Guerras, epidemias y traumas del siglo XX

Massimo Livi Bacci analiza en un libro las dinámicas entre política y naturaleza que han influido en la demografía europea del último siglo.
Guerras, epidemias y traumas del siglo XX

El principio del siglo XX fue traumático para la sociedad mundial. Catorce años después del inicio de la centuria comenzó la Primera Guerra Mundial (1914-1919) y veinte años después de su fin empezó la segunda contienda (1939-1945). Entre medias, la gripe de 1918 (mal llamada “española”) también hizo estragos. Massimo Livi Bacci, profesor emérito de la Universidad de Florencia (Italia), repasa las consecuencias de estos acontecimientos en Los traumas del siglo XX (Ediciones de Pasado y Presente, 2021).

Bacci se centra en los efectos demográficos que las dos grandes guerras y la pandemia de gripe tuvieron en la población de Europa durante la primera mitad del siglo pasado. En este sentido, el informe de Bacci es completamente eurocéntrico, aunque de sus páginas se pueden extraer conclusiones generales que hoy son aplicables a casi cualquier geografía.

El subtítulo del libro expone las dos categorías sobre las que bascula el autor: Naturaleza y Política. Porque una y otra son las que se han ido turnando para, en términos coloquiales, “controlar” la población europea. La Naturaleza, a través de las infecciones y las epidemias, que provocaron una alta mortalidad en siglos previos al XX. De hecho, la centuria pasada se puede considerar como la primera en la que el ser humano pudo gestionar de forma racional los efectos de las enfermedades en la población, pues los avances científicos y médicos lo permitieron.

La Política ha afectado siempre a la población de una manera u otra. Bacci lo ejemplifica a través de las guerras, decisiones de los gobernantes a fin de cuentas, pero también de determinadas acciones criminales como el genocidio armenio o el Holocausto judío que ejecutaron los nazis en la II Guerra Mundial. En los siglos previos al XX, la Naturaleza había podido más que la Política en sus efectos sobre la demografía europea. Las enfermedades mataban a mayor número de personas que las guerras, en las que se usaban pocos soldados y que tenían duraciones breves, a excepción de contiendas como la Guerra de los Treinta Años.

Sin embargo, ese paradigma cambió en el siglo XX. Los dos conflictos mundiales (el primero muy centrado en Europa y el segundo verdaderamente mundial) provocaron más bajas que las enfermedades y epidemias que tuvieron lugar en el mismo siglo. Las dos guerras mundiales fueron enfrentamientos de desgaste, con un uso intensivo de millones de soldados y, en el caso de Alemania, con una gran afectación de la población civil, pues en la II Guerra Mundial el país fue devastado.

Con todo, entre las dos guerras mundiales hubo diferencias incluso en el número de muertos. Por ejemplo, en la Primera Guerra Mundial las bajas entre soldados franceses y alemanes fue elevado, pero menos entre los rusos. La Revolución Rusa y la guerra civil provocó que el país euroasiático se descolgase pronto del conflicto mundial. Sin embargo, no ocurrió lo mismo en la segunda guerra, donde Bacci aporta algunas respuestas de por qué murieron tantos rusos en la Segunda Guerra Mundial. El frente oriental entre Alemania y la URSS (el país surgido en Rusia tras la revolución comunista de 1917) fue uno de los más duros y en el que más bajas se produjeron. Primero por la invasión alemana de la Unión Soviética y después por el avance ruso sobre Polonia y el mismo corazón de Alemania. La URSS se pudo permitir el lujo, si se puede emplear este término, de lanzar a su numerosa población, sobre todo la más joven, para luchar contra Alemania. Esta es una de las explicaciones de las numerosas bajas rusas. Es un modelo que Alemania también empleó, ya que hasta los momentos finales los jóvenes alemanes mayores de 16 años fueron enviados al frente. Otra diferencia: en la segunda contienda mundial, Francia tuvo menos bajas que en la primera. Todo ello tuvo enormes consecuencias sobre la estructura demográfica de los países europeos durante los siguientes 30 años.

En su libro Bacci vierte una enorme cantidad de datos para demostrar estas dinámicas entre Política y Naturaleza. Pero más importante que los datos son las conclusiones que el profesor extrae de ellos. Las muertes de personas en las guerras o por epidemias no se quedan ahí, sino que tienen repercusiones en los decenios siguientes. Los fallecimientos de hombres en las dos primeras guerras mundiales provocaron un agujero demográfico en los años posteriores, con segmentos de población en los que el número de hombres era más reducido que el de mujeres. Y esto también tuvo efectos económicos: menos cotizaciones sociales, descenso del número de matrimonios, caída del número de nacimientos, incremento de las viudas, etcétera. Todo ello lo explica Bacci en su libro, que es un conciso manual (136 páginas) de lo que pasará en nuestras sociedades tras la epidemia de Covid-19, el primer gran trauma del siglo XXI.

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