Los ciudadanos europeos, cada vez más conscientes de los perjuicios del alquiler a través de plataformas
La falta de alquileres asequibles y el incremento de precios son las principales desventajas de este tipo de alojamiento.
La falta de alquileres asequibles y el incremento de precios son las principales desventajas de este tipo de alojamiento.
El análisis de las cuentas de resultados de los gigantes de la industria turística revela la profunda herida que ha causado el coronavirus en el sector.
Airbnb ha facturado 35 millones de dólares anuales por su sección de tours y guías, frente a los más de 4.800 millones que ingresa por la venta de noches de apartamentos.
Airbnb cotizará en la bolsa antes de que acabe 2020. Las pérdidas millonarias y la incertidumbre del mercado de viajes hacen dudar de que sea una buena inversión.
No existe una pauta común para regular el alojamiento en pisos turísticos. Tras Europa y América, distintos países africanos se han lanzado a la caza de los Airbnb.
La región de Asia-Pacífico es el nuevo foco de inversión en compañías tecnológicas. Analizamos por qué las principales startup de viajes y comercio electrónico están surgiendo en el sureste asiático y les ponemos nombre.
La Organización Internacional del Trabajo ha elaborado un estudio en el que destaca que las plataformas de “microtareas” a través de Internet han generalizado el trabajo precario y sin regular.
La empresa estadounidense, especializada en la comercialización de noches en viviendas turísticas, sigue diversificando su negocio y quiere un trozo del pastel de las reservas hoteleras por Internet.
Dos investigadores universitarios han elaborado un informe en el que concluyen que la ocupación de los hoteles españoles y sus precios han crecido a pesar de la irrupción de plataformas de alquiler de vivienda vacacional como Airbnb.
Los dos gigantes de Internet están dando pasos para acaparar parcelas de negocio que controla el otro. Booking se ha especializado en la venta de noches de hotel, pero cada vez cuenta con mayor inventario de apartamentos y pisos turísticos.
Portales como Airbnb o Homeaway tienen que declarar a Hacienda quiénes son los propietarios de los pisos que se alquilan a través de su plataforma, quién es el inquilino y cuánto se ha pagado por el alquiler.
Airbnb se ha fijado en el negocio del viaje para personas con movilidad reducida, que cada año mueve más de 300.000 millones de euros en Europa y alrededor de 170 millones de personas.
En seis años, la cuota de mercado de Airbnb, Homeaway, Booking y Tripadvisor en las reservas de apartamentos por Internet ha pasado del 10% al 40% en EEUU y Europa.
Un juzgado barcelonés ha legalizado de facto la actividad del portal de alquiler estadounidense en Cataluña.
Una sentencia de la Justicia catalana permite que los propietarios alquilen sus viviendas con fines turísticos siempre que no lo prohíba los estatutos de la comunidad y que no se creen problemas de convivencia.
Las empresas de la “economía colaborativa” o “nueva economía” nacieron con unos ideales que se han ido enterrando bajo los millones de las diferentes rondas de financiación. Mientras los usuarios pernoctan o viajan más barato, sus creadores se hacen millonarios y las industrias reguladas padenen una competencia desleal.
Airbnb presenta un informe sobre la influencia del alquiler de sus pisos vacacionales en la economía de Madrid. El sector turístico se queja de la evasión fiscal de propietarios y portales de intermediación.
Portales como Airbnb cantan las excelencias del alquiler colaborativo de apartamentos. Los hoteleros piden que se regule el sector para sacarlo de la economís sumergida.
En España se prepara una modificación legislativa para que cada región regule el alquiler vacacional, un sector que ofrece una gran competencia a los hoteles. Airbnb no ha sido sancionada, pero la resolución ataca el corazón de su negocio y el de sitios similares como 9flats o Wimdu.