Hacer una visita a San Lorenzo de El Escorial depende mucho de los gustos y preferencias de cada uno. Pero en lo que todos estaremos de acuerdo es que este municipio se disfruta andando, así que dejemos los coches aparcados y comencemos nuestro camino tomando como punto de encuentro el gigante de piedra: el Monasterio, que ha dirigido el destino esta localidad desde su inicio en 1563.
El monasterio es una de las cosas que ver en San Lorenzo de El Escorial, pero exige dedicarle a su interior casi un día. Si aún no lo conoces te recomendamos nuestros artículo sobre qué ver y hacer en el Monasterio del Escorial.
Empezaremos a hacer turismo por San Lorenzo de El Escorial con los edificios que rodean el gigante de piedra, ya que fueron construidos sobre las casas de los obreros que edificaron el sitio original y posteriormente sirvieron de alojamiento a cortesanos e invitados del rey. Son conocidos como las Casas de Oficios y del Infante. Actualmente acogen la Casa de la Cultura y el Centro de Estudios Musicales del padre Soler, respectivamente. La otra es la Casa de Compaña, donde estaba el molino, los oficios mecánicos, las caballerizas y el almacén, la hospedería y la enfermería. Además, este edificio se unía con el convento gracias al pasadizo de los arcos, que llevaba hasta la botica.
Si bordeamos el Monasterio, la fachada más bonita es la del mediodía. Junto a ella se encuentra el Jardín de los Frailes, las huertas y el estanque. A la derecha, según se mira el estanque, hay una pequeña construcción, la cachicanía. Era la vivienda del hortelano, pero años después se utilizó como fresquera y para guardar los aperos y la leña.
Siguiendo ese camino, el Paseo de los Alamillos, se llega al bosque de la Herrería, especialmente recomendado para pasear y hacer deporte, y un lugar excepcional para hacer turismo en San Lorenzo de El Escorial. Cruzando la Herrería llegaremos hasta la famosa Silla de Felipe II, donde se cuenta que el rey se sentaba para observar las obras de su pequeña maravilla. Esto no es cierto del todo, quizá subiera allí en alguna ocasión, pero la verdad es que prefería verlo desde las fincas aledañas, La Fresneda y El Campillo, lo cual es mucho más lógico ya que el camino es más corto y plano. Si queréis ir allí se trata de una pequeña excursión de no más de medio día, pero en la cima se puede hace un pic-nic, si el tiempo lo permite. Además, es un mirador de excepción para contemplar el Monte Abantos y la Sierra de Guadarrama.
La calle principal del pueblo es Floridablanca, antiguamente llamada calle de los Doctores. Al principio, a la izquierda, encontramos la casa más antigua de San Lorenzo, la de Jacometrezo. Una casa de piedra construida en 1562, utilizada para albergar a los peones y que se encontraba junto al taller del plomo. Años después fue la residencia del escultor italiano Jacopo da Trezo y de ahí viene su nombre actual.
Bajando por esta misma calle, a la izquierda, queda elevada por encima de las demás la que fuera Casa de los Doctores y Catedráticos del Colegio. Proyectada por Juan de Herrera en 1583, albergaba a los profesores seglares del colegio y actualmente acoge restaurantes como La Clementina. A esa misma altura en Floridablanca, a la derecha, está el Santuario de la Virgen de Gracia, la patrona celebrada en la romería de septiembre. Y junto a ésta, un poco más abajo, se halla el restaurante Don Felipe, de parada obligatoria, porque tienen el mejor chocolate de la Sierra y en invierno eso es todo un lujo.
Frente al restaurante, a la izquierda, queda la Plaza de los Jardincillos y a su derecha el Teatro, el Real Coliseo de Carlos III, construido por Jaime Marquet en 1770 para diversión de la corte. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1980 y en los últimos años ha mejorado mucho su programación. Así que esta es otra excusa para ir de turismo a San Lorenzo de El Escorial
Bajando un poco más, porque la calle Floridablanca da para mucho, el siguiente edificio fue la Fonda de los Milaneses (y se reconoce porque en su fachada hay una farmacia) y el siguiente los Reales Cuarteles de Infantería de Guardias Españolas y Valonas. Todos ellos son ahora tiendas, hoteles y restaurantes. Aún más abajo, y ya casi tomando la calle de la Estación, hay otros dos edificios emblemáticos: el primero, la Real Ballestería (actualmente viviendas), donde vivían los servidores de las caballerizas reales; y el segundo, la casa de familias de los infantes Carlos María Isidro y Francisco de Paula, hijos de Carlos III, y que actualmente es la sede del Euroforum de Infantes.
Prácticamente todos los edificios de esta época son obra del arquitecto Juan de Villanueva. Al igual que las Cocheras del Rey, otro edificio situado en la calle del Rey, que albergaba a capataces, lacayos, palafreneros y encargados de los carruajes. Actualmente está rehabilitado y contiene una biblioteca muy interesante.
