El libro de Álvarez-Olías se compone de 17 capítulos que se desarrollan en distintos episodios históricos, sin relación entre ellos. En todos, la autora sitúa a los personajes en momentos vitales que incidirán permanentemente en su vida y que la cambiarán para bien o para mal. En algunos relatos, la autora deja abierta la puerta a que el lector imagine qué pasará después con el protagonista.
La niña que ve cómo la enfermedad destruye su mundo de seguridades infantiles; la mujer maltratada por su pareja; la doctora que sabe del maltrato, pero decide no ir más allá de su función profesional; la cena de Navidad entre compañeros de trabajo en la que sucede lo que no debería pasar; la mujer que asume su traslado a los campos de exterminio nazis sin saber qué le espera allí; o la joven que, en el futuro más próximo, siente inseguridad en la relación, casi aséptica, que mantiene con su novio. Son los mimbres de algunas de las historias, con reflexiones muy interesantes y de plena actualidad.
Torremolinos, el Berlín de los años 40, el Madrid posterior a la guerra civil o la España de la Transición son sólo algunos de los lugares en los que transcurren las historias de Teresa Álvarez-Olías. La autora gusta de jugar con los personajes, no para maltratarlos, sino para introducirlos en situaciones que le permiten imaginar qué harían y cómo reaccionarían ante las mismas. Al final, casi todos los relatos cuentan con una especie de moraleja que pretende resaltar valores cívicos o de comportamiento.
En definitiva, el libro de Álvarez-Olías es entretenido, con un estilo limpio y claro, nada artificial, que consigue mantener el interés en la lectura y en las historias que se van desarrollando, y que permite volar, como su título indica, de una ciudad a otra de la mano de personajes bien construidos y una narrativa inteligente.