Qué ver y hacer en Viena en invierno

Este es tu artículo si quieres saber qué ver y qué hacer en Viena en invierno. También te contamos qué ropa llevar a Viena.

Aquellos que venimos de tierras más cálidas pensamos que Austria es un país frío en el que las inclemencias del tiempo congelarán nuestros huesos y nos hará arrepentirnos de haber osado pisar el territorio congelado. Pero nada más lejos de la realidad. En Viena, durante los meses de invierno (diciembre, enero y febrero) se alternan días de más o menos frío. El secreto es ir bien abrigado para conocer Viena en invierno, sin embargo, la oferta de la ciudad se circunscribe a lugares en los que la calefacción nos hará despojarnos incluso del jersey.

Y a la hora de desplazarnos, el transporte público, que alfombra la ciudad entera, nos mantendrá calentitos y bien a gusto. Conocer Viena en invierno es obligatorio, porque hay cientos de acontecimientos que no se pueden disfrutar en ningún otro momento del año, así que no lo pienses más y haz las maletas. Y si tienes varios días para esta escapada, te damos consejos sobre qué ver en Viena en 3 días.

Bailes en palacio en Viena

Diciembre en Viena es sinónimo de bailes, porque el día 31 se abre la temporada. Ésta se extiende a lo largo del año con 450 bailes y galas diferentes. Aunque, sin duda, los mejores, más famosos y más recomendables tienen lugar entre enero y febrero en Viena. Por eso es muy importante visitar la ciudad en esos meses, para poder disfrutar de un baile en el palacio imperial, el ayuntamiento, la ópera o algún otro edificio de su talla.

Bailes de gala, a los que hay que asistir vestido para la ocasión. Con traje de noche. Para sumergirnos en un ambiente cortesano casi sacado de una película o de un libro de Historia.

Otra opción es acudir a un concierto de música de Mozart y Strauss, dos de los iconos de la capital austriaca. Son actividades que no podrás realizar en otro lugar y ten en cuenta que los precios de Viena no son caros. De momento.

Patinaje sobre hielo en Viena

Al término de los mercadillos de Adviento en diciembre, los puestos de navidad dejan el espacio libre para otras actividades, más movidas y a veces, incluso más interesantes, como es la gigantesca pista de hielo que hay frente al Ayuntamiento de Viena. Es una de las actividades más apeticibles que hacer en Viena si la visitas en enero.

Uno puede llevar sus patines o alquilarlos allí mismo y la pista se extiende a lo largo y ancho de casi toda la plaza que hay frente al edificio. Grandes y pequeños deslizan sus cuerpos al ritmo de la música y, por supuesto, el frío no es un inconveniente porque el ejercicio físico y el buen ambiente hacen entrar en calor a cualquiera.

Cafeterías en Viena

Hablar de cafeterías en Viena es casi un epíteto. ¿Quién no se ha imaginado alguna vez sentado en una bohemia cafetería al olor de un delicado café vienés? Periódico en mano, como un intelectual y saboreando una deliciosa Sacher Torte. Los cafés de Viena tienen un sabor especial, un ambiente especial, un algo que se respira y se siente y le hace a uno recordar, nostálgicamente, el hogar. Son cálidos, suelen estar decorados de una forma un tanto decadente, que nos recuerda lo que en inglés se suele llamar “los viejos buenos tiempos”.

Sus cafés, infusiones, chocolates… con nata, sus deliciosos pasteles, tartas y todo tipo de dulces, en los que hay tres reyes descarados: chocolate, almendras y nata. Aunque la fruta no se queda atrás, porque la manzana aparece y desaparece como por encanto. ¿Conocéis el Apfelstrudel? Y todo ello rociadito de canela. Un aroma a hogar que nos transportará.

Y después el ambiente: la gente, elegante, bien vestida, con exquisitos modales, se sienta aquí y allá, en sillones y bancos de terciopelo rojo.  ¿Cómo describir la esencia de Viena? No sé si hay palabras, pero uno puede hacerse una idea muy aproximada en uno de sus cafés.

Los heurigen de Viena

Mi favorito en el invierno de Viena. La palabra Gemütlichkeit parece haber sido inventada para definir lo que ocurre en estas tabernas. Significa tranquilidad y comodidad, pero en Viena la usan para describir el ambiente tranquilo, ameno, agradable, de trato amistoso entre cliente y camarero, la cordialidad entre comensales, la diversión, la intimidad… Porque la luz suele ser tenue en los heurigen y las mesas están recogidas, hogareñas. Es decir, exactamente lo opuesto al estrés.

Los heurigen Son tabernas tradicionales en las que es posible disfrutar de un vino caliente o de un buen vino blanco. En ellas se comen las delicias caseras de la Viena de toda la vida: el Schnitzel, que es un filete empanado, embutidos, salchichas y quesos hechos en el propio establecimiento, con unos 40 tipos diferentes de pan y rematado por dulces, bollos y café con nata. En verano todo se convierte en terrazas y jardines de cerveza, pero el encanto del invierno es sobre natural y el ambiente, la camaradería y el absoluto buen rollo que lo inunda todo es una de las experiencias más enriquecedoras de nuestra vida.

Mercadillos de Pascua en Viena

Si visitas Viena en diciembre, te encontrarás con los mercadillos de Adviento. Pero es que después de los mismos hay un pequeño periodo de descanso antes de volver a empezar. Puestos y ferias vuelven a alfombrar la ciudad y la coneja de Pascua lo llena todo de huevos de colores. Algunos son huevos crudos, otros cocidos, con los que los niños jugarán para ver quién lo rompe antes, quién casca el huevo más y más fuerte.

Y otros son huevos de chocolate, pero no de esos envueltos de papel brillante que conocemos en España o en América, sino que estos tienen la cáscara original del huevo, decorada, pintada de colorines. Incluso es posible apuntarse a talleres callejeros para aprender a pintar esos huevos, porque aunque a priori parezca una chorrada, lo cierto es que no es nada fácil y una vez que uno se deja embargar por el sentir de la fiesta… se vive con una intensidad que da gusto. Y todo esto termina cuando el domingo de Pascua llega esta coneja y esconde sus huevos (sí, es una coneja que tiene huevos, lo sé) por los parques y jardines de la ciudad y los niños deben ir con cestas de mimbre a buscar por todas partes. De verdad, es de lo más divertido.

Qué ropa llevar a Viena en diciembre

Si te preguntas qué ropa llevar a Viena cuando viajes en diciembre, enero o febrero, la respuesta es muy sencilla: ropa de invierno. Abrigos, jerseys, chaquetas, pantalones o faldas de invierno. Todo tipo de ropa para evitar el frío.

Aunque como deciamos arriba, el clima en Viena no es extremo, sí que tiene un invierno continental, es decir, frío. No es raro que durante los meses de diciembre, enero y febrero nieve en la ciudad. Ahora bien, en el transporte público, las cafetería y los principales monumentos estarás bien resguardado y calentito.

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