Qué ver en el Languedoc Roussillon

Estamos en el Languedoc francés, concretamente en la zona regada por el río Tarn, que ha sabido erigir sobre las ruinas cátaras una oferta cultural y enológica entre sus villas medievales. Contamos qué ver y qué hacer en esta región del Sur de Francia.
La catedral de Albi es la protagonista de la ciudad | Foto: Comité regional de turismo del Tarn
La catedral de Albi es la protagonista de la ciudad | Foto: Comité regional de turismo del Tarn

La región francesa del Tarn (que recibe el nombre del río que la atraviesa), muy cercana a Toulouse, hace gala de sus vinos, pero este producto no es lo mejor que ofrece al viajero. Su proximidad a España es una de sus principales bazas. Desde Cataluña se puede alcanzar en coche, pero si el viajero llega desde Madrid u otras ciudades, deberá usar el avión, aunque en poco más de una hora podrá disfrutar de sus encantos.

Una vez que estamos en el Tarn hay tres puntos esenciales que debemos visitar. Empecemos por la ciudad de Albi, con algo más de 50.000 habitantes, famosa por la Catedral de Sainte-Cécile, iniciada en 1282. No es una construcción religiosa al uso, ya que está hecha enteramente en ladrillo, mucho más barato que la piedra en su época. El edificio tiene forma de fortaleza, algo que se explica al conocer que esta región de Francia, el Languedoc Roussillon, fue reducto de los cátaros en la Edad Media (en Albi, el 10% de la población profesaba esta tendencia nacida dentro del cristianismo), muy enfrentados al poder de la Iglesia Católica. Ello dio pie a múltiples guerras en el Sur de Francia, por lo que a los representantes de la Iglesia les convenía contar con una catedral-fortaleza en la que estar protegidos. Y si el exterior de la catedral es curioso, el interior no tiene desperdicio con sus 22.000 metros cuadrados de frescos. En los mismos se representa el día del juicio y ciertos pasajes son bastante espeluznantes.

Museo de Toulouse-Lautrec en Albi | Foto: Comité regional de turismo del Tarn
Museo de Toulouse-Lautrec en Albi | Foto: Comité regional de turismo del Tarn

En Albi, al lado de la catedral, también se encuentra el Museo de Toulouse-Lautrec con la mayor colección de pinturas de este artista, fundamental en el neo-impresionismo. Famosos son sus carteles (por el uso de las diagonales y la profundidad), como el del Moulin Rouge. Toulouse-Lautrec fue un alma atormentada por sus complejos físicos y por la incomprensión de sus familiares hacia su talento artístico, una psique que queda reflejada en sus obras.

Al salir del museo podemos pasear por el casco medieval de Albi y cruzar el puente antiguo (pont vieux) sobre el río Tarn, Patrimonio Mundial de la Humanidad y el primer puente construido en Francia. Un detalle para los románticos: las vistas y el atardecer desde el mismo son inmejorables.

Siguiendo con la estela del arte y la cultura nos acercamos a Castres, una ciudad de 45.000 habitantes en la que se esconde una sorpresa: el Museo de Goya. En el mismo se encuentran dos telas del pintor zaragozano, pero también de Velázquez, Picasso o Francisco Pacheco. Recibe este nombre porque la familia Brigiboul, muy aficionada a viajar a España y adquirir obras de arte, donó los cuadros que tenía del artista español.

El río Aôut a su paso por Castres | Foto: Comité regional de turismo del Tarn
El río Aôut a su paso por Castres | Foto: Comité regional de turismo del Tarn

Castres es una ciudad muy recogida y con un cierto parecido a Girona. El río Agoût la atraviesa y, al igual que la ciudad catalana, las casas ribereñas están pintadas de colores y durante las noches se iluminan. No podemos perdernos los conciertos del carillón de su catedral o el mercado de su plaza central.

Si todavía tenemos algo de tiempo en nuestra escapada, podemos pasarnos por Gaillac, la cuna del vino de la región, conocida por sus caldos tintos y blancos, de sabor bastante suave. Pascal Tamalet, presidente de la cooperativa, explica que en total se producen 500.000 hectolitros al año, de los que el 65% se consume en la región y el resto se distribuye en Francia. En noviembre celebra la “Fiesta del Vino Nuevo”, en la que convoca a los principales productores de esta bebida en toda Europa.

Vista aérea de Gaillac, ciudad del vino | Foto: Comité regional de turismo del Tarn
Vista aérea de Gaillac, ciudad del vino | Foto: Comité regional de turismo del Tarn

5 comentarios
  1. Hola! Yo también estoy deacuerdo de tomar un barco sobre el Canal del Midi. También puedes hacerlo sobre el Canal de la Robine y llegar hasta el mar. Los paisajes son bellos y hay mucha tranquilidad. Yo lo recomiendo mucho. Los vinos de la región son realmente increíbles. A mi me gusta mucho el Minervois y el Corbières. Qué se la pasen bien!

  2. Hola, gracias por el post, es precioso.
    Nosotros hemos hecho ese viaje hace ya algún tiempo, en coche y es muy, muy recomendable…
    Si alguien lo hace a partir de la primavera se puede también hacer un tramo en barco por el canal du midi… una maravilla….
    Feliz Viaje

  3. Hola David!
    Soy Esther,la fisio.Ya he leido el articulo,lo tendremos en cuenta porque nuestra ruta por Francia comienza desde Girona así que nos pilla bien.
    Saludos!

    1. Me alegra Esther! Si necesitas más info no dudes en pedírmela a david.fernandez[@]revista80dias.es. Creo que tengo por aquí alguna guía de alojamientos y otras cosas.

      Disfrutad del viaje! Si decidís ir a alguna de las ciudades que menciono os recomiendo Castres y Albi ;-)

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