Qué ver y qué hacer en Badajoz

Si quieres hacer turismo en Badajoz, aquí tienes las claves de la cultura, la gastronomía, el turismo de salud y los hoteles de Tierra de Barros y alrededores, hasta Tierras Rayanas.
Jerez de los Caballeros desde la Torre Sangrienta | Foto: David Fernández
Jerez de los Caballeros desde la Torre Sangrienta | Foto: David Fernández

Tierra de Barros, en el centro de Badajoz, es tierra de vino y de Historia, de aceite y de paisajes singulares. La dehesa, fundamental para la cría del cerdo ibérico y del toro bravo, ha ido modelándose con el paso de los años. A su vera, Hornachos, Ribera del Fresno o Almendralejo han ido acumulando un patrimonio singular: desde los últimos huertos moriscos que quedan en España, todavía en uso, hasta las bodegas que impulsan una de las denominaciones de origen, la de Ribera de Guadiana, más jóvenes de España, pasando por iglesias, palacios, centros de interpretación o lugares de peregrinación conocidos, incluso, en América, como el pozo de San Juan Macías, en el que comenzó su aventura espiritual uno de los evangelizadores más populares de Perú, Juan Macías, canonizado en 1975 por Pablo VI.

Puede que Ribera del Fresno sea, precisamente, una buena base de operaciones desde la que explorar Tierra de Barros. A muy pocos minutos en coche de Alange, conocida desde tiempos de los romanos por las propiedades mineromedicinales de sus aguas, o de Almendralejo, localidad natal de la poetisa Carolina Coronado, Ribera del Fresno resume el encanto de una región que se lo debe todo al campo: casas bajas y encaladas, muchas de ellas antiguos palacios estrechamente relacionados con las aventuras americanas de sus antiguos propietarios, de grandes ventanales enrejados y puertas que esconden habitaciones amplias y frescas y, la gran sorpresa, patios y jardines interiores, que poco o nada tienen que ver con las calles silenciosas del exterior. Un buen ejemplo de estas construcciones tradicionales es el hotel con encanto Finca Villa Juan que, con sus seis habitaciones, se plantea como un acierto para parejas o pequeños grupos de amigos.

Los últimos moriscos y la dehesa de Extremadura

Hornachos, a los pies de la Sierra Grande y a tiro de piedra de Ribera del Fresno, fue el último bastión de los moriscos de España. Hoy, su Centro de Interpretación de la vida morisca, ideal para visitar con niños, recupera la memoria y el legado de esa comunidad, cuya huella quedó también en la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, hasta la que hay que llegar a pie, y disfrutando de las vistas y, en primavera, de los regueros y arroyos que se derraman desde las montañas y que alimentan huertas moriscas como la de Antonio Nogales, Picotín, o pilones y abrevadores como el Pilar de Palomas, que aún conserva el escudo real en su frente. Tierra de Barros, tierra de olivos, y de tomates, y de ajos y de vino, como el que elaboran en las vecinas Bodegas Castelar, donde organizan visitas guiadas y catas y donde todavía elaboran sus caldos utilizando los depósitos de cemento originales.

En la vecina comarca de Zafra, la Historia y el campo vuelven a darse la mano para moldear el paisaje y las ciudades. La más importante, Zafra, la antigua Segeda romana, mantiene vivo todo el patrimonio que aquí ha dejado la Edad Media y el descubrimiento de América. Su castillo, antiguo alcázar musulmán que también perteneció a la Casa de Feria, es el emblema de un patrimonio tan variado y rico como su gastronomía, determinada por el jamón ibérico.

Quien esté interesado en conocer más detalles sobre este alimento tiene que visitar la dehesa de Extremadura, porque es en ella donde comienza un largo y delicado proceso de crianza y elaboración. Lo que comen los cerdos determina, junto al grado de pureza de su raza, la calidad del jamón ibérico y del resto de embutidos. En este paisaje de árboles aislados y lomas redondeadas, se cría también el toro bravo, otro animal emblemático de la Península Ibérica desde los tiempos clásicos, alrededor del cual gira una actividad económica muchas veces desconocida pero fundamental para Badajoz.

