Kenia o las memorias de Karen Blixen

“Conozco una canción de África, que habla de la jirafa y de la luna nueva africana descansando sobre su lomo, de los surcos en los campos de cultivo y de las caras sudorosas de los recolectores de café”.
Karen de safari. Foto de: UNIVERSAL PICTURES
Karen de safari. Foto de: UNIVERSAL PICTURES

Un tren surca una inmensa llanura que parece no tener fin, salpicada únicamente por esas acacias tan características del país y algún espontáneo Baobab. El paisaje no ha cambiado ni un ápice. Kenia se mantiene inalterable. La película se ambienta en 1913 y cualquiera que conozca el país sabe que la misma imagen valdría para hoy.

La  película de Sydney Pollack, Memorias de África, es como abrir una guía de viajes. Seguir los pasos de la baronesa es adentrarse en Kenia tal y como la encontraremos este año. Simplemente la primera escena es ya una revelación: el tren que recorre el país llevando a Karen desde Mombasa hasta Nairobi nos muestra algunos de los paisajes más representativos de la sabana africana. Actualmente, ese recorrido lo hace el famoso Tren Lunático en una sola noche, pero es de lo más auténtico y te sumerge en el verdadero mundo keniata.

La vida de Karen Blixen, una película

La película narra, en primera persona,  las aventuras de Karen, la baronesa Blixen durante los años que vivió en Kenia. Casada a toda velocidad para salir de su Dinamarca natal y correr aventuras, hizo un trato con su marido. Él conseguía dinero rápido y ella un título y cierta libertad. Una vez cerrado el trato, ella llega a Kenia y su aventura comienza.

Y lo cierto es que la película está basada en la vida real de Karen, que tras abandonar África se convirtió en escritora. De hecho, a las afueras de la capital, se encuentra la que fuera su casa, en el lujoso y actual  barrio Karen, llamado así en su honor. Su casa es hoy el Museo de Karen Blixen: una reproducción aproximada de lo que debió de ser realmente, “una granja a los pies de las colinas de Ngong”. En el propio museo se recogen una serie de fotografías que descubren cómo vivió esa indómita mujer y unas modernas reproducciones nos ponen en situación.

En el centro de la ciudad está el mercado de Nairobi, del que se da una pequeña pincelada en la película. Esto ha cambiado lo justo, prácticamente nada y es común ver los puestos sobre la arena, la gente vendiendo cualquier cosa, todo lleno de barro. Y donde el regateo es absolutamente obligatorio, incluso llega a ser agobiante. Todo es auténtico. Ahí sí que uno siente que ha retrocedido más de cien años de un golpe. Las carreteras son otro de los momentos en que uno cree haber vuelto a las colonias. Las cosas no cambian en Kenia. Un ejemplo perfecto es la forma en que asan la carne durante la boda de los barones, una de las especialidades nacionales: la nyama choma. Tal cual se ve es como se sigue cocinando en la actualidad.

Los detalles

En algunos momentos, la película deja entrever breves guiños, para que el ojo atento tome en consideración algunas cuestiones que el buen viajero no debe perderse. Por ejemplo, cuando Denys Finch Hatton hace que el tren se detenga para cargar dos colmillos de elefante. En Mombasa, la calle que da acceso a la ciudad, está flanqueada por dos inmensos falsos colmillos, conocidos como Mombasa Tusks. Son uno de los símbolos de la ciudad. Después, en la avioneta sobrevuela las playas de Mombasa y Diani. Prácticamente vírgenes aún y surtidas para la práctica de todo tipo de deportes acuáticos y de lujosísimos hoteles.

Los nativos tampoco han cambiado. En la granja de Karen viven kikuyus, la étnia mayoritaria en Kenia. Siguen vistiendo igual que en la película. Son pastores y agricultores y gracias a las colonias y a las escuelas como la de la baronesa Blixen, los kikuyu son la tribu más culta y occidentalizada de Kenia. Esta tribu vive en la zona de Nairobi, pero no son los únicos. Hay unas 14 tribus diferentes, los más famosos son los Masais. Pastores y guerreros. Son muy famosos porque casi no se alimentan de carne animal, sino que consumen proteínas a través de un preparado a base de leche y sangre fresca que dejan fermentar en una calabaza. Tienen una danza ritual muy curiosa a base de saltos. Es algo así como una danza de cortejo. Y se les puede conocer al sur del país, en la reserva de Masai Mara.

Por último, los muchísimos parques y reservas naturales del país son el paraíso perfecto para emprender un safari. Es el hogar de animales que nosotros sólo hemos oído nombrar, como los impalas y las gacelas Thomson, que corren de un lado a otro, los búfalos que campan a sus anchas cerca de lagos como el de Naivasha, que es el lago que sobrevuela el avión de Finch (interpretado por Robert Redford en la película), provocando que los cientos de flamencos rosados que lo habitan levanten el vuelo, dando lugar a uno de los espectáculos más impresionantes de la naturaleza. Muy cerca están el lago Nakuru y el Elmenteita, donde también hay flamencos, entre otras muchas especies animales. Además, en  los alrededores del lago Nakuru viven los famosos leones trepadores, que también salen en la película. Lo común es encontrar jirafas, rinocerontes, elefantes, incluso hienas o hipopótamos disfrutando de su vida en libertad y tratando de ignorar al visitante.

Hay que procurar contratar los safaris lejos de las estaciones de lluvias, (marzo -mayo y  octubre – diciembre). El verano es un buen momento, porque además es cuando los ñus atraviesan el río Mara, desde el Serengueti en Tanzania hasta la reserva Masai Mara, en Kenia. Este es otro de esos espectáculos dignos de ver, al menos una vez en la vida.

Algunas excursiones en Nairobi

El Museo Nacional, el archivo nacional, el Museo del Ferrocarril, el arboreto de Nairobi, los jardines Uhuru, Bomas of Kenya, que es una especie de exposición en constante cambio, el orfanato de elefantes, David Sheldrick Wildlife Trust y el de jirafas, AFEW Giraffe Centre y, por último, el parque nacional de Nairobi.

La película

Out of Africa (Memorias de África) fue una película tan exitosa y representativa de la verdadera vida en Kenia que actualmente se ha convertido en una marca para el país y se puede encontrar té, cacahuetes, perfumes… o cualquier cosa de la marca Out of Africa. Es de lo más divertido. La película ganó nada menos que 7 Oscar en 1985 de un total de 17 premios. Dos de los Oscar ganados fueron a la mejor fotografía y a la mejor banda sonora… De verdad, al margen del argumento y de cualquier otra consideración, éstas son dos razones para ver la película.

Cómo ir

Para llegar a Nairobi hay que hacerlo a través del aeropuerto internacional de Jomo Kenyatta, a 16 km. al sureste de la ciudad. No hay vuelos directos desde todas las ciudades europeas, por lo que la mejor opción es hacer una escala. Por ejemplo, desde Bruselas son 8 horas y media de avión. Una vez en Nairobi, el autobús KBS 34 conecta el aeropuerto con el centro de la ciudad. El visado es necesario para acceder al país.

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