y racionalizar todas las acciones del Gobierno para garantizar que los destinos turísticos cuenten con grados aceptables de seguridad pública”.
La secretaria ha explicado que una de las labores de este gabinete será la creación de protocolos específicos de atención al turismo que contemplen las necesidades particulares, como la disposición de policías que sepan qué deben hacer si un turista es víctima de un delito. El programa también hará hincapié en los servicios médicos, para que las instituciones de sanidad pública se encuentren en condiciones de recibir a los turistas. También la protección de los derechos de los turistas como consumidores, así como protocolos confiables para la atención de los turistas en caso de desastres naturales, como terremotos.
México es un país con variados problemas de seguridad en algunas regiones del mismo. En las zonas controladas por los cárteles de la droga, como en los estados del noroeste, la violencia hace que los asesinatos entre bandas sean frecuentes. Hasta ahora, en las zonas más turísticas, como Cancún o Acapulco no han sucedido incidentes importantes. En Acapulco un grupo de delincuentes secuestraron y violaron a varias turistas españolas en febrero de 2013. Sin embargo, las autoridades encontraron rápidamente a los culpables.
Desde la llegada al poder del presidente de Peña, una de sus máximas preocupaciones ha sido parar la ola de violencia que se ha extendido entre los cárteles de la droga. No obstante, no será tarea fácil. México es punto de paso entre EEUU y Latinoamérica, por lo tanto, se trata de un conducto esencial para los traficantes de droga. Además, en las regiones más violentas existen multitud de intereses creados, incluso entre las fuerzas de seguridad, que muchas veces se pliegan a los planes de los cárteles criminales.
