Sólo para gigantes

Jordi Magraner fue a buscar al Yeti en Pakistán y se encontró a sí mismo. Una historía sobre los sacrificios que impone la verdadera libertad de ser auténtico y de salirse fuera de los convencionalismos. También de la maldad y la envidia humana por el éxito vital de los demás.
Sólo para gigantes, de Gabi Martínez | Foto: Alfaguara
Sólo para gigantes, de Gabi Martínez | Foto: Alfaguara

MADRID.- Si alguien ha oído hablar de Jordi Magraner puede pensar que este libro tratará del español que buscaba al Yeti en las montañas de Pakistán y encontró la muerte. Sí y no. La obra del joven Gabi Martínez es un retrato con muchas aristas, como un verdadero poliedro, de Magraner, ese valenciano que creció en Francia y vivió en Chitral, la región norteña de Pakistán que hace frontera con Afganistán.

Es cierto que Jordi acudió a las montañas y los valles de Chitral, de los más salvajes e inexplorados del mundo, en busca del Yeti. No de la leyenda, sino del homínido científico. Llegó a recolectar multitud de testimonios y de indicios que le indujeron a pensar en la realidad de su existencia. Pero, realmente, Jordi Magraner aterrizó en Chitral para buscarse a sí mismo. Cosa diferente es si lo logró o no.

Martínez hace bascular el estilo de su libro entre un testiminio periodístico, el trabajo de investigación para desentrañar la complicada personalidad de Magraner (como ocurre en cualquier ser humano) y la narrativa. A pesar de los cambios (que pueden gustar más o menos), el libro es dinámico y deja ese regusto por saber qué ocurre en la siguiente página, en el siguiente capítulo. Y eso aunque desde el principio se conozca el desenlace. Pero en esta ocasión importan más los por qués que el qué.

La figura de Jordi Magraner. Es lo interesante y los propios diálogos recreados intentan mostrar la psique de este protagonista: “Mamá, ¿preferirías que fuera a la discoteca a fumar y beber y volviera hecho polvo a casa y me pasara durmiendo la mañana entera? Yo prefiero ir al campo”. La vida son decisiones y prioridades. Magraner tenía las suyas claras y por eso no dudó en abandonar su puesto acomodado en el Museo de Ciencias Naturales para acudir en busca del Yeti. Una vida libre es arriesgada y Magraner lo vio claro.

Se fue a pesar de que sabía que el mundo científico le daría la espalda (como así sucedió) y se mofaría de él. No obstante, Jordi Magraner fue un superviviente y siempre, de una manera u otra, logró sacar adelante sus proyectos, encontrando financiación hasta en las fuentes más insospechadas. Con el paso del tiempo, la búsqueda del Yeti iría perdiendo fuerza en favor de otra iniciativa: ayudar a los paganos que vivían en Chitral y dar a conocer su cultura y su historia. A través de ello Jordí abrió camino para saber más sobre una región desconocida, pero también para encontrarse a si mismo. “Lo que de verdad interesa a esta gente es saber cómo son nuestras entrañas”, llega a decir a uno de sus acompañantes. ¿Qué secretos escondían las suyas?

Si hay algo que me parece criticable del libro es el énfasis que se hace en la tendencia sexual de Jordi Magraner, sin dejar claro si era homosexual o no. Es comprensible que el tema tenga su importancia, ya que fue una de las acusaciones para justificar su muerte y quizá una de las causas. No obstante, ensombrece con un prejuicio la figura de una persona que, si tenía esta necesidad mundana, le daba poca importancia. Quizá Jordi comprendía el sexo desde un visión más clásica. Al fin y al cabo grandes conquistadores como Alejandro Magno fueron bisexuales.

En definitiva, Sólo para gigantes es una muy buena radiografía del espíritu humano. Del bueno y del malo. Magraner representaría el bueno: el alma arriesgada que lucha contra todo y contra todos para forjarse como persona y hacer lo que cree necesario, más allá de los convencionalismos, de lo políticamente correcto y de las comodidades occidentales. “Jordi tenía una terraza con vistas preciosas a las casas y montañas de donde descendieron los hombres que le iban a matar”. Y la obra de Martínez también es el reflejo de lo peor del ser humano, de la envidia de las personas que no llegaron a ser libres como Magraner ni a entender que la libertad verdadera (la personal) implica sacrificios y fracasos. “¿Por qué uno de sus amigos iba a abrir la puerta para que le asesinaran? -La gente es pobre”. Ahí queda.

Deja una respuesta
Artículos relacionados
Retrato que se cree de El Greco
Read More

Narrando desde El Greco

Los cuadros de Doménicos Theotocopoulos, El Greco, inspiran muchas cosas. También relatos. La editorial Lunwerg ha conseguido que veintidós escritores españoles imaginen y cuenten a través de las pinturas del genial artista.
Logotipo Revista80dias
Read More

Las hermanas Bolena

La historia de Inglaterra ha estado jalonada por momentos decisivos. Uno de ellos fue la aparición de la familia Bolena en el acceso al trono del país británico, cuyos episodios iniciales cuenta esta película.
El juego de pelota a pala, de Francisco de Goya | Fuente: Museo del Prado
Read More

Museo del Prado: ‘Goya en Madrid’

Y Goya llegó a Madrid. El Museo del Prado nos lleva de viaje por una selección de las obras del pintor zaragozano que muestran los atributos de la sociedad madrileña del siglo XVIII antes de que se inventase el fotoperiodismo.