El Periodismo es una profesión venida a menos y que el lector respeta poco o nada. La imagen del periodista cínico, alcohólico, fumador, intrépido e inquisitivo ha quedado sustituida por la del pincha-teclas y experto del corta y pega. Como toda actividad humana, el periodismo tiene una historia oficial y otra que no aparece en los libros canónicos.
Eso no estaba en mi libro de Historia del Periodismo, de J. M. Bielsa-Gibaja (Almuzara, 2021) aborda la parte oficiosa de la profesión y del negocio de vender noticias, plagada de anécdotas y curiosidades que los manuales universitarios no tratan.
El autor, que ha escrito varios libros de poesía y ha colaborado en diferentes periódicos, centra su tiro en historias alternativas como la de los otros posibles creadores de la imprenta, las diferentes formas de censura en la Historia o las incógnitas alrededor de Jack el Destripador, una figura que los periódicos ingleses del siglo XIX usaron para vender más copias.
Los capítulos son cortos, entretenidos, con mucha carga de ironía y bien escritos. Además, al final cuentan con una breve bibliografía para quien desee profundizar más en las historias que se relatan. En lo que toca a España, debemos destacar el capítulo dedicado a los hijos de Fígaro, el seudónimo que usaba el periodista Mariano José de Larra. Este plumilla es uno de los fetiches del periodismo (y de la Historia del Periodismo) español, pero tuvo tres vástagos igual de noticiosos. Una de ellas puso en marcha una estafa piramidal y se fugó con parte del dinero que había sisado a miles de incautos.
Desde la perspectiva internacional hay que mencionar los capítulos dedicados a los extraterrestres que nos hablaron por la TV y a la estación de radio fantasma UVB-76. El primero trata la interrupción de una emisión de televisión en el Reino Unido, en los años 70 del siglo pasado, en la que un supuesto extraterrestre con voz robótica nos lanzó un mensaje de concordia a los humanos. El segundo aborda la emisión ininterrumpida de una cadena de radio situada en Rusia que sólo reproduce ruidos intermitentes y en ocasiones se dicen números o palabras. Un misterio.
El libro de Bielsa-Gibaja no pretende ser un manual sobre Historia del Periodismo, pero sí consigue iluminar sobre determinados aspectos oscuros de la historia oficial que se obvian en la literatura especializada y entretener con curiosidades sobre un oficio en franca extinción.