MADRID.- La huelga que los pilotos de Air Europa tienen previsto iniciar el próximo 22 de septiembre (pararán cada lunes y jueves de forma indefinida) no ha sentado nada bien a Juan José Hidalgo, presidente de la aerolínea y del grupo turístico Globalia. El máximo ejecutivo ha explicado que aguantarán los paros “indefinidamente”. Hidalgo también ha asegurado que, una vez que se fijen los servicios mínimos y los vuelos que se verán afectados previsiblemente por esta huelga, no venderá billetes de las rutas en las que se puedan producir los paros y que no cuenten con servicios mínimos.
“No hay razones para la huelga”, ha explicado Hidalgo, quien ha insistido en que la compañía “no está externalizando producción”, aclarando que los protestados acuerdos en código compartido con Orbest, la aerolínea del grupo Orizonia, para los vuelos entre Canarias y la Península, fueron retirados precisamente por la presión ejercida por la sección sindical del Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (SEPLA).
Hidalgo también ha adelantado los planes de crecimiento de la aerolínea y ha señalado que en 2010 se incorporaron a la plantilla dos nuevos pilotos y que en 2011 se contratarán a un total de 18 pilotos más. El presidente de Air Europa añade que en lugar de recortar producción, la aerolínea está abriendo rutas e incorporando aviones. Por otro lado, sobre las acusaciones del Sepla a propósito de la presunta intención de Hidalgo de vender su participación en la aerolínea, el propietario del conglomerado turístico ha negado tal aspecto, pero ha añadido que con su capital puede “hacer lo que quiera”.
Hidalgo acudirá a la reunión que tiene prevista con los sindicatos el próximo 7 de septiembre, aunque ha lamentado que hayan contestado a su invitación “con una huelga”. No obstante, el presidente de Air Europa ha reiterado su voluntad de asistir a la misma. Junto a esto, Hidalgo también ha hablado sobre la marcha de la compañía, de la que ha explicado que está siendo un año “malo”. Air Europa ha tenido que hacer frente a un aumento de 80 euros en el coste del combustible y a unos costes de 40 millones por el plante de los controladores a finales de 2010.
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