Uno de los signos distintivos de Madrid es su cielo, posiblemente sin comparación en otras capitales europeas, sobre todo cuando la contaminación no es abundante. Y hablando de ese cielo azul empieza la periodista Raquel Peláez ¡Quemad Madrid! (o llevadme a la López Ibor) (Libros del KO, 2014), una visión sobre la capital de España divertida y que revela multitud de detalles que seguro desconocen los propios madrileños. Es un punto de vista de “inmigrante interior”, es decir, de leonesa venida a Madrid, o dicho de otra manera: una visión del tipo de habitantes que han construido la ciudad en los últimos cien años. Lo deja claro la escritora en un pasaje de su libro: “ser un pueblo grande -y no la movida- es lo que la ha convertido [a Madrid] siempre en la ciudad más divertida de Europa”.
Para Peláez, el cielo de Madrid es más azul que los ojos de Paul Newman, porque de la sierra de Guadarrama “baja un viento frío y veloz que barre las nubes”. Y este viento nos permite ir conociendo la capital, desde el Edificio de Telefónica en la Plaza de España, comprado recientemente por un magnate chino, hasta zonas más pijas de Madrid. Un punto a favor del libro es que, entre la fina ironía y los chascarrillos, Peláez va diseminando detallitos sobre diversos aspectos de la capital. Como los bolsos de la marca Loewe o los sándwiches de Rodilla, ambas creaciones madrileñas. O las columnas renacentistas que se reutilizaron en el Valle de los Caídos, monumento de la época franquista que perdura en la sierra de Madrid de donde bajan esos vientos redentores.
Quizá sea un tópico, pero no es menos cierto que se ha ganado ese honor, el uso de diversas frases del cantante Joaquín Sabina a lo largo del texto. Es curiosa la simbiosis entre una leonesa que describe con tanto acierto una ciudad como Madrid, que es bella e insufrible a partes iguales (o una “ciudad de desengaños” para Peláez), y un cantante jienense que tan bien ha reflejado el ambiente madrileño en sus composiciones.
Peláez refiere anécdotas que ayudan a explicar el Madrid actual, como la creación de Ciudad Pegaso y de barrios similares en la periferia de la ciudad. Pero también hace un recorrido por restaurantes, cafés y bares que son visita obligada para disfrutar Madrid, su gastronomía y sus gentes. Eso sí, algunos con precios prohibitivos, aunque es verdad que la escritora se basa en su carácter histórico y en lo que significan para la capital española.
En definitiva, las obras que edita Libros del KO tienen el reporterismo como piedra angular, pero tratado con mu diversas formas y estilos. Es lo que le pasa al libro de Peláez, que parece que se va a quedar en una crítica irónica a Madrid, pero que es casi una declaración de amor, en la que todavía se descubren secretos, lugares y joyitas madrileñas. Y ello a pesar de que la autora quiere acabar en la clínica López Ibor. Quizá enloquecida de amor por la ciudad.
