MADRID.- Se acabó el turismo del porro en Holanda. El país del Norte de Europa era un gran atractivo para los viajeros aficionados al cannabis debido a su regulación permisiva para el consumo de esta sustancia. Ahora, el Gobierno holandés ha dispuesto que, desde el 1 de enero de 2012, las ventas de marihuana en los conocidos coffee shops a los ciudadanos no residentes en el país estarán prohibidas.
El Gobierno holandés decidió reducir el consumo de drogas blandas desde el año 2007, argumentando como motivo los delitos que se cometían y, sobre todo, por su preocupación en los riesgos para la salud. Ivo Opstelten, ministro de Justicia y Seguridad, ha comentado que “debemos proteger a la población más vulnerable, los jóvenes”.
Las nuevas normas también limitan la venta de cannabis a los habitantes holandeses, que se deberán inscribir como miembros de los coffee shop para acceder a esta sustancia. Es decir, estos establecimientos pasarán a ser una especie de clubes privados. Aunque la normativa entra en vigor a partir del 1 de enero, no se aplicarán hasta el 1 de mayo, comenzando su vigencia en las tres provincias del sur, donde el turismo por este motivo es muy común.
En el resto del país, incluyendo la capital, Amsterdam, la regulación se aplicará a partir de enero de 2013. A partir de ese momento, un coffe shop podrá tener un máximo de 2.000 miembros. Además, también se prohibirá la venta de marihuana en los coffee shop que estén ubicados a menos de 350 metros de los colegios en el año 2014.
Holanda siempre ha sido conocida por su permisividad con respecto al cannabis. A pesar de ello, el país europeo es uno de los que menor tasa de delincuencia y problemas con las drogas presenta. A diferencia de lo que muchos puedan pensar, las calles de sus ciudades no se encuentran llenas de drogadictos o de personas constantemente fumando cannabis. Detrás de esta decisión también se encuentra la presión de la Unión Europea para que Holanda dejase de ser un “paraíso” de la droga blanda dentro de la Unión.
Hijos de puta los de la union europea que siempre tienen que tocar los cojones