España es una potencia del turismo mundial por recepción de visitantes y de ingresos generados por los extranjeros que llegan al país mediterráneo, sólo por detrás de EEUU y Francia. Los datos son los siguientes: 60,7 millones de turistas llegaron a España en 2013 (83 millones, a Francia en 2012; 69,8 millones, a EEUU en 2013); y el país europeo ingresó 60.400 millones de dólares por turismo en 2013 (139.600 milllones, EEUU; 56.100 millones, Francia). Pero, detrás de estas frías cifras de éxito se esconden el clima de España y el buen hacer de determinados empresarios turísticos. Este segundo punto es el que viene a despejar Todo nuevo bajo el sol. La economía del turismo, motor con marca España (LID Editorial), libro escrito por la periodista Marisol Paul, en el que se desgranan algunos entresijos de 25 empresas que han colaborado a crear el negocio del turismo en España.
Para comprender el éxito de España como destino turístico moderno hay que empezar por el principio, por los emprendedores que dieron forma a la gallina de los huevos de oro. Por ejemplo, Juan José Hidalgo, el presidente del Grupo Globalia (Air Europa, Halcón Viajes, Travelplan, etcétera), un salmantino que emigró a Suiza y donde el gusanillo emprendedor le picó para montar un negocio de transporte de expatriados entre el país europeo y Salamanca en los años sesenta del siglo pasado. Una vez de vuelta en la capital castellana, Hidalgo creó una flota, “hasta que le echaron de la carretera”. Esta expresión da buena idea del contexto en el que empezó a desarrollarse el sector turístico, dentro de la dictadura impuesta por el general Francisco Franco entre los años 1939-1975, cuajada de intereses y caciquismos en las regiones españolas. También es la época del desarrollismo en la economía española, del inicio de la constrcucción desenfrenada de apartamentos en la costa mediterránea, un hecho que se ha venido dando hasta fechas muy recientes. La España moderna estaba por hacer e Hidalgo no se arredró y empezó a construir lo que hoy es su grupo: creó una agencia de viajes, fletó su primer avión… El resto de la historia nos lleva hasta la Globalia actual.
Meliá Hoteles también inició su andadura a finales de la década de 1950 en Palma de Mallorca, con el pequeño Hotel Altair. En el libro, el capítulo dedicado a la hotelera mallorquina se centra en la figura de Gabriel Escarrer Jaume, vicepresidente y consejero delegado de Meliá Hotels, hijo de Gabriel Escarrer Juliá, fundador de la compañía. Es una pena que la autora no haya podido entrevistar a Escarrer Juliá, el verdadero artífice del Meliá original, aunque sí detalla la creación de la multinacional y la impronta que el padre ha dejado en el actual consejero delegado. Por su lado, otro de los históricos que aparecen en la obra es Grupo Juliá, especializado en el transporte de viajeros por carretera.
En total, son 25 empresas españolas las analizadas: el Bulli, Transmediterránea, Paradores,World Duty Free Group, Bodegas Marqués de Riscal, Air Nostrum, Museo Reina Sofía, Alsa, El Corte Inglés, Áreas, Iberia, Museo del Baile Flamenco, Rusticae, Hotusa, Amadeus, Tous, Bodegas Osborne, Edreams Odigeo, Club de Golf Valderrama, El Celler de Can Roca, Room Mate Hoteles y el Museo Guggenheim de Bilbao. Todas, junto con las destacadas, cubren las principales áreas del negocio turístico: restauración, alojamiento, búsqueda por Internet, aviación, agencias de viajes, tecnología o compras.
El trabajo que ha realizado Marisol Paul es encomiable y permite tener una visión muy amplia de las grandes empresas que hacen posible el éxito del turismo español y de algunos de los personajes que han conseguido convertir la industria turística española en un referente. Eso sí, en la economía turística del país mediterráneo, al lado de estas figuras se encuentran pequeños empresarios que han trabajado en silencio, de forma complementaria, realizando mayores logros y que también han ayudado en el levantamiento de la industria.
Con todo, el libro de Paul es muy recomendable para saber cómo se ha cocinado la industria turística en España y, la única nota negativa que se puede reseñar, es que se haya invitado a José Manuel Soria, ministro de Industria, Turismo y Comercio, a escribir un prólogo para el mismo. Como es de esperar, Soria es triunfalista sobre el turismo español, línea argumental que ha mantenido el Gobierno español desde 2011. Sin embargo, la realidad que exponen determinados datos y que también explican algunos empresarios en el libro (otro punto a favor del mismo) es que el turismo español ha dejado de ser competitivo y para seguir siendo exitoso necesita virar su rumbo para atraer a un turista más cualificado y con otros gustos. Todo nuevo bajo el sol deja claro que España es más que sol y playa, pero también muestra el camino que todavía queda por recorrer para que la gastronomía, la cultura, la historia y la naturaleza del país mediterráneo sean explotados (con cabeza y de forma responsable) para convertirse en el nuevo litoral mediterráneo.
