Sobre la lectura, de Marcel Proust

Sobre la lectura es la llave de entrada a ‘En busca del tiempo perdido’, la novela prototípica del impresionismo francés que relata las obsesiones de Marcel Proust. Este pequeño ensayo permite comprender, de forma resumida, alguna de ellas y disfrutar de su estilo narrativo y expositivo.
Marcel Proust por J. E. Blanche
Marcel Proust por J. E. Blanche
Marcel Proust por J. E. Blanche
Marcel Proust por J. E. Blanche

A quien le apasiona leer conoce perfectamente la irritación que produce una interrupción en un capítulo clave o en una escena, o idea, determinante de lo que está leyendo. Así empieza Sobre la lectura (Editorial Cátedra, 2015), de Marcel Proust (1871-1922), uno de los autores franceses más significativos de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Más que una defensa del placer de leer, Proust hace una disección de las motivaciones y de los errores que produce llevar la lectura a los altares de la perfección.

Y esta disección la hace el genial autor francés con su estilo particular, ya decantado y que desplegaría en En busca del tiempo perdido, una obra compuesta por siete partes y que se tiene como el epítome de la literatura universal, calificada como novela-catedral. Es un estilo en el que abundan las oraciones subordinadas que dan lugar al nacimiento de otras ideas. O el puntillismo, característico del impresionismo, a la hora de reflejar los múltiples detalles que configuran una anodina habitación de descanso. En una época en que la literatura es más ligera y de ideas más simplistas, leer a Proust no está de moda, pero supone un desafío para la mente y activa la inteligencia de una manera muy estimulante.

Aunque el estilo de Marcel Proust es importante para entender su personalidad, tiene mayor peso las argumentaciones que se encuentran entre esas oraciones inacabables. De una forma todavía moderna, Proust hace una crítica inmisericorde contra aquellos que consideran que toda la verdad se encuentra en los libros. Y para ello no duda en usar pasajes de obras de escritores reconocidos a los que, de forma elegante, ridiculiza. Sin duda, Proust relativiza la importancia de los lectores canónicos y viene a decir que es importante seleccionar y pensar por uno mismo, sin esperar que las ideas de un escritor, por muy considerado que sea, nos aporte la Verdad.

Sobre la lectura es un escrito de 40 páginas, por lo que una tarde es tiempo más que suficiente para aprehender su esencia. Pero todavía es más importante porque supone la puerta de entrada a En busca del tiempo perdido, puesto que en Sobre la lectura se dan los temas principales que se desarrollarán con posterioridad en la enorme novela proustiana, y la defenestración de Ruskin como figura influyente en el pensamiento del autor. Este libro va precedido de un estudio de Mauro Armiño que da el contexto necesario para entender su significación en la obra del literato francés.

2 comentarios
  1. A nosotros nos parece que Proust es un autor al que hay que leer en momentos muy concretos. Anotado queda el título para cuando encontremos el adecuado, aunque ya hayamos recorrido parte de su camino En busca del tiempo perdido :D

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