¿Cuándo va a decir la verdad el Gobierno español sobre el gasto de los turistas extranjeros? Es la pregunta que cabe hacerse tras las continuas notas de prensa que se envían desde el Ministerio de Industria, Energía y Turismo en las que se habla de cifras millonarias para referirse a una magnitud que, en realidad, se encuentra inflada. Según el departamento que dirige José Manuel Soria, el gasto turístico entre enero y marzo ha ascendido a 10.764 millones de euros, un 7% más que en el mismo periodo del año 2014. Son datos que facilita el Instituto de Estudios Turísticos (IET), un organismo dependiente del ministerio, a través de Egatur, un estudio que se elabora con los resultados de una encuesta que se realiza a los viajeros que llegan a España.
Lo que se le olvida explicar al departamento gubernamental es que sólo el 54,3% de ese gasto, unos 5.844 millones de euros entre enero y marzo de 2015, repercuten en la economía española, ya que el resto del dinero se queda en los países de origen de los turistas. En la nota metodológica de la encuesta Egatur, el documento que sirve para explicar cómo se elabora este estudio, se dice que el gasto turístico que refleja la encuesta “comprende los gastos realizados por los visitantes o por cuenta de los visitantes, durante su viaje a España así como los gastos previos al mismo (como puede ser el billete de avión, o la compra del paquete turístico)”. Es decir, que la magnitud del importe que aparece en la estadística muestra por un lado el gasto que el visitante realiza en comercios y empresas de España y, por otro lado, el gasto que ha realizado en las empresas de su país para llegar a España, pero que no repercuten en la economía del país mediterráneo.
El problema que presenta Egatur es la poca transparencia de sus datos. Las estadísticas mensuales no indican qué parte del gasto total la realiza el turista extranjero en su país y qué porcentaje repercute en la economía española. Sólo las cifras anuales recogen este detalle. Así, en 2014, el gasto total de los viajeros extranjeos que arribaron a España fue de 63.094 millones de euros, pero de esa cantidad, sólo 34.241 millones se gastaron en las empresas españolas (el 54,3%). El resto se quedó en las agencias de viajes, aerolíneas u otro tipo de negocios del país de procedencia del turista. Si extrapolamos este porcentaje al gasto contabilizado en el primer trimestre de 2015, se concluye que en realidad los turistas extranjeros han dejado en España 5.844 millones en este periodo. Y no 10.764 millones, como indica la nota de prensa de forma parcial y como reproducirán todos los miembros del Gobierno y medios de comunicación.
¿Por qué oculta el Ejecutivo de Rajoy esta información? España se encuentra en pleno año electoral (en mayo son los comicios municipales y en noviembre las elecciones generales). Es más fácil vender que el gasto de los turistas en España crece mes tras mes, que reconocer la realidad: que el gasto que efectivamente repercute en la economía española lleva estancado más de un año. Y que el gasto medio efectivo de un turista en España también se ha reducido. Los datos desglosados de Egatur para el año pasado lo muestran claramente. En 2014, el gasto medio de los turistas en España fue de 527 euros, un 2% menos que en 2013. Y ello a pesar de que el año pasado se batió el record de llegada de visitantes al país europeo, con 60 millones. La misma estadística refleja que el gasto medio diario de los turistas extranjeros en España es de 59,4 euros, un 1,1% menos.
Al Gobierno de Mariano Rajoy le interesa vender el discurso de que España se recupera de la crisis económica que inició en 2008. Pero los datos son contundentes. El gasto de los turistas se estanca; los ingresos por turismo que contabliza el Banco de España no crecen desde el año 2000; el modelo turístico español está agotado y depende de unos flujos de turistas extranjeros que en cualquier momento pueden elegir otros destinos del arco mediterráneo más baratos. Sólo la inestabilidad de países como Egipto o Túnez está provocando que el flujo de viajeros no decaíga en el litoral mediterráneo y en los archipiélagos de Canarias y Baleares. Por otro lado, aunque los españoles comienzan a viajar de nuevo (su gasto supone el 50% de la actividad del sector turístico), el país aún sufre una tasa de paro del 24%, con más de 4 millones de personas sin acceder a un empleo y con unas condiciones laborales cada vez más precarias.
