Vannes, cruce de caminos en la Bretaña francesa

Vannes es una localidad en la Bretaña francesa con una peculiaridad: está dedicada a San Vicente Ferrer, el santo valenciano. Damos las claves para hacer turismo en la ciudad, qué ver y qué hacer.
San Vicente Ferrer, en una de las puertas de entrada a Vannes | Foto: David Fernández
San Vicente Ferrer, en una de las puertas de entrada a Vannes | Foto: David Fernández

El destino del Mundo depende de un dedo. Más concretamente de la falange de San Vicente Ferrer. Y no estamos en Valencia, ciudad de la que es oriundo el santo, sino en Vannes, capital del departamento de Morbihan, en la región francesa de Bretaña. La leyenda cuenta que, el día que el brazo de la estatua del dominico que preside una de las entradas baje, el Mundo dejará de existir.

Y es que esta ciudad de 55.000 habitantes alberga en su catedral de estilo gótico el cuerpo del santo valenciano, que falleció en esta localidad en 1419 mientras predicaba el advenimiento del Anticristo. Pero, leyendas a parte, la verdad es que Vannes es un cruce de caminos entre la modernidad y el ambiente medieval que todavía supura por las calles de su casco antiguo.

El pasado entre las piedras

Como si el tiempo se hubiese congelado, el centro histórico conserva parte de su aspecto en la Edad Media. El componente principal son las viviendas edificadas en madera dentro del recinto de la ciudad vieja, amurallado y empedrado. Pocas de estas casas han pervivido, ya que numerosos incendios provocaron su desaparición. Ello obligó a los habitantes de Vannes a reconstruir sus propiedades con piedra, más resistente al fuego, pero más cara.

A pesar de lo que pueda parecer a primera vista, Vannes no deja de tener animación y, en sus calles, el viajero se puede tomar un refresco frente al puerto que se abre al Golfo de Morbihan, por ejemplo. Caminando por la ciudad, uno también puede llegar al museo de bellas artes la Cohue, dónde se firmó el acuerdo de unión entre Bretaña y Francia en 1532, ya que antes esta región francesa era un ducado independiente.

Otro de los puntos de interés es la Plaza de Lices, que merece ser visitada los viernes, puesto que en la misma se lleva a cabo un mercado al aire libre. En la Edad Media era el punto en el que se desarrollaban las luchas entre caballeros, pero hoy se puede encontrar de todo, desde frutas hasta pescado fresco y marisco. Esta última es la especialidad de la zona.

Una visita en barco

El golfo de Morbihan (“pequeño mar” en el idioma bretón) es una de las bellezas de la región. En sus 1,2 millones de metros cuadrados, esta bahía cuenta con 30 islotes, alguno habitado. Además, de aquí salen las ostras que abastecen Bretaña, porque dentro del golfo hay 2.000 hectáreas de cultivo de este marisco. Lo ideal es aprovechar uno de los cruceros que recorren el golfo a un precio de 15 euros. El paseo dura tres horas, así que hay que ir con tiempo. Además, el viajero tiene posibilidad de apearse en alguna de las islas para conocer mejor la vida en las mismas y quedarse estupefacto con su belleza. Si por algo destaca este “pequeño mar” es por su flora y fauna, con multitud de aves acuáticas migratorias que preñan sus orillas.

No son las únicas sorpresas del golfo, ya que mucho antes de los conquistadores medievales, el hombre ya caminaba por esta zona de Bretaña. Buena prueba de ello son los menhires que llenan algunas de las islas (el culmen de estas representaciones se encuentra en la cercana ciudad de Carnac). En la isla de Kergonan se puede admirar el mayor círculo de piedras de Bretaña, mientras que en la pequeña isla de Gavrinis el viajero puede visitar el dolmen más largo de Francia, con 3.500 años de antigüedad. ¿Cómo se transportaron estos bloques de piedra tan pesados por el mar? Ese es uno de los encantos de Bretaña que el visitante deberá intuir.

Crêpes

Las crêpes son el manjar más famoso de Bretaña. En casi cualquier sitio al que vayamos nos ofrecerán esta especie de tortitas que cuentan con dos variedades: saladas y dulces. El ingrediente para hacer la base es la harina de trigo. Después, en su interior se puede dar elementos como el queso de Rochefort o el jamón de york, por mencionar dos ingredientes de la variedad salada. En el caso de las dulces, la nata, frambuesa y las diferentes mermeladas con los componentes fundamentales.

Es verdad que las crêpes son un plato tradicional en las ciudades del interior bretón, donde su presencia es más acusada en la cocina. En las crêprerias de esta parte de Francia es muy normal que el menú se componga de una crêpe salada seguida por una dulce.

Cómo llegar

Avión. Las principales aerolíneas nacionales e internacionales vuelan al aeropuerto de Nantes desde Madrid, Barcelona y otros aeródromos europeos. Desde esta capital de región, que se encuentra próxima a la ciudad de Vannes, tendremos acceso a todo el departamento bretón.

Carretera. Sin duda, desde cualquier capital europea se puede llegar a Vannes a través de la red de carreteras francesa. Sin embargo, lo más recomendable es aterrizar en el aeropuerto de Nantes y una vez allí alquilar un coche. Desde este punto, podremos tomar la autovía N844 en dirección a Orvault para seguir por la N165, que nos conducirá a Vannes. Son aproximadamente 117 kilómetros.

En tren. Los ferrocarriles franceses también son famosos por su buen funcionamiento. Desde París se puede tomar el TGV (tren de alta velocidad como el AVE español) hasta la estación de Rennes. Una vez allí se usarán los trenes de cercanías para llegar hasta la propia Vannes.

24 comentarios
  1. a propósito de las “crèpes” solo quería aclarar algo para diferenciar los dos tipos que existen, dulce y salada : la crèpe dulce, que se come de postre ,se realiza con harina de trigo y la crèpe versión salada -llamada también “galette”en algunas zonas -es más grande y se hace con harina de trigo sarraceno , de allí su color oscuro .

  2. a propósito de las “crèpes” solo quería aclarar algo para diferenciar los dos tipos que existen, dulce y salada : la crèpe dulce, que se come de postre ,se realiza con harina de trigo y la crèpe versión salada -llamada también “galette”en algunas zonas -es más grande y se hace con harina de trigo sarraceno , de allí su color oscuro .

  3. a propósito de las “crèpes” solo quería aclarar algo para diferenciar los dos tipos que existen, dulce y salada : la crèpe dulce, que se come de postre ,se realiza con harina de trigo y la crèpe versión salada -llamada también “galette”en algunas zonas -es más grande y se hace con harina de trigo sarraceno , de allí su color oscuro .

  4. a propósito de las “crèpes” solo quería aclarar algo para diferenciar los dos tipos que existen, dulce y salada : la crèpe dulce, que se come de postre ,se realiza con harina de trigo y la crèpe versión salada -llamada también “galette”en algunas zonas -es más grande y se hace con harina de trigo sarraceno , de allí su color oscuro .

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