Muy cerca de ahí, subiendo esa calle, llegamos a Juan de Leyva. Allí está la Casa para arrendar del Marqués de Campo Villar, el mayordomo de semana del rey. Es una casa roja de tres alturas. Esta calle, en verano, está repleta de terrazas y bares, donde se concentra buena parte de la animación del municipio. Y cerca de ella se encuentra la Casa del Cónsul de Francia, una de las más importantes. Una construcción amarilla, con jardín y que, actualmente, es una vivienda.
Si continuamos subiendo Juan de Leyva, llegaremos a la Casa de Mozos Aguadores de las Reales Servidumbres y la Cabruna (que conserva sus cuatro plantas originales). Junto a ésta, un edificio de color rosa, es el de las Familias de Secretaría, que después pasó a ser la del Conde de Ricla. El que fuera también Capitán General de Cuba, y más tarde de Cataluña, y famoso por construir el Castillo de San Carlos de la Cabaña, la mayor fortaleza colonial construida en América.
En la misma calle del Rey, ya en la Plaza de San Lorenzo, está la Casa de Felipe Díaz Bamonte; y a la derecha, por la calle del Duque de Medinaceli, se encuentra la del Duque de Alba. Si retomamos el camino de la Plaza de San Lorenzo, encontramos la Casa de las Tiendas o las Columnas. En efecto, se trata de unos típicos soportales de piedra en cuyos bajos hay tiendas, comercios y restaurantes. Fueron construidos por orden del rey para que los vendedores ambulantes tuvieran abrigo durante la noche.
A continuación, la Plaza de la Constitución, frente a un ayuntamiento de reciente construcción que imita, de mal modo, la arquitectura herreriana. Desde aquí parte otra de las calles importantes del pueblo: Las Pozas. Subiendo por ella, en los primeros pasos, está lo que fuera Cuartel de Inválidos y Voluntarios a Caballo, edificio en el que se planteó instalar el Centro de Estudios Herrerianos, pero ya se sabe…
Junto al Cuartel de Inválidos, el mercado público. Obra también de Villanueva y conocido entonces como el Repeso, utilizado como almacén, en sus tiempos debió de ser una estancia elegante, con sus escaleras de piedra y los muros adornados. Actualmente es el mercado público, restaurado como por un grupo de escolares con témperas y que ha perdido todo su encanto.
Continuando esa calle, un poco más arriba (pero sólo un poco, que aquí todo son cuestas) está otro edificio de similares características: el Hospital de San Carlos, construido por Juan Esteban en 1771 y cuyos servicios continúan siendo los mismos, por lo que no tiene interés de ningún tipo para nosotros y lo mejor es continuar el camino, pero en dirección contraria. De manera que bajando por la misma calle pasamos de nuevo frente al Ayuntamiento, pero por el otro lado de la plaza. En la calle Gobernador está el edificio de la Casa del Alcalde Mayor, el encargado de defender los intereses de la corona y la comunidad monástica.
Y en este punto podría terminar la excursión andando alrededor de San Lorenzo de El Escorial. Pero sin duda, esto no es lo único que ofrece este municipio. Ahora nos queda una ruta gastronómica, la de los bares, la de las fiestas, la de los paseos…
En tren. Cada hora llegan (a las horas y 35) y salen trenes (a las horas y 15) de la estación de El Escorial, el municipio cercano a San Lorenzo. Las líneas a tomar son Atocha-El Escorial y Chamartín-Ávila o Ávila-Chamartín y El Escorial-Guadalajara. Desde la estación de tren de El Escorial parte un autobús cada media hora que sube hasta la estación de autobuses de San Lorenzo de El Escorial y viceversa.
En autobús. Desde el intercambiador de la Plaza de Moncloa salen autobuses hasta San Lorenzo de El Escorial. Las líneas en que debemos montar son la 661 o la 664. Y llegan hasta la estación de autobuses de San Lorenzo de El Escorial. Atención, no sirve ninguna otra. Tampoco la 661A, cuyas ruta es diferente.
En coche. Tomando la Autovía del Noroeste, la A-6, desde Madrid hasta la desviación de la M-600, que está en la salida 47 (Indicaciones Ávila y El Escorial y es la última salida antes del peaje).
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Pues, no puedo estaqr menos de acuerdo José. Yo también he vivido allí durante muchos años y creo que es muy acertado y muy ameno. Que no es el típico rollo turístico que aburre a las piedras. Y yo lo recomiendo muchísimo.
LO SIENTO,PERO COMO CONOCEDOR DE SAN LORENZO DE EL ESCORIAL Y RESIDENTE EN ESTA LOCALIDAD,SU REPORTAJE-INFORMACIÓN SOBRE ESTA LOCALIDAD ES BASTANTE MALO Y PEOR,LO QUE SE REFIERE A GASTRONOMÍA.