Tierras rayanas y de conquistadores

Dehesando y deambulando por Badajoz, a una hora y media, más o menos, de Ribera del Fresno, se llega a Jerez de los Caballeros, muy cerca de las Tierras Rayanas, territorio fronterizo con Portugal y, por ello, mestizo, rico en leyendas, castillos, recetas tradicionales y gentes afables. En Jerez de los Caballeros estuvo el último bastión de los Caballeros Templarios en España y aquí nació el descubridor del Océano Pacífico, Vasco Núñez de Balboa. Sus iglesias y conventos contrastan con unos alrededores marcados por civilizaciones mucho más antiguas cuya memoria nos ha llegado gracias a lugares como el Dolmen de Toriñuelo o el Puente de La Bazana, poco conocidos pero lo suficientemente interesantes, por eso y por la naturaleza que les rodea, para explorarlos con tranquilidad durante toda una mañana.

En Jerez de los Caballeros se celebra, por cierto, una de las dos Ferias del Jamón más importantes de Extremadura y un Festival Templario que aspira a ser considerado, como ya lo está su Semana Santa, Fiesta de Interés Turístico.

Muy cerca, tanto que parece imposible no detenerse al menos un rato, está Fregenal de la Sierra, con su casco histórico también marcado por los Templarios y sus alrededores, de gran interés por sus rutas ornitológicas y sus árboles singulares de Extremadura.

A quien tenga hambre de más, le queda por delante el resto de la Raya hispanoportuguesa en la que los acentos y las fortalezas se combinan al mismo ritmo trepidante que sus episodios históricos. Alburquerque, Estremoz, Barcarrota, Alcántara, Coria u Olivenza, cuna, por cierto, de la Técula Mécula, uno de los dulces más sabrosos de Extremadura, elaborado durante tres generaciones, siguiendo la receta original, en Casa Fuentes.

Propuestas complementarias si haces turismo en Badajoz

  • En Hornachos puedes recuperar fuerzas tras el paseo por el casco histórico o por su Sierra Grande en la cafetería-pastelería artesana Yema y Clara, donde recuperan algunos dulces moriscos tradicionales.
  • En Zafra: se puede visitar la fábrica de jamones Joaquín Luna, emprendedor de la zona famoso por sus jamones ibéricos pero también por los embutidos que elabora. Además, es dueño del restaurante El Comeero, con mucho ambiente y una carta elaborada a partir de productos locales.
  • En Jerez de los Caballeros, te recomendamos que descanses o comas en el Hotel Hacienda Arroyo la Plata, a las afueras de la ciudad. Es un hotel 100% accesible con una carta de productos locales y arroces caldosos y paellas muy recomendable. Además, organizan visitas culturales y experiencias en la naturaleza, también accesibles. Si quieres conocer la ciudad de una manera diferente, consulta las posibilidades que ofrece la asociación de guías locales Temple Tour.

Más características del hotel rural con encanto Finca Villa Juan

  1. A cuatro horas de Madrid, una hora y media de Sevilla y 20 minutos de Mérida.
  2. Tiene seis habitaciones, todas ellas diferentes.
  3. Cuenta con piscina y jardines privados.
  4. Organiza eventos y reuniones a partir de 10 personas.
  5. Ofrece desayunos y comidas o el uso privado de la cocina en casos particulares.
  6. Dispone de Wifi gratuito y es pet friendly.
  7. Proporciona información turística de la región y organiza actividades concretas como vuelos en globo, excursiones a caballo o actividades cinegéticas previa petición.

Cómo llegar a Badajoz

Para llegar a todos estos lugares, nosotros hemos usado un coche de alquiler de la compañía Europcar, concretamente un Renault Captur Intens Energy TCe 90. Cuenta con una potencia de 90 CV y 3 cilindros. Su consumo urbano es de 6 l/100 km; extraurbano, de 4,3 l/100 km; y mixto, de 4,9 l/100 km. Este automóvil dispone de cinco puertas y con un maletero de 377 litros, que será suficiente para llevar maletas de tamaño medio. Se trata de un vehículo seguro, aunque de potencia media. Interior espacioso y cómodo. El coche cuenta con un sistema de apagado automático para ahorrar combustible y proteger el medio ambiente.

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