MADRID.- Para muchos llega el fin de semana y no saben qué hacer tras cinco días de trabajo. La opción general es descansar o aprovechar para finalizar tareas que no se han podido concluir durante la semana. También salir de fiesta o pasar tiempo con los amigos. Sin embargo, hay personas que prefieren viajar en esos dos días y medio (para quien disponga de ellos). Europa low cost sin dejar de trabajar, de Miquel Silvestre (Editorial Comanegra) es una especie de diario que está a medio camino entre la guía y el libro de viajes, pero que no se puede englobar en ninguna de estas categorías y cuyo fin es orientar sobre la mejor manera de recorrer Europa en varios fines de semana.
Miquel Silvestre recorre Zurich, Viena, Praga, Berlín, Ásterdam, Munich, ciudades italianas, croatas, bosnias, griegas y hasta el Norte de África en Túnez. Todo gracias a los vuelos de bajo coste de las diferentes compañías que surcan Europa y de su inseparable moto BMW. Silvestre parte cada viernes de Barcelona, tras acabar su jornada laboral, y viaja en avión hasta la última ciudad en la que dejó su moto, bien aparcada, para continuar el viaje interrumpido por la llegada del lunes.
Es un libro curioso, exponente del turismo de motocicleta que se ha puesto de moda en los medios durante los últimos años, pero que existe desde que las cilindradas de estos vehículos permiten grandes viajes. Aunque no es un libro literario, sino una guía con múltiples consejos e impresiones personales del autor, puede servirnos para tener una orientación o tomar referencias a la hora de realizar viajes cortos similares, con o sin moto (un automóvil también serviría).
Es una forma de llenar los fines de semana, que muchas veces se vuelven monótonos, y de viajar, aunque sea muy superficialmente, a ciertos destinos que de otra manera probablemente no conoceríamos. Como dice Silvestre en su libro, lo mejor de viajar sólo es la facilidad con la que se conoce a personas y, por lo tanto, las vivencias que cada uno se lleva de estas relaciones. Con eso nos quedamos.