El ferry de Grimaldi Lines parte a las 7 de la tarde de Barcelona, aproximadamente, y es muy buena opción para visitar Roma en 3 días. Y las posibilidades para dormir son variadas, en función de lo que cada uno se quiera gastar. Suite, con todo incluido, que no es mucho más cara que las otras opciones y parece que el precio se amortiza; camarote normal, que viene a ser como el armario de Bender, pero para lo que hay que hacer allí, que es dormir unas horas, es suficiente. O la sala común de las butacas, que es como dormirse en la sala del cine, y según están las cosas casi por el mismo precio, pero sin anuncios. En cualquier caso, dormir es lo menos importante en este barco. Así que, una vez elegido el lugar para abandonar nuestras pertenencias, hay que ir pensando en posibilidades de ocio.
El barco va a zarpar y parece una tradición ver cómo lo hace, desde la cubierta más alta. Lo cierto es que el barco tarda una eternidad en zarpar, así que si la piscina no está abierta, seguramente sí lo esté el bar de la piscina. Una cervecita en el mismísimo puerto; una altura privilegiada para poder verlo todo; disfrutar de la brisa… todo un lujo. Después, pongamos que son… las 20:00, bien, entonces hay que bajar a cenar a toda velocidad. El self-service es una opción si uno quiere comer poco y no es exigente con la calidad. El restaurante “a la carta” tiene una especie de menú con 4 opciones, que al final no están tan mal de precio y que es mucho más cómodo y agradable. Quizá, para una comidita ligera, del tipo, “picamos algo” también se puede ir al bar de la cubierta superior. Si no… directamente se puede uno traer algo de comida o incluso comprarla en la tienda del barco y se puede comer en cualquier parte.
Después de cenar, ¿cuál es el plan? Podemos ir a un bar. Hay dos, el bar que tiene música en vivo (bueno, eso se comenta), que es más como esos bares de los hoteles del Levante español, donde se concentran los abuelitos para ver el espectáculo; aunque también tiene mesitas apartadas, a media luz, más íntimas y desde las que se puede ver el mar. El otro bar está junto a los casinos. Es un bar muy iluminado, que está abierto todo el viaje, en el que hay que pagar previamente antes de que te sirvan la consumición y más bien, tiende a ser el punto de encuentro para la gente del barco, con mesitas repartidas por doquier y sin mucha más historia.
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Los casinos… bueno, una mesa de Black Jack, ruleta, máquinas tragaperras y poco más. Es más por pasar el rato que por otra cosa y la gente se anima incluso a apostar. Se organiza un ambiente muy divertido. Además, hay un salón virtual, es decir, para jugar a máquinas de videojuegos y otro para consultar Internet… aunque bueno… consultar Internet en medio del mar es lo más parecido a ir en bicicleta por la autopista… un error. Es caro y lento. Un poco más tarde, para los que no pueden pasar sin una pequeña juerguecita nocturna, pueden subir a la discoteca, que además tiene el techo de cristal y, desde las mesas, se puede ver el cielo estrellado. Toda una experiencia. Todo ello, incluso si se viaja con niños, porque hay un espacio destinado a ellos. Una especie de guardería con juguetes y diseñada especialmente a su medida. No tiene vigilancia, pero no es necesario, porque al fin y al cabo, por muy traviesos que sean, no se pueden bajar del barco.
Por la mañana, no merece la pena madrugar para el desayuno, lo mejor es ir directamente al gimnasio a ponerse un poquito en forma después de dormir unas horas. Y después del esfuerzo, el relax… baño turco, sauna y jacuzzi… y para los que quieran también hay masajes. Un par de horas de culto al cuerpo y listos para comer. La comida, como ya he dicho, se empieza a servir muy pronto, a eso de las 12. Para lo comida, repito lo mismo que para la cena. Y es el momento de recoger nuestras cosas para subir a la cubierta de la piscina y tomar una café en el bar para despedirnos del barco, porque el viaje, prácticamente habrá terminado.
Oficialmente los cruceros duran 20 horas… es decir, de 7 de la tarde a 3 de la tarde del día siguiente. Esto no es del todo cierto, porque para embarcar hay que estar en la terminal de Transmediterránea, a las 5 de la tarde, porque la hora a la que el barco zarpa, son las 7, aunque esto es sólo un dato relativo… Al día siguiente, la llegada estará prevista para las 3 de la tarde… lo que quiere decir que alrededor de las 2, todo debe estar preparado para abandonar el barco, la llegada será cuando sea, es decir, tarde y uno conseguirá desembarcar con coche incluido, prácticamente a las 5 y media. Así que, en realidad el viaje viene a ser unas 25 horas. Y esto es importante a la hora de planificar el resto del viaje. Pero si ya contamos con esta franja temporal desde el principio, no afectará al plan previsto.
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